A 18 años del crimen de Nora Dalmasso, su hijo, Facundo Macarrón, se muestra conmocionado. También, convencido de que el fiscal Pablo Jávega ha encontrado “una doble prueba genética irrefutable” que identifica al asesino de su madre.
Como querellante, cuestiona por qué no compararon antes el ADN de Roberto Bárzola, el parquetista, con el rastro hallado en el cinto con que estrangularon a su mamá. Reclama que el nuevo sospechoso de abuso sexual seguido de muerte, pueda ser juzgado y no quede libre por la prescripción.
Facundo estuvo acusado por el homicidio entre los 19 y los 24 años. Luego, durante seis años más, respaldó a su padre, Marcelo Macarrón, imputado de homicidio calificado, juzgado y absuelto de crimen por encargo en 2022. Tras el juicio que reconoció a Dalmasso como víctima de violencia de género, se constituyó en querellante en la nueva investigación.
Desde Bruselas, donde ejerce como diplomático de carrera, Facundo habló en exclusiva con La Voz.
–¿Sospechaste en algún momento del “parquetista”?
–Siempre estuvo entre las sospechas. El tema es que después del “perejilazo”, como familia nos forzaron a no pensar en eso (…). La presión política y social fue tan grande que hasta nosotros mismos nunca más creímos en la prueba contra un obrero. Investigaron tan mal. Si hubieran hecho una investigación sistemática, prolija, y no se hubieran dejado llevar por todos los prejuicios y rumores, hubieran encontrado el asesino a los pocos meses. No enviaron a analizar las muestras de todas las personas que rodearon a mamá en su último tiempo, algo básico en Criminalística. Mi abuela habló de una discusión que había tenido mi mamá con el lustrador de pisos. Mi mamá estaba sola en la casa y todos los obreros sabían. En abril de 2007 con el informe del forense Osvaldo Raffo pedimos que se investigara como abuso sexual seguido de muerte, pero ahí ya empezaron a apuntar contra la familia.
–¿Cómo te sentiste al enterarte el resultado del ADN de Bárzola?
–Me duele mucho pensar que mi mamá sufrió así. Obviamente ya sabía que había sufrido, pero sentí una angustia muy grande, un shock. Pensar que mi mamá pasó por lo que pasó y nunca se pudo hablar de abuso sexual, de femicidio, se la mató mil veces. Después de la angustia sentí mucha bronca hacia la Justicia, hacia los medios, hacia todos los que embarraron la cancha de esa manera. Y después también empecé a sentir un poco de alivio, porque al menos ya tenemos la verdad. Sí me da miedo de que esta persona siga libre. Si fue el asesino, es inconcebible. No sólo por una cuestión de reivindicar a mamá, y de que pague por lo que hizo, sino por lo que podría llegar a hacer con otras personas, eso me da miedo.
–¿Viste las declaraciones del sospechoso?
–No, nunca quise ver ni su foto. Me cuesta verlo, creo que es un mecanismo defensivo. No quiero ver ni quién es. Me duele muchísimo imaginar el momento en el cual un violador abusa de mi mamá y la mata por ser mujer. Yo creo que una persona así tiene que tener una psiquis muy particular para sobrellevar esto durante tantos años.
–Si tuvieras la oportunidad, ¿Le dirías algo a Bárzola?
–Le preguntaría si tiene algún tipo de arrepentimiento porque parece que no lo tiene. Le preguntaría si es consciente de todo lo que nos robó. Lo que le quitó a mi hermana, a mi padre, las oportunidades de disfrutar, cuando me recibí, cuando mi hermana tuvo a su hijo. Tuvimos que seguir adelante, en una vida de supervivencia…
–¿Qué le pedirías a la sociedad?
–Que todo el sufrimiento de mamá, de los que la amamos, todo el sufrimiento indirecto que causó la mala investigación, no haya sido en vano. Que nos acompañe, que esto no quede impune. La causa tiene mucho que enseñarnos como sociedad. Si sucede otro crimen así, que se hagan las cosas bien, que se siga un protocolo, que maduremos en no tener prejuicios rápidos, que no nos alimentemos del morbo, del sufrimiento de la vida privada de cada persona. Que dejemos los egos de lado para que podamos hacer las cosas bien. Los intereses personales, desde políticos hasta judiciales y mediáticos, encarajinaron todo. A una mujer la violaron, la mataron y el asesino estuvo suelto 18 años y mientras tanto se persiguió a Dios y María Santísima, a su hijo, a su marido, a un pintor inocente. ¡Por favor, aprendamos de esto!. Todos tenemos que aprender.
–¿Creen que las organizaciones feministas los van a apoyar?
–Hace dos años, cuando dimos una entrevista con mi hermana, pedimos ese apoyo y también que se deje de hacer un uso político de la causa, porque hubo organizaciones que se manifestaron cuando mi padre, sin pruebas, estaba en el banquillo. Ahora tenemos una prueba indubitable. Tenemos dos ADN confirmados, falta reconstruir gran parte pero yo creo que estamos en la verdad, necesitamos ese apoyo. Por favor lo pedimos, y no que porque mi madre por ser supuestamente una mujer de alta sociedad no se la apoye. La violencia de género es un flagelo social, no podemos permitir que un violador y un asesino quede libre por una formalidad como es la prescripción penal. La razón por la cual esta persona no podría ser investigada es el mismo accionar o falta de accionar de la Justicia. No queremos que este tipo de errores judiciales afecten a más mujeres.
–Al común de la gente de Río Cuarto, ¿qué le dirías?
–Les pediría que se pongan en la situación que sufrió mamá. De una mujer que, por el sólo hecho de ser mujer, la violaron y la mataron. Les preguntaría por qué no generó indignación, por qué vino todo lo que vino después. Además les pediría un abrazo, lo necesito después de tantos años. Hemos sido muy atacados. Pero eso no sé si llegará.
Respondió a Rohrer: “Pido disculpas pero no perdamos el foco”
El empresario Miguel Rohrer solicitó días atrás a los hijos de Marcelo Macarrón una pública disculpa por haber lanzado sospechas en su contra.
Facundo Macarrón le respondió: “Todos nos equivocamos. Quizás la desesperación y el dolor, y el estar sobreviviendo a una persecución judicial y mediática, pudo llevarnos a pensar y decir cosas erradas. Caímos en las mismas sospechas que la sociedad: eso de que ‘tiene que ser un poderoso’. Lógicamente yo le pido disculpas a Rohrer por decir que nunca se lo investigó como correspondía, y también disculpas muy sentidas a su familia. También él nos trató de malos hijos, de mentirosos y de clan mafioso, en lugar de decir: tienen derecho a sospechar de todos pero sé que soy inocente”.
“A mí me sacaron a patadas del clóset, mi padre casi se muere, pero es mi mamá la que merece la mayor de las disculpas, porque la revictimizaron, la usaron para los peores fines. Acá la víctima es ella, no los hombres que se sienten afectados en su honor porque se pidió que se los investigue. Ni tampoco la familia que sufrió las peores atrocidades. No perdamos el foco, la víctima es Nora, a ella violaron y mataron”, remarcó.