Alojado solo, por ahora, en una celda de un pabellón especial, aislado del resto de la población carcelaria condenada y monitoreado las 24 horas con una cámara para que no atente contra su vida.
Esa es la situación por ahora de Pablo Daniel Laurta (38), quien ya quedó alojado en la cárcel de Cruz del Eje, luego de haber sido trasladado entre la noche del domingo y la madrugada del lunes por grupos especiales de la Policía provincial desde Entre Ríos hasta Córdoba.
Laurta se encuentra preso en Córdoba por el doble femicidio de su expareja, Luna Giardina (26), y de su exsuegra, Mariel Zamudio (54), quienes fueron ultimadas a balazos, hace nueve días, en la casa de ellas en el barrio Villa Serrana, al noroeste de la Capital.
Tras el doble crimen, Laurta se llevó por la fuerza a su pequeño hijo. Ambos fueron localizados por la Policía en un hotel de Gualeguaychú. La sospecha es que el hombre quería cruzar, con el pequeño y por lancha, a su Uruguay natal.
En Entre Ríos, Laurta está acusado por el crimen del chofer de Uber, el cordobés Martín Palacios, ocurrido poco antes del doble femicidio. Por ese asesinato, está acusado por homicidio criminis causae, delito que prevé la prisión perpetua. Ya le dictaron la preventiva.

En Córdoba, Laurta está acusado por doble homicidio agravado por mediar violencia de género y por el uso de arma de fuego por orden del fiscal Gerardo Reyes, del fuero de Violencia Familiar.
La fiscalía va más allá: por un lado, le añadió el agravante de la alevosía, y no se descarta que pueda ser imputado además por la sustracción de su hijo.
No tenía ninguna autorización para llevárselo.
Con esa imputación, le espera prisión perpetua.

Peritajes psiquiátricos
Por la gravedad del caso, la fiscalía dispondrá en las próximas horas una medida trascendental: la realización de peritajes psiquiátricos por parte de peritos del Poder Judicial. Él podrá tener, si lo desea, un perito de parte.
La intención fiscal es determinar, entre otras cosas, si Laurta padecía o padece algún trastorno mental o alguna alteración psicológica que haya interferido o activado lo que a todas luces hizo en Córdoba.
Ese estudio es gravitante porque le indicará al fiscal si el acusado es imputable o no. Si lo es, le espera un proceso penal que derivará en un juicio con jurados populares. Si no lo es, podría ir a un neuropsiquiátrico.
Hay un punto central que destacan las fuentes: por las pruebas recabadas, Laurta dirigió de manera consciente todas sus acciones, previas, durante y posteriores. Esa conciencia lo torna imputable.

Indagatoria a distancia
Fuentes oficiales señalaron que la intención fiscal es indagar al acusado en los próximos días.
Tratará de que sea este jueves.
Laurta será indagado de manera remota por el sistema de videollamada para evitar un nuevo traslado desde Cruz del Eje hacia Córdoba.
Cuando fue indagado en Entre Ríos, negó la acusación y se abstuvo de declarar.
Restará ver qué postura asume en Córdoba.
De todos modos, de manera independiente a lo que haga, la investigación en su contra continuará.
En la fiscalía se coordina, por estas horas, un amplio trabajo judicial y policial en procura de recolectar testimonios, pruebas y peritajes varios, entre otras averiguaciones, a fin de armar el cuadro probatorio contra este acusado de ser un homicida múltiple.

Traslado custodiado a Córdoba
Con fuertes medidas de seguridad, que implicaron el uso de un chaleco antibalas, Laurta fue trasladado a Córdoba desde Concordia por vía terrestre por una comisión de policías de grupos especiales, como el Eter, la Guardia de Infantería y la división Seom (motos). No hubo incidentes.
Ya en Capital, fue trasladado en primera instancia a la Jefatura de Policía de barrio Alberdi. En el edificio central, y ante una gran cantidad de medios de prensa, fue trasladado a la Unidad Judicial de Homicidios, en el primer piso, donde se le tomaron los datos de rigor. Además, fue revisado.

La presencia del acusado fue seguida de cerca por el ministro de Seguridad, Pablo Quinteros, y por el jefe de Policía, Leonardo Gutiérrez, entre otras principales autoridades policiales.
Durante su traslado, Laurta alcanzó a gritar a los periodistas que “había ‘rescatado’ a su hijo de una red de trata”.
Su denuncia por esos supuestos hechos ya fue archivada por la fiscalía Nº 1 de Delitos Contra la Integridad Sexual por inconsistencias varias.

Lejos de Carmona
Tras su paso por la Jefatura, fue trasladado por los grupos especiales de la Policía hasta la Unidad de Contención del Aprehendido (la Alcaidía de barrio Cáceres), que depende del Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC).
La jefa de esta fuerza, Carolina Funes, y el ministro de Justicia, Julián López, “monitorearon” a cierta distancia el procedimiento.
Luego de trámites de rigor de fichaje (Laurta dejó asentado que su apodo es “Jesucristo”), fue trasladado a la Cárcel de Cruz del Eje.
“El tipo tiene una mirada altanera, desafiante, pareciera no tener temor. Una gestualidad, una forma de hablar, de pararse, de moverse… No demuestra arrepentimiento de nada. Ahora, está en la cárcel. Allí se va a quebrar. A todos, todos, en algún momento, les cae la ficha de todo lo que hicieron. Y cambian”.
Así se refirió un oficial penitenciario mientras se llevaban a Laurta a la celda especial donde permanecerá por ahora.
Se trata de un lugar pequeño donde estará solo, lejos por ahora del resto de la población carcelaria y con custodia permanente de efectivos del SPC, sobre todo con cámaras.
Fuentes de la Justicia indicaron que Laurta no quedará en el sector de máxima seguridad de presos condenados.
“Y no, no está al lado del múltiple asesino Roberto Carmona. Él es un condenado. Laurta está procesado. Su vecino es otro”, indicó una alta fuente oficial.