El golpe delictivo tuvo una alta trascendencia pública en la provincia de Córdoba.
Primero, porque la banda se había apoderado de un botín millonario luego de saquear con total impunidad una perfumería ubicada en pleno Centro de la Capital.
Sin embargo, lo que le dio más trascendencia al robo, no fue sólo que los tres delincuentes quedaron captados por las cámaras de seguridad, sino que se movilizaron de manera impune en un utilitario oficial del Gobierno de la provincia de Córdoba: una Renault Trafic del Ministerio de Salud.
Sucedió el pasado 4 de junio a la madrugada.
Nueve meses después, hubo finalmente justicia: el chofer de ese vehículo, y empleado contratado de la cartera de Salud, terminó siendo condenado por el robo millonario.
Miguel Ángel Varela (59) recibió en las últimas horas la pena de 3 años de cárcel efectiva por robo simple y malversación de caudales públicos, según lo resuelto por la Cámara 12ª del Crimen de Córdoba.
Cercado por las pruebas en su contra, Varela levantó la mano, y aceptó todo. Con buena conducta, podrá recuperar la libertad en un par de meses.
De los otros dos delincuentes, no hay noticias.
Del botín, compuesto por perfumes, nunca se encontró nada.
La camisa rosa
Varela era empleado desde hacía varios años en la Provincia y en los últimos tiempos trabajaba como chofer para la Casa del Joven, ente que funciona al lado del Neuropsiquiátrico de barrio Juniors.
Tal era la “confianza” depositada en él, que alguien dejaba que se llevara la Trafic a su domicilio.
Así las cosas, en connivencia con otros dos delincuentes, se concretó el plan de saquear la perfumería Sascha, ubicada en calle Alvear al 500, pleno Centro.
Todo sucedió a las 20 del pasado viernes 4 de junio de 2021.
Aprovechando que el local ya estaba cerrado y el movimiento en la zona era nulo, los tres ladrones se estacionaron a media cuadra en la Trafic blanca con los logos del Ministerio de Salud.
Mientras Varela se quedó haciendo de “campana”, sus cómplices ejecutaron el robo: llegaron caminando y, con herramientas, “reventaron” sin problemas los candados de la puerta delantera del comercio.
Parecían ser ladrones con suma experiencia.
Rompieron la puerta y se alejaron a ver si alguna alarma los delataba. Volvieron al rato, abrieron la puerta y se volvieron a ir.
Regresaron, miraron, entraron y empezaron a saquear todo.
Varela, a todo esto, se acercó varias veces para avisarles desde la vereda que se apuraran.
El robo duró poco más de una hora.
Con toda impunidad, los ladrones saquearon perfumes y costosos productos de todo tipo del negocio y guardaron el botín en cuatro bolsas de consorcio que dejaron prolijamente en la vereda.
Se fueron caminando y, al rato, volvieron con la Trafic. Tras guardar los bultos, se marcharon.
El golpe se descubriría horas después, cuando los dueños llegaron para abrir.
Los damnificados declararon la sustracción de mercadería por dos millones de pesos y dos mil pesos efectivo.
La perdición para la banda fue la existencia de cámaras de seguridad que captaron todo: a los ladrones, sus rostros, el utilitario y la patente, entre otros elementos.
Miguel Varela quedó contra las cuerdas a las pocas horas.
El hombre se vio cercado por un impensado error en su contra: salió a robar con la misma camisa rosa con la que posa en su perfil de Facebook.
Una rápida investigación lo cercó.
“Fui yo”
En los últimos días se realizó el juicio en su contra en la Cámara 12ª.
Varela llegó al banquillo de los acusados y, a poco de arrancar la primera audiencia en su contra, aceptó los cargos en la sala.
Reconoció la acusación, dijo desconocer a los otros dos cómplices y refirió que le habían ofrecido alrededor de tres mil pesos para que actuara como chofer.
A todo esto, de la mano del abogado Carlos Nayi, los dueños de la perfumería actuaron en el proceso como parte querellante.
La jueza Ana Lucero Offredi avaló los pedidos del querellante Nayi y del fiscal Mariano Antuña y condenó al empleado estatal a la pena de tres años de prisión por robo simple y malversación de caudales. Además, lo sentenció a dos años de inhabilitación para ocupar cargos.
De los otros dos delincuentes no se sabe nada por ahora.
Lo hizo solo. Si bien resta conocer los fundamentos, para la Justicia Miguel Varela decidió usufructuar un vehículo oficial sin el consentimiento de los responsables del vehículo. El hombre se llevaba el utilitario a su casa con permiso.
