La metodología delictiva lleva años en Córdoba. Ladrones en moto dan vueltas en busca de víctimas. El blanco pueden ser mujeres, hombres, chicos, grandes; ya sea caminando, ya sea en la parada del colectivo, ya sea a la salida del colectivo o de un comercio.
Todo sucede en segundos. El acompañante arrebata y, junto a su cómplice, escapa a toda velocidad.
Si el robo se dificulta, recurran a un golpe, una amenaza, un balazo. La sorpresa es su principal recurso.
Esta modalidad delictiva, tradicionalmente propia del área céntrica de Córdoba y sus alrededores, se extendió.
Hoy, ya se reporta por distintos barrios de toda la geografía de la Capital.
Para peor, en las últimas semanas, los motochoros han vuelto a protagonizar graves episodios delictivos.
Días atrás, una mujer terminó internada luego de ser asaltada por motochoros cuando se bajaba de su auto frente a su casa en barrio Alto Alberdi. Terminó en un hospital.
Los ladrones escaparon.
En tanto, en Villa Corina y alrededores no cesa la conmoción por asesinato del playero Pablo Altamirano, ultimado de un balazo en el abdomen por motochoros que lo abordaron en una estación de servicio.
Por ese crimen, dos sospechosos fueron recientemente detenidos.
Se los acusa, además, por otro violento robo cometido en la zona precisamente como motochoros.
Días atrás también, otros dos delincuentes en moto asaltaron a estudiantes universitarios del Instituto Universitario de Ciencias Biomédicas de Córdoba en el estacionamiento de la institución.
Un guardia alertó lo que estaba ocurriendo y los asaltantes huyeron a los tiros.
Reclamo en barrios
Maria Eugenia Gordillo, presidenta del centro vecinal de barrio Güemes, se quejó por la seguidilla de arrebatos en el sector.
Si bien se refirió a arrebatos por parte de ladrones en la intersección de calles Montevideo y Artigas y en las inmediaciones de la plazoleta El Abrojal, se quejó de los motochoros.
“Una zona álgida son los alrededores del Hospital Misericordia y la plaza de las Américas. Los ladrones atacan y escapan usando villa Richardson”, dijo.
“Cambian permanentemente de comisarios y eso no sirve para nada, porque los policías y comisarios no alcanzan a conocer la dinámica del barrio… que ya los cambian”, se quejó la vecinalista.
María Inés, presidenta del centro vecinal de San Roque, también se quejó por “la delincuencia que ataca en la barriada”.
“Hay muchos robos todo el tiempo. Se vive a diario, a toda hora”, se quejó e indicó que se hacen reuniones con la Policía. Sin embargo, no hay resultados.
En ese sector del sudoeste de la Capital los robos en moto son la modalidad más habitual. No son simples arrebatos.
“La mayoría de los ladrones te pega un tiro para robar”, se quejó la dirigente vecinal.
“Las principales víctimas son mujeres que van a trabajar o llevan los niños a la escuela, o adolescentes que van o vienen del colegio”, agregó María Inés.
En barrio Alberdi, a una decena de cuadras al oeste del Centro, los hechos de inseguridad han dejado de ocurrir en las avenidas principales y “se han ramificado por todo el barrio”.
Así lo afirmó Dante Martínez, presidente del Centro Vecinal de Alberdi, quien indicó que la barriada no escapa a la problemática de otras zonas con los motochoros y que encima “se ven menos policías que antes”
Para Martínez, el aumento del parque automotor sirve para facilitar estos delitos y la huida de quienes los cometen.
El dirigente barrial también remarcó que otro problema es que las víctimas ya no denuncian los ataques de los motochoros y añadió que, si bien no tiene estadísticas, los hechos son violentos y en algunos casos hay armas de fuego involucradas.
Una realidad distinta
La realidad de barrio General Paz, a una decena de cuadras al este del Centro, parece ser distinta.
José Ignacio Amelotti, presidente del centro vecinal, dijo que en el sector tienen un grupo especial de policías que salen “todas las noches” a controlar mayormente el robo de cubiertas, que “es lo que más se está dando en el barrio”.
En relación a los motochoros, el dirigente sostuvo que, “si bien existen, no son muy comunes”. Además recalcó que se están haciendo controles permanentemente.
50 detenciones por día
A poco de ocurrido el crimen del playero Pablo Altamirano en barrio Villa Corina, la jefa de la Policía, Liliana Zárate dijo que la Policía “no está desbordada”.
La comisaria general dijo que la fuerza cuenta con “todos los recursos necesarios” para combatir el crimen. “Con los 22 mil policías, todos los días salimos a combatir el delito”, remarcó la funcionaria policial.
El día después del crimen del playero, Zárate dijo: “El Comando de Acción Preventiva (CAP) tiene un promedio de 50 detenidos por día. El policía trabaja en la prevención, procede a la detención de los sujetos”, puntualizó.
