Comenzaba a amanecer en barrio San Roque, a las 7 del 23 de abril de 2023, cuando se produjo un altercado a la salida del salón bailable “El Quincho”. Leandro Abdenur Moroni (23), componedor y de buenos modales, trató de defender a una mujer y con esto se ganó la bronca de dos jóvenes que no quisieron que las cosas terminaran allí.
Aaron “Aaroncito” Ariza (19) y Maximiliano “Mojarrita” Quevedo (19) comenzaron a perseguir a Leandro. En el camino, esos dos jóvenes se cruzaron con una mujer rubia en una moto Honda Wave blanca quien, de abajo del asiento, extrajo dos revólveres calibre 38 y se los entregó a “Mojarrita” y “Aaroncito”.
Ambos perseguidores corrieron a Leandro a lo largo de unas dos cuadras, exigiéndole que les entregue su celular y haciendo “Aaroncito” un disparo al aire. A su turno, “Mojarrita” trató de hacer caer a Abdenur Moroni con una zancadilla. Leandro, trataba de escapar, corriendo.
Finalmente, al llegar a Sargento Gómez al 4500, “Mojarrita” Quevedo trató de voltear a Abdenur Moroni, pero no lo consiguió. “En despecho de no poder consumar los designios delictivos” de ambos, “a una distancia de unos 5 metros aproximadamente” Quevedo disparó al tórax de Leandro. El proyectil que ingresó por la espalda y salió por el pecho provocó severas heridas en el joven que terminó desangrándose en el lugar.
En estos términos describe la acusación el hecho principal de este caso que lleva a la Cámara 6ª del Crimen de Córdoba a los dos acusados -”Mojarrita” Quevedo y Aaron Ariza- como presuntos autores de “homicidio criminis causa” en concurso real con “robo calificado por el uso de armas, en grado de tentativa”.
La primera de esas figuras penales puede significar, en caso de probarse la autoría, que Quevedo y acaso Ariza pueden recibir la pena de prisión perpetua. El “despecho” por no haber conseguido robar el celular surge clave en la consideración del jurado popular que se integra con el tribunal técnico a cargo de los vocales Martín Bertone (presidente), Gustavo Rodríguez Fernández y Roberto Cornejo.
El juicio comenzó este lunes, el mismo día en el cual Leandro debería haber cumplido 25 años. Sus padres y hermanos concurrieron a la audiencia donde actúan como querellantes, con la representación de la penalista Stefanía Vesprini.
La acusación es llevada adelante por el fiscal de esta cámara, Fernando Gabriel Palma.
A ambos acusados -que se abstuvieron de declarar sobre el hecho de la acusación- los defiende Maximiliano Vargas. La estrategia defensiva tras la primera audiencia se aprecia que pasa por no discutir el homicidio sino por la calificante de “criminis causa” que traduce la pena en perpetua. La idea es que los hechos se orienten hacia un homicidio simple o en ocasión de robo.
Otro de los puntos a dilucidar es si ambos acusados comparten la misma responsabilidad, a pesar de que uno fue el autor del disparo fatal.
Los acusadores -público y privada- tratarán de hacer valer que la muerte se produjo por el despecho de no haber podido concretar el robo. Leandro logró zafar de un forcejeo con “Mojarrita” y consiguió evadirse. Cuando estaba fugando a la carrera, “Mojarrita” se agachó, apuntó y disparó, a cinco metros de distancia. Con el tórax perforado y severas heridas internas, la víctima cayó sin mayores esperanzas.
De inmediato, los acusados se subieron a la moto y huyeron del lugar.
Así lo graficó el primer testigo de este juicio (cuyo nombre se omite por seguridad) un joven que transitaba por el lugar y al que “la rubia” motorizada le advirtió que no se aproximara, diciéndole: “Tienen fierros”.
El testigo presencial de la ejecución vio cómo “Mojarrita” disparó hacia Leandro y hasta alcanzó a ver el fogonazo del arma, en momentos en que aún no había luz natural pero sí de alumbrado público.
En el lugar del crimen había cerca de una decena de personas presenciando todo lo que ocurrió. Existe mucho cuidado con la toma de testimonios y temor por lo que pueda suceder. Al momento de declarar, solicitan que los acusados no estén presentes. Cuando salen los testigos, tratan de sacarlos por una salida que no sea pública.
El sector donde ocurrió el crimen es una zona caliente de Córdoba, con muchos robos, comercialización de droga y mucha violencia.
Verdad y justicia
Los padres de la víctima, Alicia Moroni y José Abdenur, dialogaron con La Voz y comentaron que lo primero para ellos es descubrir la verdad sobre lo que pasó y que se haga justicia por el asesinato de su hijo.
“Que se sepa la verdad y que mi hijo obtenga Justicia”, señaló la mamá de Leandro, junto al padre y a los hermanos de la víctima.
La mamá de Leandro se queja porque a su hijo lo dejaron morir. Sostiene que la Policía acudió al lugar y no lo cargaron en un patrullero. Tardíamente, lo llevaron al Hospital Eva Perón, pero apenas con un hilo de vida.

La mujer se quejó por la inseguridad que se vive en el barrio y se mostró preocupada por la seguridad de los testigos. Aseguró que en barrio Las Violetas, de donde uno de los acusados es oriundo, hay mucha presencia de drogas y se castiga con dureza a quien brinda colaboración a las investigaciones. “Nadie quiere atestiguar contra ellos porque ellos mandan a matar”, expresó la mujer.
A lo largo de esta semana continuará el debate por jurados populares y podría escucharse la sentencia el próximo viernes.