El caso del asesinato de cinco miembros del Grupo Fugitivo, una banda de música regional mexicana, ha conmocionado a México y tomado un giro inesperado con la confirmación de que Carlos González, vocalista principal de la agrupación, sobrevivió a la masacre.
Según publicaciones recientes en medios mexicanos, González escapó de la muerte al llegar tarde a una supuesta presentación privada en Reynosa, Tamaulipas, el pasado 25 de mayo, donde sus compañeros fueron secuestrados y asesinados. La Fiscalía de Tamaulipas ha detenido a nueve presuntos integrantes del Cártel del Golfo en relación con el crimen, pero el móvil sigue sin esclarecerse.
Una trampa mortal en Reynosa
El domingo 25 de mayo, cuatro músicos del Grupo Fugitivo —Francisco Xavier Vázquez Osorio (20 años), Víctor Manuel Garza Cervantes (21), José Francisco Morales Martínez (23), Nemesio Antonio Durán Rodríguez (40)— y su representante, Livan Edyberto Solís de la Rosa (27), fueron citados para un evento privado en la colonia Riberas del Río, en Reynosa.
Según la reconstrucción de los hechos, basada en testimonios de familiares y el periodista Martín Juárez en el programa De Primera Mano, la dirección proporcionada llevaba a un lote baldío, no a una “palapa” como les habían indicado. Al llegar, los músicos fueron interceptados, secuestrados en su camioneta GMC negra y trasladados a un predio en la colonia Aquiles Serdán, donde sus cuerpos fueron hallados calcinados el 29 de mayo.
Carlos González, quien se unió al grupo en enero de 2025 tras presentarse como telonero de Gerardo Ortiz en 2022, viajaba en un vehículo separado y llegó tarde al lugar acordado.
“Encontró un terreno vacío, intentó contactar a sus compañeros sin éxito y decidió regresar a su casa. Eso le salvó la vida”, informó Juárez.
La hipótesis principal, respaldada por Edith González del colectivo Amor por los Desaparecidos, señala que la banda fue atraída con engaño a una trampa premeditada, posiblemente orquestada por la facción Los Metros del Cártel del Golfo.
Detenciones y preguntas sin respuesta
La Fiscalía de Tamaulipas, liderada por Irving Barrios Mojica, confirmó el hallazgo de los cinco cuerpos y la detención de nueve sospechosos vinculados al Cártel del Golfo, designado como organización terrorista por el gobierno de Estados Unidos.
El operativo, apoyado en videovigilancia y rastreo telefónico, localizó la camioneta del grupo en la colonia La Cañada, sin los logos de la banda, y los cuerpos en un exbasurero clandestino. Sin embargo, las familias de las víctimas exigen pruebas de ADN para confirmar las identidades y critican la falta de claridad sobre el móvil del crimen.
“Ni siquiera tenemos pruebas de ADN que confirmen que son nuestros familiares”, declaró un familiar de Víctor Garza a Marca.
Las autoridades aún investigan si el ataque está relacionado con los “narcocorridos”, canciones que glorifican a líderes criminales y que, según BBC Mundo, pueden generar represalias de cárteles rivales.
Sin embargo, los familiares niegan cualquier vínculo de la banda con el crimen organizado, asegurando que el Grupo Fugitivo se dedicaba a interpretar cumbias, baladas románticas y corridos populares en fiestas locales.
Conmoción en la comunidad artística
El caso ha generado indignación en Reynosa, donde familiares y colegas bloquearon el puente internacional Reynosa-Pharr y realizaron vigilias exigiendo justicia. Las últimas publicaciones del grupo en Instagram y Facebook, horas antes de su desaparición, muestran a los músicos en el puente Reynosa-Hidalgo, interpretando Cruzando el puente de Los Cadetes de Linares y soñando con presentarse en Estados Unidos.
La tragedia, que se suma a casos como el asesinato de Los Norteños de Río Bravo en 2018 y Kombo Kolombia en 2013, pone en evidencia la vulnerabilidad de los músicos en regiones marcadas por la violencia del narcotráfico.
Carlos González, en estado de shock según medios como Primicias, permanece a salvo, pero su paradero es reservado por seguridad.
