La reciente adquisición de 93 hectáreas en Lavalle por el reconocido cantante Abel Pintos y su socio Marcelo González para un emprendimiento agropecuario ha desatado un inesperado conflicto. La compra, destinada a la producción de pistacho y olivos, se ha visto empañada por una presunta estafa inmobiliaria que afecta a una familia que reside en uno de los lotes comprendidos dentro de estas tierras.
El matrimonio conformado por Alberto “Tito” Angulo (34) y Yésica Ferreyra (33), junto a sus cuatro hijos, se encuentra en el centro de esta disputa. Ellos aseguran haber comprado un lote de 1.500 metros cuadrados en febrero de 2024 en el distrito de San Francisco tras encontrar una publicación en Facebook. Según relatan, realizaron la compra a dos personas identificadas con las iniciales RNM y RRM (padre e hijo), quienes les entregaron documentación que ellos creían que era el título de propiedad.

Sin embargo, este terreno se encuentra dentro de las 93 hectáreas que Abel Pintos y Marcelo González adquirieron a fines de 2024 a través de una operación con quienes serían los “verdaderos dueños” de esas tierras. Esta situación llevó a que el fiscal Juan Carlos Alessandra imputara a Angulo y Ferreyra por usurpación de inmueble tras una denuncia que sostiene que la familia forzó un portón para ingresar al lote.
“Buscando en Facebook dimos con la publicación de dos personas, un padre y un hijo que ofrecían lotes en Lavalle. Nos pusimos en contacto, fuimos al lugar, lo vimos y nos pareció un lugar muy lindo y muy tranquilo”, recordó Angulo sobre el momento de la compra. Tras recibir una indemnización por un accidente laboral en junio de 2023, donde perdió parte de un dedo, Angulo buscaba concretar el sueño de la casa propia. “Cuando concreté la compra, estos hombres nos entregaron un documento que nos cedía el terreno”, agregó, mencionando incluso la participación de una escribana en la transacción.
El conflicto salió a la luz cuando se concretó la compra por parte de Abel Pintos y su socio. El ingeniero agrónomo a cargo del proyecto de producción, Fernando Lapolla, aseguró que “Abel Pintos y Marcelo González compraron el campo en buena fe, nosotros tenemos los papeles y desconocíamos toda esta situación”. Lapolla lamentó que, a pesar de estar identificados quienes aparentemente vendieron las tierras sin ser los dueños, no se haya intervenido. Incluso advirtió que, de no resolverse el conflicto, “ante el más mínimo, nos vamos de Lavalle” y alguien tendrá que explicar por qué no se quedaron, enfatizando el potencial de generación de trabajo del proyecto.

La amenaza de desalojo para la familia Angulo Ferreyra es inminente. “Es algo que desvela a Tito, a Yésica y a los niños”. Si bien Alberto Angulo reconoce que Abel Pintos compró de buena fe, “esperan que el artista pueda interceder”.
Desde la Municipalidad de Lavalle, el secretario de Desarrollo Local, Juan Jaime, explicó que la comuna recomienda informarse en catastro antes de comprar un terreno. En este caso, señaló que la responsabilidad de accionar legalmente recae en la familia Angulo Ferreyra contra RNM y RRM, quienes aparentemente les vendieron un terreno que no les pertenecía. “Esto viene desde hace varios años y es algo que ocurre en todos los departamentos, no solo en Lavalle”, destacó Jaime.
La justicia deberá determinar en una causa independiente la autenticidad del documento entregado a la familia Angulo Ferreyra y si fueron víctimas de una estafa por parte de los vendedores. Mientras tanto, la incertidumbre y la amenaza de desalojo pesan sobre esta familia, cuyo sueño de tener una vivienda propia se convirtió en una pesadilla tras cruzarse en el camino de una millonaria inversión y una presunta red de estafadores.