El tránsito en Córdoba, con su amplia gama de inconductas viales, sigue pulverizando familias de manera sistemática. Cuando no hay muertes, quedan heridos, muchas veces con serias secuelas físicas y mentales.
El pasado julio fue otro pésimo mes: al menos 28 personas murieron a causa de choques, vuelcos y otros siniestros viales ocurridos en la provincia de Córdoba. Cinco de los dramas fatales sucedieron en la Capital, mientras que los 23 restantes ocurrieron en distintos puntos del interior, sobre todo en la franja sur.
El dato llamativo del séptimo mes del año es que prácticamente hubo una cuasi paridad entre las muertes viales registradas en ámbitos urbanos y en rutas.
El registro de La Voz marca que el 46% de las tragedias ocurrió en calles y avenidas de la provincia, al tiempo que el 54% restante de los dramas aconteció en rutas nacionales y provinciales y en autovías.
En ese marco, el especialista en siniestros viales, Horacio Botta Bernaús valoró que en la ciudad de Córdoba se haya adoptado el sistema de control de velocidad en las calles. “Sin embargo, es un solo factor, una causa, los siniestros tienen varias”, dijo a La Voz En Vivo.
Y agregó que si bien en los últimos años en todo el mundo se registraron avances, la situación cambió en el último tiempo: “Hay un rebrote de la siniestralidad vial, estamos retrocediendo en algunas cosas y eso debe ser motivo de análisis”, remarcó.
“Necesitamos una buena formación vial”, aseguró.