El hombre que, de manera accidental mató con un disparo de escopeta a su hijo al confundirlo con un delincuente en su domicilio de barrio Guiñazú de Córdoba, recuperó la libertad en las últimas horas. La medida fue dispuesta por el fiscal Gonzalo Berrotarán, del fuero de Violencia Familiar N° 5, quien además decidió “bajar” la acusación contra el hombre. De haberlo acusado por homicidio calificado por el vínculo, lo imputa ahora por homicidio culposo (cuando media la imprudencia).
El acusado es Victor Hugo Padilla Pérez, un comerciante de 49 años, quien se encontraba preso en el Establecimiento Penitenciario N° 9 (la alcaidía) por orden fiscal.
Fuentes del Ministerio Público Fiscal señalaron que el fiscal, tras analizar “numerosa prueba reunida” decidió recaratular la causa. Dicho de otra manera: pasó de acusar al hombre de haber matado de manera intencional a su hijo a ratificar la sospecha inicial de que todo fue un accidente.
Desde la fiscalía se dispuso que Padilla Pérez continúe el proceso en libertad mientras se practica el resto de las medidas probatorias.
Todo sucedió al filo de la medianoche del sábado 30 de noviembre en barrio Guiñazú, en la zona norte de Córdoba Capital.
Fuentes de la causa señalaron que el vecino escuchó ruidos en el patio de su vivienda de calle Del Moxeno 44, a metros de la avenida Juan B. Justo.
Al asomarse, según voceros, observó sombras y movimientos de personas en el patio de la vivienda.
Así fue que tomó una escopeta calibre 16 de doble caño, se asomó y, siempre según las informaciones, efectuó un primer disparo contra una silueta.
Fue entonces que se produjo un desbande de esas siluetas. En esas circunstancias, efectuó un segundo disparo. Luego, empezaron a escucharse gritos y pedidos de auxilio.
Tremenda fue la derivación de todo cuando el vecino comprobó que el joven herido era su propio hijo de 20 años.
Desesperado, el hombre llamó a su esposa y, juntos, trasladaron al muchacho en el Fiat Duna Weekend de la familia al Hospital Elpidio Torres.
Ya en el centro de salud, Rodrigo Pérez Marcani murió producto de las perdigonadas recibidas.
Víctor Hugo Pérez Padilla se marchó del hospital, fue hasta la casa, buscó la escopeta y, en una crisis nerviosa, se entregó a la Policía. El domingo quedó preso por orden judicial y fue enviado al EP9.
Por orden de la fiscalía, se comisionó a personal policial a realizar distintas distintas averiguaciones. Colaboró personal de Policía Judicial.
“Las pruebas que tenemos es que el hijo había vuelto de una juntada con amigos. Estaba con amigos. Y el hombre pensó que eran ladrones”, indicó un informante de la causa.
Inseguridad
En la barriada surgen comentarios respecto a que el hombre estaba armado porque se encontraba muy preocupado por los robos que se vienen registrando en la zona.
No está claro si el arma estaba registrada o no. Se trata de una escopeta de dos caños calibre 16 que fue secuestrada y será sometida a peritajes. Tenía dos cartuchos disparados.
No es la primera vez en Córdoba que se registra una tragedia hogareña de ese tipo.
El drama volvió a dejar en evidencia también la alta portación de armas en domicilios y la altísima sensación de vulnerabilidad que abundan entre familias por la ola de inseguridad.