Mientras la conmoción, el dolor y la bronca se potencian entre los pobladores de Santa María de Punilla y zonas cercanas, en el Valle de Punilla, la fiscalía y la Policía trabajan para dar con los delincuentes que asaltaron con extrema violencia a un comerciante, quien finalmente murió infartado. Carlos Caballero tenía 67 años, estaba casado y tenía hijos. Era el propietario de la panadería La Espiga, un tradicional comercio de la zona.
No hay detenidos ni imputados.
El caso del panadero se convirtió en el último capítulo de una secuencia que impacta y paraliza en Córdoba: al menos cinco personas ya han muerto en el marco de asaltos violentos en lo que va del mes en la provincia, sobre todo en la Capital.
Cinco casos fatales en apenas cuatro semanas que dejan en evidencia una ola de inseguridad que no para de extenderse en distintos puntos de la geografía cordobesa.
Los anteriores episodios fatales por inseguridad de este mes fueron:
Motochoro. Un policía mató a un motochoro de un balazo tras ser blanco de una emboscada tipo salidera, el pasado miércoles, en barrio Crisol Sud de Córdoba capital. Hay tres prófugos. El efectivo, quien volvía a su casa luego de haber comprado dólares, quedó en libertad pero está bajo sospecha de exceso de legítima defensa.
Policía infartado. El 12 de noviembre, el policía Segundo Oscar Soria murió infartado luego de haber frustrado, junto a su hermano (también policía), un robo en una casa por parte de dos delincuentes. Los hermanos estaban de civil y decidieron actuar. En el procedimiento, se enfrentaron a golpes con familiares de los acusados.
Otro motochoro. El 10 de noviembre, en horas de la madrugada, un vecino resistió el robo de su moto y mató de un tiro en la cabeza a uno de los dos motochoros que lo habían abordado. El fallecido tenía 19 años. El otro escapó Sucedió en la ciudad de Río Cuarto. El vecino es investigado para determinar si actuó en legítima defensa.
Casero fusilado por la espalda. El 6 del corriente, a la noche, cuatro ladrones asaltaron a un matrimonio de cuidadores en una estancia de las afueras de Malagueño, en el departamento Santa María. En medio del asalto, y cuando la banda se estaba por retirar con 100 mil pesos, uno de los delincuentes mató de un tiro en la nuca a Julio Prudencio Toranzo (61).
Por ese asesinato, hay cinco detenidos: cuatro son los presuntos asaltantes; el quinto figura como el presunto entregador. Es el esposo de una curandera que solía frecuentar la casa de Toranzo y su esposa.
Muertes tras muertes
Si fuéramos más atrás en el tiempo, veríamos que en los últimos días de octubre, hubo otra tremenda historia: un albañil cayó muerto a balazos en un asalto en barrio Comercial. Juan Carlos Luna fue ultimado por delincuentes que lo abordaron cuando salía a llevar a su hija a la escuela.
Recibió un balazo y terminó muerto. La barriada se levantó en reclamo de justicia y la Policía avanzó en la investigación. Hay un par de sospechosos que fueron detenidos.
En términos globales, la ola de inseguridad está dejando cifras que paralizan en Córdoba: en lo que va de 2023, ya murieron en total 14 víctimas propiamente dichas de asaltos y 10 sospechosos de robo.
En este listado con fríos números no se cuentan los dramas de aquellos que han sido baleados/apuñalados/golpeados en el marco de asaltos, tanto callejeros como domiciliarios, y pudieran contarla.
En paralelo a los homicidios que se vienen registrando, hay otro aspecto que deja en evidencia los tiempos violentos que corren: en pocas semanas, tres presuntos delincuentes murieron en el marco de colisiones de tránsito mientras escapaban de cometer robos.
Los casos fueron: en San Francisco, un hombre murió calcinado mientras iba a alta velocidad en un auto robado con pertenencias sustraídas de una casa; por otro lado, un joven falleció en barrio San Ignacio de Córdoba cuando escapaba en una moto robada y chocó contra un auto; finalmente, otro hombre falleció semanas atrás en Unquillo mientras fugaba en una moto sustraída en Mendiolaza.
Delito en crecimiento
Las propias autoridades políticas y policiales reconocen que desde 2022 se viene registrando un aumento en la cantidad de robos y asaltos armados, como así también un crecimiento en la violencia en Córdoba.
En las últimas horas, el secretario de Seguridad, Claudio Stampalija, reiteró lo que ya había señalado el ministro de Seguridad, Julián López, días atrás al presentar patrulleros para la Policía: el delito ha crecido en Córdoba y se ven episodios más violentos en las calles.
Para los funcionarios, todo es producto de la exclusión social y de políticas nacionales “erráticas”.
Ambos dejarán sus cargos en diciembre, cuando asuma Martín Llaryora en la Gobernación. Todo indica que la jefa de Policía, Liliana Zárate, también se irá.
Juan Pablo Quinteros, futuro responsable de Seguridad, continúa armando su próximo equipo y los lineamientos de trabajo a implementar cuando asuma en diciembre.
Todo indica que entre las prioridades, además de frenar los robos, estará combatir al narco en Córdoba.
Asalto, violencia y muerte
Respecto al último drama fatal en Santa María de Punilla, todo sucedió el miércoles a las 21 cuando al menos dos delincuentes encapuchados y armados entraron al inmueble del panadero Carlos Caballero y su esposa, María Maldonado (60).
Para entrar a la casa, los delincuentes tocaron el timbre y aprovecharon un descuido. Una vez dentro, en segundos redujeron al matrimonio con inusitada violencia.
Caballero fue quien llevó la peor parte. Fue maniatado, amordazado y golpeado de la peor manera por los delincuentes que buscaban una fuerte suma de dinero. Finalmente los delincuentes se hicieron de dos millones de pesos y 320 dólares, entre otros elementos.
Cuando se marchaban, uno de ellos golpeó con el arma en la cabeza al comerciante. La víctima fue llevada al hospital y murió infartado.
“Era una persona que luchó toda su vida, que le puso pasión a su trabajo y que siempre tuvo fe en el país”, dijo su hija, entre llantos.
