Hace un puñado de años, era muy común encontrar a familias enteras paseando por el Centro de la ciudad de Córdoba, recorriendo sus galerías y entrando a las tiendas emblemáticas. Pero, en la actualidad, esta imagen quedó desdibujada y la familia se ve desplazada por la inseguridad y la delincuencia.
Quienes van todos los días a abrir sus negocios al Centro de la ciudad lo hacen con miedo y aseguran que el espacio público se parece cada vez más a una descripción cinematográfica sobre el centro porteño que ocurre durante la recordada película Nueve reinas.
“Ricardo Darín le explica a Gastón Pauls que las calles están llenas de ladrones y se los señala. Así estamos en Córdoba, viviendo un saqueo silencioso”, se queja el dueño de un local céntrico que prefiere no dar a conocer su identidad.
La lista que presenta el diálogo del largometraje describe la presunta presencia de delincuentes en las calles de la ciudad de Buenos Aires y es la siguiente: “Descuidistas, culateros, abanicadores, gallos ciegos, biromistas, mecheras, garfios, pungas, boqueteros, escruchantes, arrebatadores, mostaceros, lanzas, bagalleros, pesqueros, filos”.
Roberto es otro comerciante del casco céntrico. Cree que esta zona de la ciudad se volvió peligrosa al extremo y por eso lleva un conteo de los hechos delictivos de los últimos 15 días. Según sus registros, hubo al menos 28.
Gracias a los datos que recoge, pudo establecer que la mayoría de los robos se producen en zonas muy específicas. También aseguró que estos puntos están perfectamente identificados por la Policía, pero los hechos de inseguridad se reiteran “sin remedio”.
“Esta situación se tiene que acabar. No puede ser que no podamos dedicarnos a trabajar, que es lo que queremos, y que estemos preocupados por un problema que no debería ser nuestro”, lamentó Roberto.
Entre los delitos más comunes, se encuentran los arrebatos en las puertas de los comercios y las paradas de colectivos. Por lo general, son llevados a cabo por delincuentes en motos que marchan en contramano por las calles más transitadas de la ciudad.
Esos mismos “motochoros”, explicó el comerciante, persiguen a transeúntes que van con mochilas o a ancianos que llevan maletines, bolsos y hasta bolsas de supermercado.
También abunda el robo de billeteras y de celulares a través de la extracción del bolsillo o de la mochila, en medio de una distracción, con tan sólo dos dedos de la mano. Las víctimas son los clientes que se detienen a comprar o los chicos de las escuelas de la zona.
Finalmente, también comenzaron a replicarse los hechos que más preocupan. “Hay robos violentos. Vemos que alguien sale de comprar, lo encierran, le piden las cosas y lo golpean hasta dejarlo tirado”, alerta una comerciante, alarmada.
En cuanto a los robos en los comercios, los dueños dicen que, desde avenida Olmos al 200 y a lo largo de dos cuadras, todos fueron robados en el último año. Muchos de los que sufrieron robos decidieron comenzar a atender con rejas de por medio.
La misma situación viven los locales ubicados entre la calle Salta y el bulevar Illia. En este caso, además de robarles, hubo casos en los que fueron amenazados de muerte, según el relato de las fuentes consultadas.
La Policía, por su parte, confía en las estrategias de persecución del delito que lleva a cabo con patrullajes y videovigilancia. Los dueños de los negocios consultados advirtieron que la presencia de los uniformados es variable.
“Después de una nota periodística, se empieza a notar un patrullaje constante. Pero, al cabo de un tiempo, esto vuelve a ser una ‘tierra de nadie’”, comentó un quiosquero que tiene su negocio abierto todo el día.
20 robos en 15 días: los puntos más afectados del Centro de la ciudad
Del registro que llevó a cabo Roberto, se pudieron extraer los 20 hechos más alarmantes, ya sea por el grado de violencia que se utilizó para cometer el delito o por la reiteración de los robos.
En este último aspecto, hay que hablar del quiosco ubicado en la intersección de avenida Emilio Olmos y la calle Santiago del Estero. En los últimos 15 días, a ese reducto comercial se presentaron a robar unas ocho veces.
Las situaciones delictivas también repiten sus modos: una persona entra al local, amenaza al quiosquero y se lleva dinero o mercadería. En varias oportunidades, los delitos son cometidos por niños de entre 8 y 12 años.
A pesar de esto, el negociante anunció que no va a cerrar su local. “Necesitamos urgente seguridad. Estamos pidiendo auxilio”, dijo.
A pocas cuadras de allí, en la intersección de la calle Salta con la avenida Emilio Olmos, una tienda que vende prendas de vestir fue visitada días atrás por ladrones. “Entraron tres desconocidos y se llevaron la recaudación del día, más otro dinero que sabían que teníamos”, lamentó la dueña.
A unos pasos de este local, en avenida Emilio Olmos al 400, abordaron a un hombre que acababa de bajar de su vehículo para comprar una gaseosa. Lo golpearon y le quitaron sus pertenencias, aunque no pudieron llevarse el auto. El almacenero tuvo que salir a auxiliar a la víctima.
Una cuadra antes, ese mismo día, una farmacia fue objeto de un robo fugaz. “Abrieron la puerta, entraron con gorras con visera y en tres minutos se llevaron pastillas y dinero”, advirtieron.
En avenida Emilio Olmos y Maipú, una heladería también fue objeto de un robo. “Estaba la empleada y entró un chico con una pistola. Le dijo que entregara el dinero, que no quería nada más que eso. Se llevó todas las ventas de la jornada”, detallaron.
En calle Salta y avenida Olmos, entraron a otra farmacia: “Estuvieron un rato porque querían pastillas. Parece que ahora empezaron con ese tema de buscar drogas en las farmacias. También se llevaron el dinero”, dijeron.
En calle Salta al 250 hay un colegio. Sus estudiantes padecen a diario los robos. Pero, días atrás, uno de los alumnos volvió de un quiosco, lo arrinconaron y lo amenazaron con un arma para quitarle un sándwich y unos pocos billetes.
Otra zapatería que está ubicada a metros de avenida Emilio Olmos y Santiago del Estero tuvo que entregar todo su dinero recaudado. La amenaza también fue a punta de pistola.
En avenida Maipú al 330, el pasado lunes por la madrugada, le robaron a un chico que fue a comprar comida. Lo golpearon y se llevaron su dinero, la comida y el celular. Al otro día, en el mismo sitio, robaron en otro local de comida.
A unos metros del lugar, en avenida Maipú y Catamarca, intentaron robar en una concesionaria. Unos pasos más allá, a tan sólo 20 minutos de distancia, rodearon a un hombre que llevaba un portafolio, se lo quitaron, lo golpearon y huyeron.