No se trata de un capítulo de una serie de Netflix, no es ciencia ficción y está pasando ahora, en estos días de mayo de 2024, a nueve años y dos meses del crimen de una mujer que sacudió a Córdoba y al país. Ocurrió en el turístico Cerro de la Cruz, de Villa Carlos Paz, y aún permanece impune.
El 5 de mayo pasado, siguiendo un estricto protocolo de traslado, una muestra del ADN de un hombre encontrado como vestigio en el cuerpo de Andrea Castana llegó a las oficinas del FBI en Estados Unidos para que sea parte de un proceso de genealogía genética que permita acercarse al perfil del asesino y violador del Cerro de la Cruz.
Es la primera vez que la agencia estadounidense presta su colaboración en una investigación de estas características con origen en nuestro país, según fuentes judiciales.
Este lunes, Luis Castana y los abogados Gerardo Batistón y Daniela Pavón, representantes de la querella, se reunieron con el fiscal del caso, Ricardo Mazzuchi, y la instructora de la causa, Silvana Pen, para notificarse de manera oficial sobre el traslado de la muestra y el inicio de una esperanzadora nueva línea investigativa.
Uno de los antecedentes más resonantes de una pesquisa de este tipo, en la que se utilizó el mismo proceso de identificación, se dio en 2018 en Estados Unidos, con el caso del asesino serial del Golden State. Tras más de 40 años de búsqueda, un rastreo realizado por medio de empresas dedicadas a estudios de genealogía genética logró cercar a Joseph James De Angelo, un expolicía al que se le atribuyeron luego al menos 50 violaciones y 12 asesinatos en California, entre 1976 y 1986.
La Genealogía Genética Investigativa es una nueva especialidad científica que cruza la genética con la genealogía, utilizando análisis de ADN específicos y más amplios para iniciar una investigación de parentesco biológico en la familia.
El viaje hacia el norte
Hace poco más de un año, la instrucción del caso Castana recayó en la instructora Silvana Pen quien arrancó desde cero toda la pesquisa.
Uno de los primeros avances, tras años de no encontrar vestigios que conduzcan a un punto claro, fue el hallazgo de otros cuatro casos de abusos ocurridos en el mismo lugar donde se perpetró la violación y el crimen de Andrea, el 11 de marzo de 2015. Los otro cuatro hechos se dieron entre 2004 y 2005 y en uno de ellos el abusador dejó muestras genéticas en el cuerpo de la víctima. Ese ADN coincide en un ciento por ciento con el encontrado en el cuerpo de Andrea.
Luego, con esa evidencia en la mano, la investigación avanzó en la toma voluntaria de muestras de ADN a vecinos de la zona, trabajadores del sector y personas que en los meses cercanos a la fecha del crimen practicaban ascensos y descensos del Cerro.
Hasta estos días, desde que se inició el caso ya se tomaron más de 300 muestras y la intención es continuar con este procedimiento.
Una esperanza
Para Luis Castana, padre de Andrea, su incansable lucha de estos años parece ofrecerle, al menos, una luz en el camino.
“Dentro de mi dolor, esto me da fuerzas para seguir. Fue una alegría el tema del FBI, es una esperanza firme, que nunca hubo hasta ahora”, dijo Castana y agregó: “Les agradezco el esfuerzo que fue llegar al FBI. No es normal porque trabaja para Estados Unidos nada más. Hay excepciones, pero yo no lo esperaba.
Y agregó: “Quiero que esto se termina de una vez. 9 años y unos meses, es una locura”.
Por su parte, la instructora Silvana Pen expresó que es la primera vez que sucede con un caso de Argentina y de la región una apertura del FBI en colaborar con un caso. “El estudio demora dos meses, y es como un ADN ampliado. La finalidad es ubicar parientes más lejanos del supuesto autor con la muestra que se envió”, relató y agregó: “La idea es llegar hasta primos sextos, por ejemplo, y conformar un árbol genealógico para procurar identificar al autor”.
Sólo cinco agentes del FBI se dedican a los estudios de genealogía genética forense en todo Estados Unidos. Uno de ellos se encargará de manera personal del proceso del caso Castana.
“La finalidad de los ADN voluntarios es hacer un banco genético que sólo se puede usar en esta causa. Es una de las preocupaciones de la gente que viene, pero hay que aclarar que sólo se puede usar para esta causa”, indicó.
En tanto, la abogada Daniela Pavón aseguró que lo importante es difundir que se siguen extrayendo muestras de ADN de manera voluntaria.
“La investigación sigue en curso y queremos dar a conocer lo que se está haciendo. Y se están tomando muestras de manera voluntaria y quizás hay una falta de información para la gente. Lo que se trata de llegar es a vínculos con el autor del hecho”, dijo.
Y el abogado Gerardo Batistón remarcó: " Estamos tratando de colaborar en todo. Hablamos con el fiscal sobre la importancia de difundir el caso y pedir a posibles víctimas del mismo violador y asesino”.
Cómo se hizo el traslado de la muestra
El trámite para que la muestra de ADN viaje desde Córdoba a Estados Unidos fue un arduo trabajo que se inició el año pasado.
Según el detalle de la instrucción del caso la Fiscalía General, a través de la Dirección de Relaciones Interinstitucionales inició vinculaciones para presentar el caso ante el FBI, lográndose la aprobación de la Junta de Profesionales y Expertos de la Agencia de Investigaciones en los Estados Unidos, para el análisis y estudio pretendido, por parte de la Investigative Genealogic Genetic (I.G.G.).
En concreto, lo que se aprobó fue el estudio de genealogía genética, rastreo y árbol genealógico, sobre muestras de ADN tomadas en la causa que investiga la muerte de Andrea Castana.
A principios de este mes, representantes del Ministerio Público Fiscal de Córdoba concurrieron a la sede de la Embajada de los Estados Unidos en Buenos Aires para dejar la muestra. Así, la instructora Silvana Pen, y Cristian Savid, director general de Relaciones Interinstitucionales, hicieron entrega de las muestras de ADN a los agregados jurídicos del FBI.
El proceso contó con la participación del Centro de Genética Forense del Poder Judicial a cargo de la Nidia Modesti, y de Química Legal y Fotografía de Policía Judicial a fin de que las muestras lleguen a destino en un correcto estado de conservación.
