La cocaína “bajaba” desde Tucumán para ser comercializada en Córdoba. La banda que habrían conformado Miguel Rafael “Beco” Díaz y su novia Yohana Samanta Olguín cayó a fines de diciembre de 2023. Uno de los imputados y detenidos en su momento, hijo de “Beco”, recuperó la libertad días atrás aunque sigue bajo investigación.
Una banda criminal
Durante varios meses del pasado año (entre mayo y diciembre), “Beco” y Olguín habrían montado un negocio criminal para coordinar la distribución, almacenamiento y venta de los estupefacientes.
Las primeras sospechas del fiscal federal Nº 3 de Córdoba capital, Maximiliano Hairabedián, colocaron a “Beco” y su pareja en la cima de las maniobras, ya que habrían adquirido la droga en Tucumán de sospechosos que no fueron identificados aún.
Es habitual que la cocaína sea ingresada de forma ilegal al país por pasos de Bolivia (usualmente un “colador”) para luego ser “bajada” a Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe para su posterior y final comercialización.
Siguiendo las instrucciones de “Beco”, Deolinda del Valle “Tía” Vélez y Luis Martín Miranda (familiar de Olguín) habrían guardado la droga en su domicilio, en barrio San Roque, de la Capital cordobesa. No habría sido el único escondite: Emmanuel Maximiliano “Toto” Páez habría almacenado de manera esporádica la sustancia en su casa, en el mismo vecindario.
Luego, Vélez, Miranda, “Beco”, el hijo de éste, Daniel Román Díaz, y Mayco Alexis Navarro (hermanastro de Daniel) se habrían encargado de la distribución y venta final. Entre los supuestos compradores emergió la figura de Gustavo “Colorado” Alanis, amigo de “Beco”.
En uno de los allanamientos, realizado en una de las casas ubicadas en el mismo terreno, perteneciente en este caso a Vélez-Miranda, los efectivos secuestraron 9,6 kilos de cocaína distribuida en nueve “panes”. Los pesquisas también descubrieron varios gramos más en otro sector del domicilio, casi 3,1 millones de pesos, 3.300 dólares, 20 mil pesos, tres balanzas.
En otras dos propiedades, en el mismo lote, se decomisaron 66 gramos de marihuana (por lo cual quedó detenido Pablo Agustín Morán) y, finalmente, 50 gramos achacados a Paula Morán.
Por su parte, en la vivienda que “Beco”, su novia, Díaz y el hijastro Navarro compartían se encontraron 71,1 gramos de cocaína debajo del colchón de Navarro, 458 mil pesos y 7.700 dólares. En tanto, en la casa de “Colorado” Alanis, en barrio Ferrer, hallaron 148 gramos de marihuana.
Libre, pero bajo sospecha
Si bien Díaz hijo (h) fue detenido en un primer momento, el juez federal Nº1, Alejandro Sánchez Freytes, ordenó su libertad hace algunos días a pedido del fiscal Hairabedian tras el planteo defensivo en ese sentido. Sin embargo sigue imputado pero se le dictó la falta de mérito.
Negó haber formado parte de la banda de su padre ni tener vínculo con los 71,1 gramos de cocaína hallados debajo de la cama de su hermanastro Navarro. Su defensor, Juan Pablo Bastos, solicitó la falta de mérito porque consideró que no se pudo establecer cuál sería el aporte esencial de Díaz como partícipe necesario de la banda.
En esa línea sostuvo que el único indicio incriminarte es una conversación que Díaz mantuvo con su padre, en la que “Beco” le habló de la entrega de “una piedrita chiquita como si fuera un gramo de sal”, que se encontraba la casa de la familia. Y que los 71,1 gramos de cocaína fueron localizados debajo de la cama del hermanastro, es decir, en una habituación diferente a la de Díaz (h).
Sánchez Freytes aguarda el resultado del peritaje químico de la droga para resolver la situación procesal de los imputados.
