Leonardo Cositorto estuvo tres horas y media frente a la fiscal que lo metió preso cuando pasaba sus días clandestinamente en un poblado de las playas caribeñas de República Dominicana.
Todo lo publicado sobre Generación Zoe
Sentado en la oficina del contrafrente del primer piso de los Tribunales de Villa María, pasó la primera parte de la indagatoria escuchando nada menos que 176 hechos por los que Juliana Companys lo acusa de ser autor de estafas reiteradas, sobre la base de las denuncias de 94 damnificados.
Hasta ahora, se cree que las supuestas estafas piramidales podrían rondar los ocho millones de pesos, según indicaron desde Tribunales.
Pero descuentan que la cifra podría subir por la aparición de más denuncias.
Este primer encuentro cara a cara entre acusado y acusador fue extenso.
Cositorto tampoco se quedó callado y respondió todas las preguntas, reveló el abogado Miguel Ángel Pierri, quien lo asiste, junto a Guillermo Dragotto.
Mucho de lo que dijo Cositorto en la fiscalía lo resumió Pierri en la vereda de Tribunales.
Su principal argumento de defensa es que no tiene nada que ver con los hechos de Zoe Villa María.
Ratificó que su postura es desligarse de posibles maniobras que podrían atribuírsele a Claudio Álvarez, también detenido y principal referente de la organización a nivel local.
“No tiene nada que ver con Villa María”, insistió el abogado. Aunque reconoció que entre las acusaciones de la fiscal podría haber “una punta” que daría inicio a una investigación que lo tendría más comprometido.
Sin embargo, se mantuvo en asegurar que Cositorto “no desarrolló ninguna actividad” en Villa María.
“Ya lo van a ver”, dijo.
Prometió hacer pública, en las próximas horas, la declaración de su defendido ante la fiscal.
Consideró que la presentación fue “muy buena”, según su modo de ver, y aseguró que el líder de Zoe pudo dar todas las explicaciones que quiso, insistiendo en su inocencia.
Despegarse de Villa María
Aseguró que, al igual que Batista, ninguno tuvo vínculo alguno con las personas damnificadas ni con el funcionamiento de la oficina Villa María. También rechazó haber financiado, organizado o participado de las ganancias del nodo local de Zoe.
Con esta posición, busca apartarse de la situación de Álvarez y su familia, quienes están detenidos como parte de la misma organización e imputados por los mismos delitos.
Cositorto intenta cargar sobre este grupo las responsabilidades de los perjuicios sufridos por quienes depositaron sus dólares en la organización.
El entramado del caso Zoe tiene entre otros principales acusados al contador Norman Próspero y al abogado Gustavo Saavedra. Ambos fueron apresados en Buenos Aires y se los considera piezas clave de la estructura de Cositorto. Lo mismo para el caso del exjuez federal Héctor Yrimia, quien se encuentra en Dubai.
Su situación no está clara. La fiscalía informó que “se entregó ante Interpol”, pero sus abogados aseguraron que “sigue libre” en el país arábigo, donde reside junto con su familia, y que sólo fue un “colaborador externo”.
Otra detenida es Mariela Sánchez, líder de Zoe en Córdoba capital.
Aparentemente, respondía a Claudio Álvarez. Este, junto con su madre Silvia Fermani, sus hermanas Florencia e Ivana Álvarez, y su cuñado Silvio Schamme, pareja de Ivana, formarían el cuadro principal de la organización a nivel local, y con la que Cositorto dice no tener nada que ver.
En unos 20 días, el principal acusado de llevar adelante esta supuesta estafa que trascendió las fronteras del país volverá a sentarse frente a la fiscal villamariense para seguir declarando.
Corrientes, Salta, Mendoza...
Antes, este jueves 28, partirá rumbo a Goya, provincia de Corrientes, donde se abrió otra causa con más de 50 denuncias en su contra. Y a esto se suma otro pedido de la Justicia de la provincia de Salta, que también lo quiere indagar por supuestos hechos de estafa y asociación ilícita.
Vale recordar que en Buenos Aires hay otra causa que lo tiene imputado por lavado de activos, y podría ser llamado a declarar allí también.
En Mendoza también se presentaron denuncias. Si todo esto prospera, a Cositorto le espera un largo periplo por distintos tribunales.
Pierri admitió que se trata de un caso complejo por el volumen del expediente y la cantidad de estrados judiciales que están requiriendo a su cliente.
Más allá de estar en desacuerdo con la acusación, valoró como “muy prolijo” el trabajo de la fiscal.
Mientras tanto, en Villa María la causa seguirá con la lectura al resto de los imputados de los 176 hechos que determinó Companys.
El caso tiene hoy 20 detenidos.
Todos ya fueron indagados por primera vez y en los próximos días volverán a pasar por Tribunales para notificarse de la ampliación de la acusación.
En el caso de Maximiliano Batista, número 2 de Zoe, ya fue puesto al tanto de las acusaciones. Este lunes se abstuvo de declarar, y fue devuelto a Bouwer junto con su socio y principal acusado.
Despedida para las cámaras
Cositorto y Batista habían entrado al edificio de Tribunales alrededor de las 7 de la mañana.
Fueron traídos por el Servicio Penitenciario de Córdoba desde la cárcel de Bouwer.
Ingresaron temprano y casi sin testigos por el portón lateral, de calle San Juan, que lo deposita en el patio interno. Es un acceso que suelen utilizar jueces y fiscales.
La salida fue mucho menos discreta que la entrada.
Los guardias los hicieron descender por las escaleras del frente de Tribunales, donde estaban todas las cámaras de televisión.
Allí Cositorto no habló ni respondió las requisitorias de la prensa. Pasó a dos metros de los micrófonos, esposado, en silencio y muy bien custodiado.
Cerró los ojos y subió al camión en el que ya esperaba Batista.
Ambos partieron rumbo a Bouwer, dejando atrás un enjambre de cámaras y micrófonos de los canales que estuvieron varias horas transmitiendo en vivo para todo el país lo que ocurría en Villa María.
