Lo que debía ser una celebración inolvidable para los alumnos del Colegio Armenio de Córdoba se transformó en una pesadilla a solo tres días del evento.
Tres días antes de la celebración, la madre que desde 2024 había sido la encargada de recaudar el dinero de las tarjetas informó al salón que le habían robado la totalidad de los fondos, una suma que asciende a cerca de once millones de pesos.
Sospechas de una falsa denuncia
La explicación de la mujer no tardó en generar dudas entre las familias afectadas.
Durante una reunión de padres, la implicada aseguró con tranquilidad haber sido víctima de un asalto; sin embargo, los damnificados señalaron que no existe una denuncia policial ni registros de cámaras que avalen su relato.
La situación se tornó aún más crítica cuando los padres acudieron al salón de fiestas para verificar los pagos realizados desde abril del año pasado.
Allí descubrieron que, de las 166 tarjetas totales, solo 28 estaban pagas.
Ante la falta de fondos, muchas familias se vieron obligadas a pagar montos actualizados —que pasaron de $ 60.000 a $ 116.000 por tarjeta—, lo que significó, en la práctica, costear el valor de “casi tres fiestas”.
Solidaridad frente a la estafa
A pesar de la angustia y el escaso margen de tiempo, la comunidad educativa y los adolescentes se unieron para realizar una colecta en tiempo récord.
Gracias a este esfuerzo colectivo, se logró reunir el dinero necesario en apenas dos días para que el evento no se cancelara.
Además, los padres permitieron que la hija de la mujer señalada participara de la fiesta, bajo la premisa de que “ella no tenía la culpa” de la maniobra realizada por su madre.
Este episodio de solidaridad actuó como un paracaídas de emergencia: no evitó la caída provocada por la traición, pero permitió que los jóvenes aterrizaran a salvo en su noche soñada sin que el impacto arruinara su cierre de ciclo.
