- En 45 días
- cayeron 70 acusados con "handies" en la Capital.
- El problema está en los tribunales: la figura penal es leve.
“Esos son”, gritó uno de los policías en el patrullero. “¡Seguilo, no lo pierdas!”, agregó, y su compañero pisó el acelerador. La patrulla salió detrás del bólido blanco que se abría paso por la calle a toda velocidad entre autos y peatones. El Citroën C4 blanco había sido denunciado por estar involucrado con el robo de una rueda de auxilio de una 4x4. A la persecución se sumarían varios móviles más.
Las cosas no terminarían bien en una esquina: el bólido chocó aparatosamente contra un remise, donde iba una jubilada como pasajera y que resultaría herida, y luego contra otro coche estacionado. Los delincuentes salieron disparados en distintas direcciones. Uno de ellos no llegó lejos. “Parate ahí”, le gritó el policía, y el ladrón levantó las manos. El otro corrió barranca abajo y se largó a cruzar el Suquía hasta perderse.
Al revisar el auto (robado y con patentes cambiadas), los policías no sólo hallaron la rueda de auxilio sustraída, sino que además encontraron otro neumático y varios elementos robados, herramientas y el elemento clave: un handy negro.
Lejos de haber sido usado como intercomunicador con otra persona, el aparato había sido utilizado como inhibidor de alarmas para cometer robos en coches estacionados.
El episodio, sucedido días atrás en barrio Urca de Córdoba capital, confirma lo que ha vuelto a palpitarse y a sufrirse en las calles: el retorno de los robos con inhibidores.
El aparato no anula las alarmas, sino que, al ser pulsado, interfiere en la activación del sistema de seguridad. La dueña o dueño del coche se aleja tras estacionarlo, creyendo que ha dejado todo cerrado, cuando no es así. A los delincuentes sólo les queda abrir una puerta y saquear lo que encuentran a mano, como computadoras, celulares o bolsos.
Cuando pueden, se llevan el auto.
En lo que va del mes, ya han sido detenidos 35 sospechosos en operativos por robos (o tentativas) con inhibidores de alarmas en la Capital. En esos procedimientos se incautaron 14 handies, según confirmaron desde la Dirección de Seguridad de la Policía de Córdoba. En agosto, se habían incautado unos 15 handies y se había detenido a 34 sospechosos en distintos barrios de la Capital.
“No creemos que haya una gran organización detrás de esto. Es una modalidad de robo que ha vuelto y es cometida por asaltantes. Estamos trabajando y poniendo mucho ojo en atraparlos”, indicó a este diario la jefa de Seguridad, Liliana Zárate.
“En varios casos, los hemos atrapado con inhibidores, con herramientas para robar y con cosas robadas. Son, como decimos nosotros, operativos redonditos. Los detenemos y los entregamos a la Justicia”, añadió la comisaría general.
Los robos se registran en playas de centros comerciales o bien en lugares muy transitados.
Zárate añadió que, más allá de la tarea policial, es clave que la ciudadanía tome recaudos: controlar los coches al bajarse y no dejar elementos de valor adentro.
Un delito menor
Ya sabemos qué sucede en la calle. Los robos de este tipo crecen y la Policía intensifica los operativos.
La realidad en la Justicia es otra: si el ladrón que usa inhibidor no cae atrapado in fraganti (pulsando el aparato en una playa de estacionamiento) o bien con varios elementos comprometedores consigo en la fuga, se irá seguramente a su casa como nada y sin mayores problemas.
Según reconocen en las fiscalías, el solo hecho de portar un inhibidor de alarma no es delito. Es como llevar un arma de juguete o una ganzúa. Tiene que haber más para que empecemos a hablar de un delito y de “dedos pintados”.
Por lo general, si los delincuentes caen presos con inhibidores en Córdoba, es porque escapaban en auto tras haber sido denunciados por guardias de un híper -o por un vecino solidario- que los ven “intentando robar”. Con suerte, y con muchas ganas del fiscal, el delito puede ser encuadrado como una tentativa de hurto, algo completamente menor.
La situación va cambiando, conforme a lo que se pueda demostrar. Si el ladrón quería robar ya un auto –tras anular la alarma con el inhibidor– el o la fiscal pueden imputar una tentativa de hurto calificado.
El agravante no está dado por el uso del inhibidor en sí, sino porque lo que se quería era robar un auto en la vía pública. Eso es grave para la ley.
Ahora bien, si no se comprueban ni el robo ni la intención, no pasa nada. El sospechoso se vuelve a su casa y se le devuelve el handy.
De todos modos, distintos fiscales señalaron que muchas veces las cosas se les complican a los sospechosos. Es cuando, además del handy, tras una persecución se les encuentran otras herramientas o bien cosas robadas de un rodado.
Allí sí se puede imputar por hurto, aunque de todos modos es una figura menor en el ámbito de los delitos contra la propiedad, muy por detrás del robo.
Son muchas las fiscalías que reclaman desde hace tiempo que se modifique la ley, para que la portación de un handy sea considerada un agravante.
En Tribunales II, muchos fiscales miran a Milagros Gorgas. Es que la fiscal logró “ganar” una pulseada tiempo atrás en un pleito con un defensor por un caso con inhibidores de alarmas. Los dos delincuentes habían sido sorprendidos en la playa de un híper pulsando un handy. La luz roja del aparato no dejaba de titilar y fue advertida por un guardia.
Tras un pleito que llegó hasta la Cámara de Acusación, los dos delincuentes fueron a juicio y terminaron condenados por tentativa de hurto calificado. Además, se los sentenció por asociación ilícita, aunque esa es otra historia: formaban parte de una banda que robaba autos a pedido.
Por lo general, las bandas dedicadas a esta clase de robos con inhibidores se movilizan en autos nuevos y costosos (muchas veces robados) para pasar inadvertidas.
Las cosas se están agravando: ahora, hay motochoros que andan con inhibidores, con lo que pasan más inadvertidos y, tras robar, escapan a toda velocidad.
Autoprotección, la mejor recomendación
Ante los robos con inhibidores de alarmas, desde la Policía de Córdoba recomiendan revisar el vehículo tras activar la alarma y el cierre centralizado a distancia. Se recomienda comprobar que la alarma se activó y que todas las puertas del coche están cerradas.
Además, se aconseja no dejar objetos de valor dentro del rodado.
También, extremar los cuidados a la hora de activar los portones automáticos de casas.
Finalmente, se indicó que, en caso de emergencia o de sospecha sobre delincuentes, se debe llamar de inmediato al teléfono 101 o bien al 0810 - 888 - 3368 (denuncias).
