Es complejo llegar sin ser visto hasta la obra en construcción ubicada a la vera de la autovía 19, en el predio donde se erige el parque industrial “Eco Parque”. Los delincuentes que este domingo a la madrugada atacaron el lugar sabían cómo hacerlo y tomaron por sorpresa al sereno Víctor Hugo Quiroga (69), quien perdió la vida a raíz de un paro cardíaco durante este nuevo hecho de inseguridad en la ciudad de Córdoba.
No hay detenidos. Tampoco hay imputados. Se tienen apenas algunas pistas en la investigación.
Un grupo fuertemente armado, integrado por al menos seis individuos, habría conformado la banda que redujo al personal de vigilancia del predio ubicado en la zona nordeste de la Capital.
Uno de los dos serenos, el que según sus compañeros había comenzado a trabajar ese mismo día, no soportó la situación y lo pagó con su vida.
El fiscal Andrés Godoy, a cargo de la causa, solicitó los informes de medicina forense para determinar la causa real de la muerte.
Quiroga no presentaba heridas a la vista. Se presume que sufrió un paro cardiorrespiratorio.
Godoy requirió además las imágenes registradas por las cámaras de seguridad del predio. La investigación recién comienza.
El caso del sereno se convirtió en el último apéndice de una sumatoria de muertes durante robos que inquieta a los cordobeses: al menos 16 personas murieron en el marco de asaltos violentos en lo que va del año en la provincia de Córdoba.
A esta alarmante cifra hay que añadirle otros nueve decesos en casos de robo, donde los fallecidos terminaron siendo los presuntos delincuentes, en manos de la Policía, de los damnificados de los asaltos, o de algún integrante de su propia banda.
Este último hecho guarda una triste similitud con otro anterior: el caso del panadero que fue brutalmente golpeado el 22 de noviembre y quedó tendido en el suelo. Se trata de Carlos Caballero, que tenía 67 años y era propietario de la panadería La Espiga, un tradicional comercio de la zona de Santa María de Punilla.
Tras la fuerte golpiza, Caballero murió infartado. Por el hecho hay tres detenidos, entre quienes se encuentra una exempleada del comercio que se ganó la confianza de su patrón y luego lo habría “entregado”, según la sospecha judicial.
Pero ese no sería el último de la lista. Luego fue atacado Emiliano Véliz, un comerciante de Río Cuarto que manejaba un local de cobro de servicios y fue sorprendido el 23 de noviembre por al menos dos delincuentes que dispararon contra él para robarle. Murió al día siguiente.
Tan sólo en el último tiempo un policía mató a un motochoro de un balazo el 20 de noviembre (quedó en libertad pero está bajo sospecha de exceso de legítima defensa); otro uniformado sufrió un infarto el 12 de noviembre, cuando sufrió un robo en su casa por parte de dos delincuentes y enfrentarse a golpes con los malvivientes; otro motochoro resultó asesinado por un riocuartense el 10 de noviembre, cuando fue repelido tras intentar robar una moto; y un casero fue fusilado por la espalda en noviembre en Malagueño.
Robo al predio de Eco Parque
En el último episodio violento de inseguridad, la banda de al menos seis integrantes solicitó una fuerte suma de dinero que no se encontraba en el lugar. Actuaron rápido y con prepotencia.
Pero según los pesquisas lo hicieron de manera desordenada. Habrían comenzado el ataque a los gritos y con gran nerviosismo, según aseguraron testigos ocasionales. Querían un dinero que nadie tenía.
A través de amenazas, lograron hacerse de algunas motoguadañas, otras herramientas manuales, un teléfono y un Fiat Duna blanco, confirmaron fuentes policiales.
Pero querían el dinero, un dinero que nadie les pudo dar, según dijeron los investigadores, y que hace pensar que eran improvisando. Los pesquisas se preguntan si realmente tenían un dato o “si fue al boleo” que eligieron el blanco.
Sin embargo, antes de la retirada de la banda se descubrió la peor consecuencia: Quiroga fue encontrado por sus pares, recostado en su casilla de vigilancia, inconsciente. Momentos más tarde, un médico de emergencias constató que había muerto.
Quiroga había comenzado a trabajar ese mismo domingo. Era jubilado, pero no le alcanzaba la pensión para cubrir los gastos familiares, según dijeron otros trabajadores del lugar.
Próximo a la ubicación del cuerpo, se encontró una mesa con un frasco con medicación. Aunque nadie pudo precisar si la víctima sufría de alguna enfermedad crónica.
Inmediatamente la Policía tomó conocimiento del robo, se activó un patrullaje en la perímetro del predio que se fue extendiendo con el paso de las horas. Sin embargo, los esfuerzos por encontrar a los responsables del robo no dieron resultados.
