La zona es un hervidero. Así describen sus habitantes al barrio José Ignacio Díaz 2ª Sección (franja sudeste de la ciudad de Córdoba), luego de que el lunes por la noche resultara herida de bala Damaris Noemí Acosta (32) en un nuevo hecho de inseguridad.
La mujer esperaba el colectivo de la línea 82 junto a su hermana y sus dos hijas, una pequeña de 4 y la más grande, con apenas 12 años.
Cuatro hombres se bajaron de un automóvil y le pidieron la cartera. Ella se las dio. Según la versión vecinal, nadie opuso resistencia. Aún así, los ladrones dispararon contra ella antes de huir.
La mujer fue trasladada por un móvil policial hasta el hospital Florencio Diaz, a pocas cuadras del lugar donde la violencia y la inseguridad la pusieron en peligro de muerte. Continúa siendo atendida. La familia reza por su salud.
En el hospital constataron que había sido herida por un arma de fuego en el hemitórax izquierdo. La bala entró y salió.
Todo se inscribe en una escalada de violencia que preocupa a los vecinos de la zona.
Hace 20 días atrás, otros cuatro asaltantes intentaron ingresar a un domicilio ubicado en la calle Melchor de Carabajal y Saravia al 4100. Se trataba de la vivienda de un sargento de la Policía de Córdoba, que repelió a tiros a los intrusos.
Uno de ellos resultó con heridas de gravedad.
“Fue acá a la vuelta y a la misma hora. También fueron cuatro delincuentes, como ahora. Esperamos que ahora las autoridades tomen medidas urgentes”, dijo un comerciante del sector que solicitó no ser identificado.
La presidenta del centro vecinal, Andrea Malter, confirmó que la sensación de sus vecinos representados es la de “no ser escuchados”. Y también se refirió a los robos que se reiteran.
Otra fuente de la zona, que por temor prefirió no ser nombrado, aseguró que en la esquina donde se produjo la balacera hay un domo. “La propia Policía asegura que la cámara está pero que no funciona”, comentó.
“El lunes de la semana pasada a un vecino le robaron un Renault 12 de la puerta de la casa. Es una vivienda que está ubicada al frente de la parada donde balearon a la mujer que estaba con sus hijas. El automóvil todavía sigue sin aparecer”, agregó.
Sobre los episodios que se registran, numerosos vecinos dijeron que los arrebatos son corrientes.
“Por lo general, vienen en una motocicleta y no como pasó ahora, que andaban en un auto. También fue raro lo que hicieron, que dispararon contra una mujer indefensa que entregó lo que le estaban exigiendo”, expresó un vecino cuyo domicilio está ubicado a metros de la parada de ómnibus donde fue herida la mujer.
Aseguraron que “dos o tres veces por día hay arrebatos”.
También rompen vidrios y roban objetos de dentro de los autos. Además, hay robos de automóviles.
Tampoco se salvan las viviendas: “No solo roban en las calles. Se meten a los patrios, a los comercios y a nuestros domicilios”, planteó otro lugareño que días atrás fue víctima de un intento de robo en su casa.
El robo a la mamá de dos niñas
A las 23.45, Damaris llegó con su hermana y sus hijas hasta la parada del 82. Había cenado en la casa de su pariente y ella le había dicho que la iba a acompañar porque los hechos de inseguridad son cada vez más acentuados.
Allí estaban, esperando el colectivo, a la sombra de un alto poste de seguridad con un domo policial en su extremo, cuando fueron sorprendidas por un automóvil que frenó de golpe.
La Policía informó que se trató de un “Volkswagen Vento o un Toyota Corolla”. En el barrio dicen que se trató de un Volkswagen Bora, color blanco, que suele circular por las calles del lugar. Hasta ahora, este auto tipo sedán, de color claro, no había sido vinculado con otros incidentes.
Lo cierto es que del habitáculo descendieron cuatro hombres.
“Tenían entre 25 y 30 años. Empezaron a gritar y mostraban una pistola”, contaron testigos del hecho.
Finalmente obtuvieron lo que buscaban: Damaris les entregó la cartera. Pero dentro del bolso sólo había papeles y objetos sin valor. Ni siquiera llevaba su celular, según aseguraron allegados a la víctima.
En ese momento, antes de abordar el vehículo para emprender la huída, un delincuente efectuó el disparo.
La ambulancia no llegó. Llegó la Policía. Los vecinos aseguran que a veces demoran largos minutos para acudir ante una alarma. Esta vez, reconocieron, no fue así.
De inmediato, la mujer fue trasladada al hospital Florencio Díaz, donde fue atendida y luego derivada a una sala de internación.
Las niñas quedaron al resguardo de los uniformados. “Vivieron un desconsuelo sin nombre. Gritaban y lloraban en una escena muy triste”, contaron los ocasionales testigos.
