El Tribunal Oral Federal de Mar del Plata comenzó a juzgar este lunes a Christian Gilberto Bustos, acusado de trata de personas con fines de explotación sexual, bajo modalidad de acogimiento, explotación económica del ejercicio de la prostitución y abuso sexual reiterado y agravado por haber sido cometido contra una menor de edad, además de reducción a la servidumbre en perjuicio de la misma adolescente, informó el Ministerio Público Fiscal (MPF).
El debate se inició con la acusación del fiscal general subrogante Carlos Fioriti y el secretario Alejandro Boranwski Chanes. El tribunal está integrado por los jueces Roberto Falcone, Fernando Minguillón y Nicolás Toselli.
Luego, expuso la querella, representada por la defensora ública de la Víctima, Inés Jaureguiberry. El acusado, representado por la defensa oficial, optó por su derecho a no declarar en esta primera instancia.
La imputación
Fioriti sostuvo que Bustos deberá responder como autor penalmente responsable de trata de personas con fines de explotación sexual, en perjuicio de una mujer, que era entonces su pareja, en modalidad de acogimiento, que es la última etapa que conforma este delito.
Según explicó, en estas circunstancias, abusando de la situación de vulnerabilidad que la atravesaba, y mediante violencias, amenazas e intimidaciones, el acusado sometió a la mujer a la prostitución, obteniendo un rédito económico a través de su explotación.
En el segundo hecho descripto, el acusado deberá responder como autor penalmente responsable del delito de abuso sexual agravado reiterado, en perjuicio de quien era entonces una adolescente, hija de la mujer sometida, aprovechando la situación de convivencia, en concurso real con el delito de reducción a la servidumbre, por haberla forzado a cumplir tareas domésticas, de manera coaccionada.
El tercer hecho tiene como víctima a otra mujer, anterior pareja del acusado, a quien habría explotado sexualmente para su beneficio económico, mediante violencia e intimidación.
El representante del MPF explicó que el vínculo entre ambos se había iniciado cuando la mujer era menor y logró ponerle fin luego de “superar la dependencia y el miedo hacia el denunciado”, cuando logró abandonar el circuito prostituyente.
En relación al primer caso, desde la querella se añadió que el hombre coordinaba los encuentros para la explotación y tenía un control permanente sobre los actos de la mujer.
Dijo también que a través de violencias, amenazas y humillaciones reiteradas había generado una relación de dependencia económica y afectiva, agravada luego de haber cortado los vínculos familiares de contención. En este marco, fue que la forzó a la prostitución y la explotó durante años.
En esta primera audiencia prestaron declaración testimonial una de las mujeres explotadas y su hija, ambas, víctimas del acusado.

























