“No son una banda, son una ‘comunidad delictiva’ que roba a los conductores de autos por aplicaciones y agrede a la Policía. Es liderada por mayores de edad que captan a chicos y los asocian al delito. Los adolescentes tienen sus dedos llenos de anillos y aparentan otra edad, pero son niños de 12 a 15 años”.
Las palabras pertenecen a una alta fuente policial que aún no sale de la impresión tras participar de una serie de allanamientos simultáneos en barrio Marqués de Sobremonte, zona norte de la ciudad de Córdoba, en la madrugada de este jueves.
En los operativos se detuvo a seis jóvenes mayores de edad, al tiempo que se identificó a 10 menores de edad, cuyas familias deberán asistir a próximas entrevistas con la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf), dado que se trata de adolescentes inimputables, de entre 12 y 15 años.
Los mayores, a todo esto, ya cuentan con prontuario policial sobre sus espaldas.
La banda se dedicaba a emboscar y asaltar a choferes de vehículos de transporte público por aplicación, como Uber, Cabify y Didi.
El operativo, que culminó con 50 allanamientos en total, se llevó a cabo tras meses de investigación debido al aumento de estos hechos delictivos en la zona.
Cuando la fuerza llegaba a socorrer a los conductores atacados en Marqués Anexo, eran recibidos con pedradas y agresiones.
“Los chicos usan honderas; los adultos directamente apelan a la balacera cuando llega la Policía. Cuando la patrulla se va, rompen los domos que registran los robos”, detallaron autoridades policiales.
En una de estas revueltas, hace dos meses, a un cabo le pegaron una pedrada en el ojo que le provocó la pérdida parcial de la visión.
Los mayores de edad detenidos fueron imputados por el fiscal de la causa, Raúl Garzón, por robo calificado, daños calificados, resistencia a la autoridad calificada y lesiones graves.
Los chicos quedaron a disposición del Juzgado de Menores.
Fuentes policiales señalaron que los cabecillas de la banda usaban a los más chicos para sus robos y “les enseñaban” todo lo referente a los asaltos. “Les enseñaban a reventar los domos policiales, a cómo atacar en patota como pirañas, cómo sacar la llave de contacto mientras se ataca al chofer…”, resaltó una alta fuente policial. “Es muy triste y preocupante”, añadió.
En la zona comentan que actualmente muchos de los ladrones se inician de la misma manera: “Pasan de la canchita a empuñar una pistola cuando uno de los más grandes los llama para robar un Uber”.
Atacar a choferes
En Marqués Anexo e inmediaciones, los delitos comenzaron a registrarse a principios de año. Como sucede en otros puntos de la ciudad, los choferes llegaban a la zona tras haber recibido un pedido de viaje (falso). A poco de llegar, los conductores eran emboscados por entre cinco y seis delincuentes. Los menores, según los informantes, participaban de esos ataques y sustraían celulares, llantas de auxilio, billeteras y todo lo que había de valor.
Los que estaban al frente de estos robos eran jóvenes del barrio, quienes se sumaban a la banda con roles claramente definidos.
Esta “comunidad delictiva”, como la describieron las fuentes, operaba con una notable organización. Las autoridades policiales tardaron meses en identificar a sus miembros y actuar en consecuencia.
Ardua investigación
La tarea investigativa fue llevada a cabo en gran parte gracias a las imágenes que la Policía pudo relevar de las cámaras de los domos. Uno a uno, los videos fueron revisados y se fue identificando a los presuntos delincuentes.
Los pesquisas entienden que alcanzaron a identificar al 60 por ciento de la banda y que habría un grupo grande de menores que aún falta de reconocer.
El fiscal Garzón se refirió a la gravedad de la situación, tanto por el número de menores involucrados como por el tipo de crímenes cometidos.
“Estamos hablando de menores de edad en hechos violentos. Estos chicos, de entre 12 y 15 años, participan activamente en los robos, lo que configura un problema social que debe ser abordado. Hay que reconocer la tarea investigativa de la Policía y su buen accionar”, sostuvo Garzón.
“Inadaptados”, remarcó el fiscal
El fiscal también hizo hincapié en la falta de consideración hacia las instituciones.
“Es preocupante la reacción frente a la Policía que acude; porque antes nos quejábamos muchas veces porque no acudían a ciertos sectores. Ahora inmediatamente se da la reacción de algunos sectores, y debo decir sectores sociales, inadaptados en todos sus niveles, los mayores y los pequeños, y eso es lo más grave”, remarcó sobre el ataque de la barriada hacia la Policía.
Garzón reconoció uno de los momentos más críticos de esta serie de robos, ocurrido hace dos meses, cuando el oficial de la Policía perdió un ojo.
“Fue atacado por menores durante un operativo de auxilio a un conductor de Uber. Lo que vivimos es la desintegración social, que comienza en la familia, sigue en la escuela y en todos los ámbitos. Este problema no lo soluciona ni este fiscal ni esta Justicia de un día para el otro”, alertó con signos de preocupación.
Fuentes policiales remarcaron que la investigación aún no ha concluido. Por ahora se llevaron a cabo actuaciones por al menos 12 robos a conductores de Uber, pero podría haber nuevas acciones en el marco de la misma investigación.
En relación al comportamiento violento de los integrantes de la banda, fuentes de la investigación aseguraron que los adolescentes son los que forman la primera fila de ataque cuando llega la patrulla.
Detrás de ellos, comentaron, se parapetan los adultos que utilizan armas de fuego. Pero lo primero que reciben son las pedradas que tiran, con honderas, los chicos de entre 12 y 15 años de edad.
Además, comentaron que se trata de un grupo no identificado del todo. “Se van rotando entre ellos porque la realidad es que se suma el que está en la calle y el que tiene ganas. Lo toman como un desafío y se pliegan al llamado del delincuente adulto”, detallaron altas fuentes de la Policía.
Colegio atacado
También señalaron que el parque educativo de la zona ha sido vandalizado y que “sus paredes están repletas de marcas de balas”.
“Tiene todas las aulas rotas, han robado muchas veces y responden de manera agresiva cuando algún directivo hace una denuncia”, dijeron las fuentes consultadas.
Este comportamiento signado por la extrema violencia impacta, según los pesquisas, en el ánimo social de la barriada.
“Nadie se anima a denunciar porque saben que si a los directores de una escuela, o si a la Policía la sacan a los tiros, se preguntan qué les puede ocurrir a ellos que son simples ciudadanos”, reflexionan.
La Policía, según las fuentes de la causa, continúa revisando los videos y colocaron un nuevo enrejado en el domo ubicado al ingreso de Marqués Anexo. El objetivo es terminar de identificar a la banda.
“Hay que erradicar. Hay que cortar de raíz”, dijeron sobre la tarea que queda por delante.
