La figura de Horacio Grasso, el expolicía condenado por el brutal asesinato del niño Facundo Novillo, volvió a salir a la luz tras el hallazgo de un cadáver en avanzado estado de descomposición en el departamento que habitaba en calle Buenos Aires 315 del piso 3° B en la Capital. La noticia tuvo un alto impacto en Córdoba y ya se habla del caso del “cadáver en el placar”.
En las últimas horas se han revelado imágenes exclusivas que revelan el escenario aberrante del lugar, donde las moscas, la basura y los gusanos eran una cruda realidad que acompañaban los restos humanos.
El fétido olor, descripto por vecinos como “olor a panteón”, fue la primera señal de alerta, percibida por dos albañiles contratados para realizar arreglos y limpieza en el departamento.

El lugar donde hallaron el cadáver en el placar en Córdoba
Tras forzar una puerta precaria, los obreros ingresaron y descubrieron el horror: un cuerpo sentado dentro de un placar, envuelto en mantas y atado con un cable de televisión, con restos de cemento y cal sobre la colcha, y en un avanzado estado de putrefacción.
Noticiero Doce mostró las imágenes del departamento.
El inquilino: un historial delictivo marcado por un crimen estremecedor
El inquilino del departamento era Horacio Antonio Grasso, un expolicía que cumplía prisión domiciliaria por el brutal asesinato del niño Facundo Novillo Cancinos en 2007.
Grasso, condenado en 2009 a 27 años de prisión, había obtenido el beneficio de la prisión domiciliaria en 2019 alegando una afección cardíaca. Sin embargo, pocos días antes del macabro hallazgo, Grasso fue devuelto al Establecimiento Penitenciario de Bouwer por violar las restricciones de su arresto domiciliario y quitarse la tobillera electrónica.
Los albañiles fueron convocados presuntamente por un hermano del homicida: Javier Grasso.
Este habría encomendado a esos albañiles para que limpien el departamento claramente a cambio de dinero ya que era un trabajo asignado.
El historial de Horacio Grasso es extenso y perturbador: fue exonerado de la Policía años antes por un robo a un local de ropa y por tener un arsenal de armas, sospechándose que se dedicaba al alquiler de las mismas a delincuentes.
El crimen de Facundo Novillo, de 6 años, ocurrió cuando Grasso, junto a un exmilitar, intentaba robar a narcotraficantes en el barrio Colonia Lola. Durante la fuga, un disparo de FAL de Grasso impactó en la cabeza del niño, que viajaba en un Renault 12 con su familia, causando su muerte.
Además, Grasso cuenta con antecedentes de violencia de género, habiendo agredido a su propia madre en 2019, lo que lo llevó de vuelta a prisión tras una fuga por los techos. Vecinos del edificio describen a Grasso como una persona “peligrosa” y “problemática”, que amenazaba a todo el mundo, y afirman haber realizado denuncias que no fueron atendidas por las fiscalías, generando un sentimiento de desamparo.

El misterio de la víctima y la sombra del hermano
Hasta el momento, la identidad del cuerpo es un misterio total. Debido al avanzado estado de descomposición, no ha sido posible determinar ni el sexo ni la edad estimada de la víctima, aunque se especula que podría ser una mujer por el tamaño del cuerpo y características de los restos.
Se estima que podría llevar casi dos años sin vida, o incluso hasta cinco años. El cuerpo fue hallado sin prendas íntimas. La investigación está a cargo de la Fiscalía de Instrucción de Distrito 1 Turno 5, y se han convocado a antropólogos forenses, como Anahí Ginarte, para colaborar en la identificación y determinar la “data de la muerte”.
Javier Grasso también tiene un historial problemático, con antecedentes penales por mala convivencia y conflictos con vecinos en otro edificio de avenida Colón. En 2024, fue detenido y expulsado de Paraguay acusado de robar una mochila con miles de dólares, lo que lo llevó de vuelta a Córdoba. Fuentes oficiales señalaron que eran “usuales” las “fuertes discusiones” entre los hermanos Grasso en el departamento.