Durante el crudo invierno de 2022, la comunidad de viviendas rurales de Colonia Tirolesa (departamento Colón) y alrededores soportó una preocupante ola de asaltos domiciliarios ejercidos con violencia y maltrato a las víctimas.
Fueron varios los golpes que mantenían preocupados a los pobladores de casas que están alejadas unas de otras y que no podían pedir auxilio mientras eran asaltadas al caer la noche, entre las 19 y las 23.
Los investigadores de Robos y Hurtos de la Policía de la Provincia debieron hacer un intenso trabajo para descubrir algunos patrones en común e identificar a los siete integrantes de una banda cuyos integrantes no pertenecían a esa zona.
El descubrimiento de la banda estuvo seguido por la fiscal de Distrito 3, Turno 4 de Córdoba, Claudia Rita Palacios, quien logró desbaratar en octubre la organización delictiva y detener a los siete integrantes.
El pasado miércoles finalizó la instrucción y elevó lo actuado a juicio, acusando a siete hombres como integrantes de la peligrosa banda que perpetró sus golpes en Colonia Tirolesa pero también en barrios vecinos, como Villa Retiro y San Ramón.
Los acusados enviados a juicio son Gabriel Agustín Ciociola (23), Darío Marcelo Ciociola (45), Marcos Javier Ciociola (44), Diego Gustavo Landriel (44), imputados como coautores de reiterados robos calificados por el uso de armas de fuego y otros delitos graves como violación de domicilio, mientras que a Yohan Clever Pedernera (29), Mauro Ulises Becerra (25) y Gastón Ezequiel Gutiérrez (27), se les atribuye participación primaria y secundaria en los hechos investigados. Todos siguen detenidos y concurrirán al juicio en esa condición.
Varios de ellos eran de barrio Müller (como los tres Ciociola, dos hermanos y un primo), otros de Ciudad de Mi Esperanza (Gutiérrez, Becerra y Pedernera) y uno de la localidad de Malvinas Argentinas (Landriel).
Tras la detención de los acusados, se recuperó gran cantidad de los elementos sustraídos y logró establecerse el modus operandi de esta organización delictiva.
La modalidad de sus golpes consistía en perpetrar robos domiciliarios mientras las víctimas estaban en su interior o cuando llegaban a sus casas. Esas viviendas están a gran distancia de sus vecinos, lo que impedía pedir auxilio o que los otros pobladores escucharan o vieron qué sucedía.
De acuerdo a la instrucción de Palacios, los hechos fueron planificados y cometidos casi siempre en la misma franja horaria -entre las 19 y las 23- y como consecuencia de una “investigación previa” llevada a cabo por uno de los miembros de esa organización criminal.
Ese trabajo previo permitía identificar la vivienda más adecuada para ese tipo de robo y conocer los movimientos de sus moradores. Según la instrucción, ese semblanteo identificaba los caminos de acceso, los cerramientos de la casa y los movimientos de los miembros de las familias.
A la hora de dar los golpes, los damnificados eran abordados en sus casas por al menos cuatro o cinco miembros de la banda, quienes actuaban encapuchados y con diversas armas de fuego. Ya en el interior de la vivienda, reducían a todos los presentes, atándolos de pies y manos con cordones o prendas que encontraban en la casa. Con todos inmovilizados, luego revisaban la vivienda en procura de los elementos de valor, como dinero, electrodomésticos, celulares, ropa, calzado, documentación o herramientas.
Esos elementos eran cargados en los autos de los propios damnificados que también eran robados.
Más allá de la instrucción concluida y la elevación a juicio de estas actuaciones, se informó que la investigación continúa y se busca identificar a eventuales miembros de la banda.
Asalto con torturas
Las crónicas de La Voz relatan varios hechos de aquel invierno con asaltos en Colonia Tirolesa. La fiscal Palacios envía a juicio a esta banda por seis golpes, ocurridos entre el 14 de junio y el 16 de agosto de 2022.
Uno de ellos ocurrió un domingo y fue uno de los más cruentos. Al menos tres delincuentes armados asaltaron y torturaron el 24 de julio de 2022 a una familia en una propiedad de un descampado de esa localidad. Los malvivientes golpearon a las víctimas y les desvalijaron la vivienda: se llevaron dinero, electrodomésticos, un automóvil y hasta la comida que tenían en el congelador.
Los ladrones lograron penetrar en una vivienda por el patio trasero poco después de las 19. Allí sorprendieron a los hijos del matrimonio, de 19 y 26 años. Uno de ellos estaba estudiando, el otro durmiendo. Los jóvenes fueron reducidos a punta de pistola.
Una vez maniatados, los criminales comenzaron a golpear a las víctimas para exigirles que les entregaran una supuesta suma de dinero que la familia tenía oculta en una caja fuerte. Los padres no estaban en la vivienda. Durante 45 minutos, los ladrones revisaron todo, pero no pudieron hallar el botín.
Cerca de las 20, los adultos llegaron a la casa, sin imaginarse lo que estaba ocurriendo. Uno de los ladrones obligó a que su hijo les abriera la puerta mientras le apuntaba con el arma en la cabeza.
Como el supuesto dinero no aparecía, los delincuentes decidieron llevar a todos los integrantes de la familia a una habitación y desvalijar la casa completa. Se llevaron televisores, teléfonos celulares, parlantes, computadoras, un microondas, ropa deportiva, zapatos de mujer, ropa, perfume, relojes, joyas.
Una vez que los delincuentes huyeron a bordo del automóvil robado, un Totoya Yaris, uno de los hijos logró desatarse y corrió a la casa de un vecino para llamar a la Policía.
Las crónicas de la época sostienen que ese hecho fue el tercer asalto a vecinos de Colonia Tirolesa en 20 días. Antes habían asaltado a víctimas vulnerables: primero una mujer y sus hijas; después, un matrimonio de adultos mayores.
