Una mujer investigada por extorsión fue detenida en su casa en San Nicolás, donde cumplía arresto domiciliario. Fue en el contexto de una causa federal en la que se le acusa de formar parte de una banda narcotraficante en Rosario. Durante el registro de su vivienda, la mujer tomó la sorprendente decisión de tragarse el chip de un teléfono celular para ocultar pruebas.
La protagonista de este insólito hecho es Daiana Micaela Leguizamón, conocida como “La Diabla”. Su hermana Brisa también está implicada en esta misma causa y fue relacionada con el “casamiento narco” de Ybarlucea, en el que ocurrió un triple homicidio el 29 de enero del año pasado. Después de este trágico evento, Brisa estuvo prófuga y finalmente fue detenida junto a su esposo Esteban “Pinky” Rocha en enero pasado en Asunción, Paraguay.
Daiana, por su parte, aparece en las escuchas telefónicas como la persona que facilitaba la comunicación entre otras y Ariel “Guille” Cantero. Básicamente, su teléfono funcionaba como un puente, permitiendo que durante una conversación con “Guille” se añadiera a una tercera persona, evitando así que esta última quedara registrada en la investigación.
El insólito episodio ocurrió el lunes, cuando los policías a habían terminado de registrar su casa y dejaron los teléfonos celulares y chips sobre una mesa para anotar los números de tarjeta SIM. En ese momento, Daiana se libró de las esposas, se levantó de la silla y corrió hasta la mesa, agarrando un chip que se consideraba crucial en la investigación y se lo tragó.
Como resultado de esta acción, además de su participación en la extorsión, enfrentará cargos por obstruir la labor policial, destruir pruebas y amenazar al personal policial.
La investigación, basada en escuchas telefónicas, llevó a cabo 43 allanamientos simultáneos en ciudades como Funes, Rafaela, Villa Gobernador Gálvez, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en centros penitenciarios federales y provinciales. En estos allanamientos se incautaron once armas de fuego, cinco vehículos de alta gama, dos motocicletas, además de dinero en efectivo que ascendía a tres mil dólares y un millón de pesos.
A la cabeza de los implicados se encuentra Cantero, quien ya fue condenado a una pena de 113 años y 8 meses de prisión, un monto imposible de cumplir debido a que el límite legal de condena es de 50 años de encierro. Su condena más reciente fue el 25 de agosto pasado, cuando fue sentenciado a 17 años de prisión por instigar un ataque extorsivo al Casino City Center.