Otra vez, el nerviosismo desencadenó un operativo antidrogas y abrió la puerta a una causa por narcotráfico en Río Cuarto. Los efectivos de la Caminera notaron alterado a Nelson Román “Eliu” Lucero (26), quien iba a bordo de un Volkswagen Bora, a las 2 de la madrugada del 25 de octubre pasado.
Al pedirle los papeles, constataron que no era el titular del vehículo. Lo que vino después lo llevó a permanecer alojado en una celda de la cárcel a disposición del juez federal de Río Cuarto, Carlos Ochoa, secretaría penal de María Lucía Storani.
El magistrado rechazó su excarcelación en diciembre y ahora la Sala A de la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba confirmó la resolución.
Noche tensa y casa “verde”
La madrugada del 25 de octubre, los agentes de la Caminera frenaron el Bora en el kilómetro 724 de la ruta 36, a la altura del peaje Piedras Moras. Al entregar la documentación del vehículo, Lucero se mostró muy nervioso.
Compraron que efectivamente no era el titular registral del auto. Ante la sospechosa situación, le solicitaron que abriera el baúl.
Allí descubrieron que “Eliu” (dijo ser comerciante de productos textiles) llevaba dos “ladrillos” de marihuana por 1,6 kilos, un “pan” de cocaína por más de medio kilo, tres teléfonos celulares, 33 cheques y $ 205 mil y 63 reales.
La Fiscalía de Lucha contra el Narcotráfico de Río Tercero ordenó la detención y pidió al juez de Control de Río Cuarto el allanamiento de la presunta casa de Lucero en esta última ciudad. No es la primera vez (y nunca será la última) que a un sospechoso lo delatan los nervios.
Al llegar a la vivienda ubicada en Santa Fe 1844, en barrio Banda Norte, horas después, los efectivos de la Fuerza Policial Antinarcótico se llevaron una sorpresa: encontraron 277 “ladrillos” por 230 kilos de marihuana, además de siete bolsas con cogollos en el garaje.
Además, incautaron los elementos típicos del almacenamiento y la venta de drogas: cinta de embalar, rollos de papel film, una balanza digital de precisión, una contadora de dinero, un revólver calibre 32 largo y 18 municiones. También hallaron una máquina de envasado al vacío.
Al momento del operativo, detuvieron a la novia de Lucero, Gimena Anabel González (34), una profesora de danzas (sin antecedentes). Por el volumen de droga, la causa pasó a la Justicia federal local.
Lucero se abstuvo de declarar. No así su pareja, quien negó haber almacenado la droga y dio su versión. Relató que la tarde anterior al arresto de su novio el hombre le dijo que debía viajar de Río Cuarto a la ciudad de Córdoba.
Según dijo, Lucero le manifestó que estaba un poco retrasado para volver. La mujer fue a la casa del sospechoso, hizo la comida y se bañó.
Al no llegar, según contó, comenzó a preocuparse por la posibilidad de que hubiera sufrido un siniestro vial. Cerca de las 2 (la hora de la detención de Lucero), González dijo que llamó a su hermana para decirle que el novio había desaparecido.
La mujer señaló que la familia de Lucero fue hasta su casa (donde se guardaba la droga), y el padre del sospechoso llamó a la Policía y a los Bomberos. A las 8, González declaró en la comisaría que Lucero había desaparecido. Al mediodía, la Policía allanó la casa y encontró la droga.
Olor, procesamiento y duda
Ella manifestó que era la novia de Lucuero, a lo que el policía actuante le dijo: “Lo encontramos en Río Tercero con droga en su auto”. Al localizar la droga en el garaje, le preguntaron: “¿No sentís el olor?”. Pero González, según su versión, dijo que no conocía qué olor tiene la droga.
Dijo que comenzaron una relación amorosa en 2021, que Lucero tenía tres vehículos (el Bora, una Peugeot Partner y un Fiat Palio), y que le decía que vendía y se dedicaba a la compraventa de dólares.
Mencionó que nunca le llamó la atención su actividad y que no hacia gastos desproporcionados ni tenía amistades extrañas. Negó residir en la casa allanada, a donde dijo que se quedaba a dormir algunas noches.
“Se halla acreditado en forma suficiente que Lucero habría sido el propietario del material estupefaciente incautado en su domicilio (…). Habría tenido pleno conocimiento de la existencia del material y que existía un relación material de tenencia respecto al mismo; elementos estos necesarios para configurar el almacenamiento”, dijo el juez Ochoa al procesarlo con prisión preventiva.
“La cantidad y las características de conservación que presentaban los envoltorios de marihuana, como la forma compactada que ostentaban –típica del acondicionamiento que se realiza para su preservación–, surgen como una prueba indiciaria marcadamente seria, grave y precisa que me inclinan a sostener que su tenencia lo era a los fines de su almacenamiento”, agregó.
Sin embargo, le dictó la falta de mérito a la novia por el estado de duda respecto a su responsabilidad. Remarcó los dichos de la mujer de que ella no entraba al garaje de Lucero y que en él había herramientas, cajas con ropa, bicicletas, etcétera. “Lo afirmado por la nombrada, con relación a que desconocía que en la vivienda se hallaban estupefacientes, resulta verosímil”, dijo el magistrado.
Días atrás, la Cámara confirmó el rechazo a la excarcelación de Lucero por la existencia de riesgo cierto y de entidad sobre el normal desarrollo del proceso por la posibilidad de entorpecimiento de la investigación.
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