“Puede faltarme todo, pero proteína nunca”. El posteo de Instagram del “trader” Matías Iván Varela Techera terminó vinculándolo, más que a la venta de suplementos dietarios, al intento de contrabando de 42 mil comprimidos “micropunto de estrella roja”, un potente y costoso alucinógeno traído de Europa a Córdoba, y casi indetectable para las autoridades argentinas.
En un juicio abreviado, el Tribunal Oral Federal N° 1 de Córdoba capital, a cargo de Julián Falcucci, condenó al porteño Varela Techera (27) a cuatro años y medio de prisión y le decomisó más de U$S 9 mil, $ 149 mil y una moto KTM 250 Duke.
El imputado reconoció el hecho y su participación como parte del acuerdo con la auxiliar fiscal Julieta Moyano Ludueña.
Un viaje a Córdoba y… a la cárcel
La mañana del 3 de julio de 2019, los agentes de Aduanas del aeropuerto de Córdoba notaron algo extraño en la valija que llevaba Santiago Matías Rey, quien era acompañado por Varela Techera. Habían arribado a Córdoba en un vuelo de LAN, procedente de Chile, pero con embarque inicial en Madrid.
Cuando abrieron la maleta de Rey, encontraron un envase de color negro con la inscripción “XT5 Refuel” y 42.215 comprimidos (1,6 kilos) de “micropunto de estrella roja” de unos seis milímetros de diámetro: dietilamida de ácido lisérgico (LSD) de máxima pureza, con un potente alucinógeno ilegal, valuada en $ 22,5 millones (en 2019).
Visiblemente nervioso, Rey dijo que había comprado el producto por 50 euros para un presunto amigo, aunque no dijo para quién. El frasco tenía rotulado un contenido de 1.044 gramos, cuando el pesaje de Aduana arrojó 1.695 gramos, un dato que aumentó las sospechas sobre Rey. Los comprimidos secuestrados diferían, incluso, de los que aludía la descripción de la etiqueta.
Otras de las incongruencias en el relato de Rey fue el monto pagado por el pasaje aéreo: mientras que, en primera instancia, dijo que no lo recordaba, luego mencionó que se lo había comprado un amigo.
Por el diseño deliberado, la droga resiste totalmente la disolución de sus grageas en los reactivos disponibles en Aduanas, por lo que no pudo ser detectada inmediatamente en el aeropuerto.
Viajes sospechosos a Europa
Rey no fue detenido, pero el fiscal federal N° 1 de Córdoba capital, Enrique Senestrari, decidió investigar la posible participación de otros en el descubrimiento del millonario secuestro de LSD o en otros delitos relacionados.
Los investigadores de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) montaron seguimientos tanto a Rey como a sus contactos. Recabaron datos sobre domicilios, fotos y vehículos en los que se manejaban.
Poco más de tres meses después del hallazgo en el aeropuerto, la PSA detectó que el 10 de octubre de 2019 Rey había viajado desde Ezeiza hasta Madrid. Dieron aviso a la Policía Nacional de España sobre el viaje con la sospecha de que habría regresado al país europeo para adquirir nuevamente drogas de diseño.
Luego de un seguimiento de siete días, Rey fue detenido en el aeropuerto madrileño de Barajas cuando iba a tomar un vuelo hacia San Pablo y luego a Argentina. Llevaba cuatro recipientes con éxtasis/metanfetamina disueltos.
La pesquisa permitió trazar una vinculación entre Rey y Varela Techera, de acuerdo con los registros fílmicos de los aeropuertos de Ezeiza y de Córdoba. Para el entonces juez de la causa, Ricardo Bustos Fierro, ambos tuvieron en su poder las 42.215 pastillas de LSD con el propósito de ingresarlas al país desde Chile, con Córdoba como destino.
Los registros de Migraciones muestran que ambos viajaron juntos a España (el 22 de junio de 2019) desde Ezeiza y que el 3 de julio llegaron a Córdoba desde Chile. Las cámaras los captaron caminando antes de embarcarse rumbo a Madrid y conversando, en su regreso a Córdoba, en la zona de búsqueda del equipaje.
Los dos ya habían sospechosamente “coincidido” en otros viajes a Europa: uno en 2017, con destino a Italia (Rey partió dos días antes que Varela Techera); y el otro, en 2018, a España (retornaron juntos a Argentina).
Droga y una situación económica injustificable
El fiscal profundizó la investigación y allanó el departamento de Varela Techera en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, donde se encontraron 16 comprimidos de éxtasis, varios envoltorios con cocaína, ocho plantas de cannabis sativa (marihuana) y 254 troqueles de metanfetamina. También se secuestraron U$S 10.400 y $ 149 mil.
Los más de U$S 9 mil y los pesos hallados eran compatibles con la venta de drogas, ya que Varela Techera no pudo justificar el origen.
Bustos Fierro rechazó el planteo de que la droga y los dólares eran de su padre fallecido, debido a que nunca se hallaron registros del deceso y porque la dirección del hombre era distinta a la del departamento del imputado (el muchacho dijo que allí vivía su padre).
Pese a declarar ingresos mensuales de entre $ 25 mil y $ 35 mil (aunque sin ninguna actividad económica comprobable), Varela Techera llamativamente logró comprarse una moto KTM 250 Duke, valuada en $ 450 mil (en 2019), tras su regreso de España. Su hermano, no imputado en la causa, adquirió una Honda Wave 110.
Lo que no pasó desapercibido para el juez del juicio, Falcucci, fue que ambas fueron compradas casi un mes después de que el autodenominado “trader” volvió de Europa. La adquisición nunca guardó relación con su realidad financiera, por lo que se dedujo que los fondos provenían de la venta de las drogas.
No eran proteínas
Otro de los elementos hallados en la causa y que complicaron su modus operandi en los delitos fueron las imágenes que subió a su perfil de Instagram. Los investigadores detectaron fotos de varios envases de suplementos dietarios a base de proteínas de la marca Whey Protein Body Advance, con una curiosa frase: “Puede faltarme todo, pero proteína nunca”.
“Esto es especialmente relevante –remarcó el juez Falcucci–, ya que la investigación comenzó con el secuestro de un envase similar que cargaba Rey, quien había viajado con Varela Techera”. El éxtasis y cocaína hallados en la caja fuerte del departamento del “trader” lo terminaron implicando aún más. “Todo me permite concluir que la sustancia ilícita incautada en la morada se hallaba bajo su ámbito de custodia y con pleno poder de disposición de esta, para su posterior venta” en el circuito ilegal, enfatizó el magistrado.
La auxiliar fiscal, sin embargo, retiró la acusación original por las plantas de marihuana halladas en la terraza del joven porque no se pudo comprobar que hubieran sido necesariamente suyas. De esta forma, solicitó su absolución, que el juez convalidó.
Pero lo condenó por el intento de contrabando de estupefacientes y la tenencia con fines de venta.