La causa por el robo de viviendas de countries mediante el uso de tecnología de punta para engañar a las guardias ya tiene tribunal asignado para la realización del juicio oral y público y se le añadirán jurados populares porque entre los siete acusados hay un jefe de la Policía de la Provincia sindicado por brindar apoyo logístico.
La Cámara 4ª del Crimen de la ciudad de Córdoba abordará estos hechos cometidos en diversos countries de las afueras de la capital provincial y localidades vecinas. El tribunal técnico, completado con jurados populares, se integra con los vocales María Antonia de la Rúa (presidenta), Luis Nassiz y Enrique Berger.
Además, ya fue designado el acusador público, el fiscal de cámara Raúl Gualda. Entre los querellantes, representando a varios particulares que denunciaron robos, está el penalista Carlos María Cardeilhac.
Están detenidos y citados a juicio varios integrantes de un grupo familiar.
El grupo está supuestamente conducido por Valeria Andrea Britos (46) y su hermano Ramiro Nicolás “Nico” Britos (20). Este último habría ingresado supuestamente al interior de los countries con el hijo de Valeria, Ángel Rodrigo “Oreja” Benavídez (22); con Alan Leonel “Tumbado” Sariago (29), y con Marcos Agustín “Cuca” Escudero (24), siempre según la sospecha fiscal.
Luego se agregó entre los acusados a Fernando Adrián “Chiri” Britos como supuesto miembro del grupo que pasaba las guardias de los barrios cerrados sin problemas, como si fueran propietarios, porque tenían tarjetas clonadas.
Además, entre los imputados, se encuentra un subcomisario de la Policía que habría brindado datos clave a Valeria Britos. Se trata de Maximiliano David Merlo, quien es el único de los acusados que sigue en libertad.
La investigación fue realizada por la fiscal de Villa Carlos Paz Silvana Páez, validada luego por el juez Daniel Strassorier. Se analiza un rosario de delitos graves: asociación ilícita, robo calificado por escalamiento, robo calificado en poblado y en banda y violación de domicilio, 26 hechos. Al subcomisario Merlo se lo acusa de abuso de autoridad.
Los hechos perpetrados, según la acusación, fueron en diversos countries de los alrededores de la ciudad de Córdoba: Las Cañitas (Malagueño, siete); Bella Vista (Río Ceballos, cinco); Villa Catalina (Río Ceballos, tres); Tejas 4 (Malagueño, cuatro); Causana (Malagueño, tres), y Cuatro Hojas (Mendiolaza, cuatro).

Llegaron a cometer golpes grandes robando en una vivienda U$S 100 mil a una familia, en otra U$S 50 mil, y a una casa le llevaron objetos valiosos y un automóvil VW Taos.
Se estima que el perjuicio global ocasionado en estos 26 robos ascendería a más de U$S 200 mil.
Los querellantes reclaman que se incluyan como resarcimiento varios autos de alta gama que están secuestrados, a disposición del Tribunal Superior de Justicia.
Tecnología de punta
La acusación sostiene que los imputados usaban tecnología de avanzada para poder ingresar “como Pancho por su casa”. Para esto, utilizaban en los puestos de control tarjetas clonadas, pasando por el carril de propietarios cuyas barreras les abrían el acceso sin problemas.
¿Cómo obtenían las tarjetas? Utilizaban dos dispositivos de avanzada: primero seguían a un propietario y, cuando se estacionaba, con un dispositivo Pandora le inhibían la alarma y el cierre centralizado del vehículo. Una vez que el propietario se alejaba, entraban al auto y buscaban la tarjeta original de pase. En ese mismo lugar, se valían de un “Flipper”, otro mecanismo electrónico que copiaba la tarjeta original a un plástico nuevo.
Luego, dejaban la tarjeta original en el vehículo del dueño y, más tarde, se dirigían a su country, donde podían ingresar a numerosas casas sin despertar sospechas.
Como lo hizo al comenzar la investigación, Cardeilhac destacó la investigación realizada por la fiscal Páez, que consiguió identificar y detener a los presuntos responsables.
El subcomisario Merlo está acusado de proporcionar datos a Valeria Britos para facilitar su tarea. Según el expediente, le informaba si alguno de los vehículos que usaba la banda tenía pedido de secuestro (por haber sido visto como sospechoso) o si alguno de los miembros del clan tenía pedido de captura.