El domingo por la mañana, la parroquia de barrio Müller fue victima de la inseguridad. La campana con la que llamaban a los fieles a misa fue robada.
El padre Oberlín aseguró que el hurto ocurrió entre la noche del sábado, luego de la misa en la que fue usada, y la mañana del domingo.
“Hice una publicación en Facebook, hice una denuncia online y recién a las 11, 12 de la noche me avisó alguien a dónde podía llegar a estar”, aseguró Oberlín en comunicación con El Doce.
Y continuó: “Acá hay un par de “chatarras” que se dedican a comprar metales de todo tipo, no les importa si es bien habido o mal habido, lo compran igual”. Qué el lugar esté abierto durante la madrugada le genera sospechas al párroco quien dio a entender que la vendieron a uno de estos lugares.
“Yo vine a la parroquia hace 14 años y la campana ya estaba”, afirmó y aclaró que se trata de la campana original del establecimiento y tenía en el lugar al menos 50 años.
Y reflexionó: “Son tiempos complejos. Hay mucho problema con el consumo, mucha droga se vende en el barrio. Muchos chicos salen a robar para consumir. Cada quien es responsable de la parte que le toca y entiendo que es una problemática muy difícil de abordar, lo mismo hay que hacerlo aunque sea difícil”.
“Pero después tenés cuatro o cinco “chatarras” que se dedican a comprar metales robados, placas del cementerio y alguna gente que se dedica a comprar celulares”, aclaró.
Oberlín, aseguró que realizó una denuncia a una de estas personas que comprar mercadería robada pero que le pidieron datos y testigos y nadie del barrio se anima a decir algo.
