Los traders, o expertos en inversiones, se vienen haciendo populares en el campo virtual de las redes sociales. Pero existen pocos antecedentes como el de la joven cordobesa de 27 años Candela Salazar, detenida la semana pasada bajo la acusación de haber defraudado a al menos cuatro personas que le entregaron sus ahorros a cambio de rendimientos muy elevados en dólares.
La historia conocida ya se viene verificando en los últimos años, como con el caso paradigmático de Edgar Adhemar Bachiani, el autodenominado “dios del trading”, que tomó el dinero de cientos de inversores que confiaron en su narrativa de éxito y en su fachada del lujoso local en Tejeda al 4000 del barrio Cerro de las Rosas. Al menos 50 estafas con criptomonedas y otras promesas son las que lo traerán a juicio a Córdoba, por una parte de la investigación que realizó Valeria Rissi, fiscal de Delitos Complejos. En Catamarca y en Tucumán lo esperan otras causas por cientos de defraudaciones.
Lo mismo viene sucediendo con alguien que comenzó como motivador, coach y emprendedor, y que luego terminó capacitando y tomando dinero a personas que confiaron en Generación Zoe. Leonardo Cositorto cayó en Villa María, pero tiene causas en numerosas plazas del país, con un juicio en marcha en Goya, Corrientes.
El año próximo se juzgará a nueve presuntos responsables de la inexistente One Coin, la criptomoneda que, además de virtual, fue no real. Según la acusación, también se hicieron grandes promociones para un lanzamiento que nunca llegó, con viajes en avión y eventos en hoteles en capitales de la región.
Los ejemplos son numerosos, pero las modalidades parecen ser las mismas: posibilidad de ganar dinero fácil y rápido, exhibición ostentosa de una vida que es para pocos y un discurso que seduce a quienes terminan disponiendo su dinero con la ilusión de alcanzar el estatus del modelo que se vende por las redes.
De acuerdo a los primeros datos de la causa, y a juzgar por su perfil de Instagram, todo esto parece nutrir a la influencer Candela Salazar, quien el martes 3 de diciembre fue bajada del avión en Córdoba cuando estaba por decolar rumbo a Buenos Aires.
La fiscal Lourdes Quagliatti le imputó el presunto delito de estafas reiteradas y la dejó privada de la libertad. Esa mañana, fue allanada su casa de barrio Urca, lo mismo que la situada a pocas cuadras de allí, perteneciente a Nicolás Gionco (27), quien está acusado de colaborar en las actividades de Candela como partícipe necesario y también imputado por estafas reiteradas.
Este joven asistía a un gimnasio de calle Fader, en el Cerro de las Rosas, y allí habría convencido a otros asistentes de confiar en las habilidades de Salazar para realizar inversiones. Una vez que les abría el camino, los investigadores dicen que los postulantes tenían una reunión con Candela que terminaba por “cerrar” el trato.
Del perfil de Instagram de la joven que se exhibe en lugares turísticos de todo Occidente, se deduce que su nivel de vida es elevado. Más allá de esa vida, los “escenarios” sirven para publicar sus ideas de “ayuda” a la gente para que crea en sus capacidades y mejore su vida. En otros posteos, se incluyen la oferta de capacitación y la posibilidad de ingresar a formas de hacer negocios.
Pero, de allí a recibir dinero para la compra de criptomonedas o para invertir con rendimientos del 10% al 12% mensual en dólares, hay otro trecho.
Una fuente de la investigación señaló que el esquema tenía dos facetas: “capacitar en trading para obtener libertad económica” con vistas a manejarse solo, pero también lograr que algunos confíen dinero para hacer las inversiones directas, las mismas que muchos particulares están reclamando.
Además, se señala, también se habría manejado la posibilidad de “sumar” a otras personas para que se inscribiesen en estas capacitaciones y, con esto, el aportante recibía sus beneficios. Esto tiene mucho de esquema piramidal.
Por eso, se deduce que las fuentes de ingreso de Salazar eran varias.
A su vez, por otras publicaciones, a esta joven se la relacionó con la plataforma Evo Global, con denuncias en otras plazas, como Misiones, y que tiene actividades similares a las ofrecidas por Candela Salazar. Por esto, investigan si ella formaba parte de sus movimientos o si, una vez aprendido el negocio, estaba explotando su propia empresa.
Siguen las denuncias
Mientras sigue el análisis de la prueba, particularmente de teléfonos celulares y de otros dispositivos, se está concretando la recepción de denuncias de otros presuntos damnificados por Salazar que, al conocerse su detención, averiguaron dónde podían presentarse.
Esto se viene efectivizando en la Unidad Judicial de Delitos Económicos de la Jefatura de Policía. Según las primeras apreciaciones, se están recibiendo datos firmes y las primeras estimaciones hacen prever que los montos reclamados serían elevados.
De los U$S 23 mil que se calculó que alcanzaba el supuesto perjuicio de las primeras cuatro denuncias que motivaron la detención, ahora se habla de la posibilidad de que esos valores en moneda extranjera superen las seis cifras.