En el barrio de Nueva Córdoba, los robos “piraña” comenzaron a golpear la vida vecinal cada domingo. Al menos eso perciben los vecinos de este punto neurálgico de la ciudad de Córdoba que este lunes marcharon para repudiar la “creciente inseguridad”.
Un grupo pequeño de habitantes de ese punto de la Capital salió de sus hogares hastiado de los robos, las corridas y el peligro constante que dicen vivir.
Desde la Policía se definió a estos robos como perpetrados por “grupos” y se evitó la calificación de acciones en masa. Se indicó además que hay trabajo para contrarrestarlos.
El fin de semana, como ya había sucedido en oportunidades anteriores, se volvieron a registrar robos “piraña” en la zona de Nueva Córdoba.
Los casos son cometidos por numerosos jóvenes que, en pocos segundos, abordan a una persona en la calle y le roban lo que encuentran a mano para luego escapar corriendo. Las patotas suelen cometer varios robos seguidos en una misma madrugada.
Sin embargo, no es el único problema de inseguridad en Nueva Córdoba.
“Barrabravas vestidos de canillitas, droga en boliches, robos de autos, de celulares, de carteras y ahora esta horda descontrolada de chicos que bajan desde la zona del Parque Sarmiento a robar y agredir. Queremos vivir sin miedo. ¿A qué más quieren que nos acostumbremos?”, se preguntó Andrea, una de las mujeres jóvenes que anoche protagonizó el reclamo vecinal.
Del otro lado de la vereda, la Policía participa de manera asidua en reuniones con los referentes de los centros vecinales. Y estos mismos actores que hoy convocan a una movilización así lo reconocen.
“Esto empeora día a día. Los arrebatos son constantes y tenemos las motos identificadas. Hace siete años que tengo grupos de seguridad con la Policía y al primer grupo de comerciantes lo armé yo. Tenemos buena respuesta de la fuerza pero tienen las manos atadas”, planteó la presidenta del centro vecinal, Marcela Falappa.
Y agregó: “Cuando hay una detención, se realiza el procedimiento y, antes de su entrega, ya se tiene que hacer efectiva la liberación”.
Estudiantes atemorizados
El domingo 5 de marzo un grupo de 25 personas fue detenido por la Policía luego de un robo “piraña”. La mayoría de los integrantes del grupo eran menores de edad.
El pasado domingo la escena se repitió: “Es la famosa ‘banda del Parque’ que viene y nos ‘chorea a cada rato’”, dijo Fabián, un comerciante de aquel barrio.
La modalidad que más sufren, dicen los vecinos, son los arrebatos. Ya sea que se cometan en grupo o como hechos atomizados, por lo general afectan a los estudiantes que ya comenzaron a poblar Nueva Córdoba, en coincidencia con el inicio del período universitario.
“Están horrorizados. No quieren salir de sus casas y prefieren quedarse a estudiar en sus departamentos. Piden que se vuelva a las clases virtuales para no sufrir la agresión de parte de los ladrones”, expresó Nora en una llamada telefónica.
La mujer hablaba con su hija que había llegado hasta el punto de la convocatoria.
Nora le reprochaba que estuviera a esa hora fuera de su edificio. Al mismo tiempo se mostraba comprensiva en una comunicación desde Santiago del Estero: “Ya no dan más y no saben qué más hacer”.
Para Falappa, la situación afecta a los estudiantes en particular, pero también a toda la población. “Sabemos que los jóvenes portan gases pimienta y que los padres que viven en el interior están muy preocupados. Me llaman a mi para saber cómo están sus hijos”, contó.
Para amplificar el reclamo, el centro vecinal promueve una petición en el portal Change.org. Allí piden “frenar la inseguridad en el barrio de Nueva Córdoba” y llevan reunidas más de tres mil firmas.
La droga en la noche
Otras voces que prefirieron no ser identificadas hicieron énfasis en la penetración de las drogas.
“Hay boliches que están abiertos de martes a jueves. Están vacíos y la Policía lo sabe. Esos negocios se mantienen por la venta de drogas”, aventuró un vecino enfadado.
Lo cierto es que en reuniones con la fuerza pública se ha señalado que desde barrios vecinos a la zona mencionada llegan “deliverys de cocaína”.
“Como si fuera una aplicación de pedidos, pero de porros y ‘alita de mosca’, hay grupos de Telegram que llevan y traen pedidos de droga que se reparte en la zona”, dijeron otros vecinos.
Este asunto, explicaron, provoca un movimiento constante “de personas que cuando no tienen esa entrada económica, se dedican al arrebato de celulares”.
Movilización en Villa Esquiú
Al mismo tiempo en que Nueva Córdoba, muchos decían “basta de inseguridad”, en la zona nordeste de la ciudad, en barrio Villa Esquiú, los vecinos convocaron a una primera movilización para pedir más seguridad.
“El fin de semana pasado entraron a la casa de una vecina. Entre todos logramos reducir al ladrón pero la Policía demoró una hora en ir hasta el sitio. Los robos son cada vez más frecuentes y las respuestas demoran cada vez más”, dijo Jessica, una de las referentes de la zona.
En ese sector de la ciudad, la población de los barrios de Villa Esquiú, San Ramón y El Quebrachal salieron de sus casas para mostrar la decisión de “ponerle un freno a la inseguridad”.
Fue una concentración nutrida que fue visitada brevemente por autoridades policiales de la zona.
“Vinieron de la comisaría de Barrio Patricios. Desde ese destacamento atienden a toda la zona. Sin embargo, se fueron sin brindar una respuesta”, reprocharon los manifestantes.
