“Sí, sí, hay que hacer eso de los dólares”. El mensaje, vía Facebook, fue contestado por Bruno Andrés Irico, un diseñador gráfico de Río Cuarto procesado por presuntamente haber montado un “laboratorio” para la fabricación de dólares y pesos falsos y su posterior puesta en circulación.
Irico fue procesado a fines de septiembre y, por estas horas, la Sala B de la Cámara Federal de Apelaciones confirmó su prisión preventiva, por lo que seguirá encarcelado.
Diseñador de… ¿billetes truchos?
El diseñador riocuartense de 36 años quedó bajo sospecha de la Fiscalía N° 4 de Río Cuarto por un caso de supuesta violencia de género en contra de su novia. El Juzgado de Control ordenó allanar su casa en calle Baigorria al 970 y, por casualidad, terminó encontrando el “laboratorio” de billetes falsos.
La Justicia federal, a través del fiscal de Río Cuarto, Rodolfo Cabanillas, intervino ante la existencia de delitos nacionales.
En la vivienda, tenía un gran caudal de elementos utilizados habitualmente en la elaboración de moneda nacional y extrajera falsas. Hallaron 700 hojas tipo A4 con impresiones de billetes de $ 10 mil, una A4 con impresiones de billetes de U$S 100, dos recortes de billetes de U$S 100 y cuatro impresoras.
También localizaron 10 rollos de papeles foil (dorado, plateado, morado y verde), dos latas tintas serigráficas, múltiples cartuchos de tinta, una guillotina y shablones para serigrafía, entre otros elementos. Los efectivos también hallaron una PC robada y una escopeta calibre 16 sin culata ni numeración visible.
A los investigadores les llamaron la atención las láminas con la efigie de los billetes de U$S 100 “cara grande” o “blue”, por la característica azulada de la impresión. La sospecha es que Irico habría falsificado los billetes y los habría vendido a supuestos estafadores que se habrían encargado de utilizarlos para consumar defraudaciones.
Cuando analizaron el contenido de su celular, hallaron que en julio de 2024 había mantenido una conversación a través del Messenger de Facebook con un hombre que le dijo: “Sí, sí, hay que hacer eso de los dólares”. Irico le respondió a través de un audio.
No deja de ser sugestivo que tras la detención del diseñador, bajó la cantidad de estafas con dólares falsos tanto en Río Cuarto como en localidades cercanas. “Había diversas estafas con dólares en varios lugares. No podíamos dar con la fuente de los dólares”, dijo un investigador.
También localizaron una foto de un billete de $ 10 mil y se analizan posibles cómplices o compradores de los billetes truchos. ¿Desde cuándo habría actuado Irico? ¿Habría falsificado el dinero solo o con ayuda de terceros? Por ahora, todo parece indicar que habría actuado en soledad y con posibles “clientes” regulares.
El juez federal de Río Cuarto, Carlos Ochoa, lo procesó con prisión preventiva. Su abogado defensor, Benjamín Valverde, apeló la preventiva y la calificó de excesiva. Valoró que no cuenta con antecedentes penales, que no fue declarado rebelde en ningún proceso penal y que no se explicó de forma específica por qué su libertad podría entorpecer la investigación.
La Cámara confirmó la preventiva. “Concurren elementos suficientes para tener por corroborada la existencia de riesgo de fuga y peligro de entorpecimiento. A raíz de la gran cantidad de elementos para falsificar que se encontró en el allanamiento, sumado a que aún no se ha podido determinar los posibles destinatarios de las falsificaciones (lo cual podría revelar una trama delictiva entre el imputado y otros involucrados), se presenta como un caso de mayor envergadura. con implicancias a la hora de evaluar el riesgo procesal”, sostuvo el vocal Abel Sánchez Torres.
Resaltó que, de ser liberado, Irico podría fugarse u obstruir el normal curso de la pesquisa.
“Fábrica” anterior
Hace más de una década, en el marco de otras causas, el descubrimiento de una “fábrica” de dólares apócrifos en Córdoba tuvo gran repercusión. Una escucha judicial en Buenos Aires en 2015 fue la punta de la tercera investigación contra una banda de Córdoba dedicada a la falsificación.
La prolija y no menos prolífica confección de dólares truchos incluso atrajo la atención del Gobierno de los Estados Unidos. Envió a una comitiva del Departamento de Seguridad Nacional para verificar los billetes “printed in” Córdoba.
Pero hubo dos causas iniciales: una que emergió en 2013, a partir de un dato clave que un desconocido presentó en la Jefatura de Policía y que abrió un conducto directo hacia la ilegalidad de las maniobras: “Señor comisario, quiero informarle que una persona de apellido Orellano vende billetes falsos en el centro, en la calle Humberto Primero entre San Martín y Rivera Indarte, en la zapatería Pirucho. El celular de Orellano es 153... para que vea que es cierto, le dejo un billete de los que vende él. Espero que hagan algo”.
Lo que se conoció después engrosó las sospechas sobre los integrantes de la agrupación y terminó por ponerle nombre a cada uno y precisión a los roles. En los operativos, se secuestraron 1,8 millones de pesos falsos y 250 mil dólares apócrifos.