Desde hace tiempo, los asaltantes en moto constituyen uno de los principales flagelos delictivos que se padecen en los barrios de la ciudad de Córdoba. De manera constante, se conocen desde simples arrebatos hasta violentos asaltos con graves saldos por parte de motochoros, sobre todo en horas del día. A veces, se trata de asaltantes que actúan de manera improvisada. En otras oportunidades, ya lo hacen de manera más organizada.
En febrero pasado, una mujer que volvía de trabajar pasó a engrosar las estadísticas de los asaltos cometidos por motochoros. La vecina fue emboscada, atacada y sufrió distintas lesiones, sobre todo en la cabeza, tras ser tirada al piso y ser arrastrada en barrio Don Bosco, de la Capital. La fortuna para ella y su familia es que pudo contarla.
Un video de una cámara de seguridad captó las violentas circunstancias del asalto y fue viralizado.
Un mes después, la investigación judicial está más que encaminada. No sólo que hay dos sospechosos presos acusados de haber integrado la dupla de asaltantes, sino que hay un tercer joven preso sospechado de haber facilitado su moto para la faena delictiva.
Para dar con ellos, fue clave no sólo ese video de una cámara de seguridad, sino otras filmaciones extras y un análisis a fondo de los celulares de los sospechosos.
En las últimas horas, el fiscal de instrucción Horacio Vázquez decretó las prisiones preventivas de tres acusados, quienes están imputados como supuestos autores de robo. Los imputados son Lisandro Fabricio Altamirano (19), Braian Bruzzoni Godoy (18) y Samuel Ariel Benetti (21).
Mientras los dos primeros están sindicados de haber sido quienes supuestamente iban en la moto, el tercero está sospechado de haber sido el dueño del rodado y de habérselos facilitado para ese robo por lo menos.
Si bien los dos primeros acusados negaron los hechos, la situación del dueño de la moto es distinta. En distintas declaraciones, fue mutando sus versiones. De hecho, en una llegó a reconocer haber facilitado la moto, lo que derivó en que terminara recibiendo amenazas de muerte que incluían eventuales ataques armados contra su casa, según surge de la causa.
Violento asalto callejero
Todo sucedió el pasado miércoles 5 de febrero a las 17.40 a la altura de las calles Portillo y Pasaje Público 2 de barrio Don Bosco de Horizonte, en la zona noroeste de la Capital.
Por el lugar, iba caminando A.S., quien retornaba a su domicilio luego de una jornada de trabajo.
Fue en esas circunstancias que frenó una moto Honda 125 negra con dos ocupantes. El conductor iba con casco. Su compañero saltó del vehículo, corrió y encaró hacia la vecina, a quien le arrebató su celular. En el violento forcejeo, arrojó a la mujer hacia el pavimento. La víctima sufrió serias lesiones en el cráneo, la espalda y brazos, según diagnosticaría luego el médico. Sufrió una conmoción craneal.
La pesquisa policial se basó en filmaciones de cámaras de la zona que captaron a los acusados, la moto y la patente. En una rápida y efectiva pesquisa, investigadores llegaron hasta el domicilio del dueño del rodado. Este muchacho no tardó en señalar que le había prestado la moto a su primo para que fuera a la peluquería. Dijo desconocer que se iba a usar en un robo. Luego, cambió la versión y señaló que se la habían secuestrado.
Ya en la alcaidía, según dijo, su primo lo llamó, le pidió “perdón”, ofreció entregarse, le reconoció el asalto (según dijo) y aportó otros datos.
Posteriormente, y ya en una nueva indagatoria, Samuel Benetti volvió a cambiar su declaración y negó haber facilitado la moto.
Añadió que su familia le dijo que recibieron amenazas de ataques armados por parte de allegados de uno de los acusados. De hecho, hubo amenazas para él.
En el marco de la pesquisa, los investigadores analizaron los celulares de los acusados y obtuvieron mensajes de WhatsApp que terminaron siendo comprometedores para los acusados. Había diálogos con frases, nombres y apodos que terminaron siendo relevantes en su contra.
Tras analizar la causa, la mecánica del violento hecho, el perfil de los acusados y sus adicciones a drogas, el fiscal decidió que continúen presos los tres como supuestos autores de robo, delito que prevé una pena de entre 1 y 6 años.