Mientras el fiscal de Delitos Complejos del Primer Turno de Córdoba, Enrique Gavier, analiza las presentaciones penales que acumula la desarrollista Márquez y Asociados, los denunciantes insisten que fueron estafados y aseguran que el fin de la compañía se diversificó: mientras cobra dinero para la construcción de casas, los recursos son desviados a otros emprendimientos y a la costosa creación de imagen.
Ya son decenas los reclamos de viviendas que no tienen entrega a pesar de que los clientes aseguran haber pagado la totalidad de su construcción, sostienen los letrados denunciantes.
Como primera medida, los abogados coinciden en que se trasluce de entrada la intención de estafa porque venden el metro cuadrado a valores muy inferiores a lo que cuesta esa unidad de construcción, a lo que deben sumárseles los gastos de la estructura comercial que montaron y los gastos de promoción e imagen.
Quien más insiste en ese punto es el abogado Rogelio Luque, quien indica que todo esto refuerza el ardid con el que se demuestra que “no van a poder construir”.
Para Luque, hay un desvío de fondos a otros emprendimientos, al haber diversificado la empresa hacia otras sociedades.

La firma de los contratos con los clientes que pagan sus casas es a nombre de MRQZ Desarrollos. Si bien el nombre comercial Márquez y Asociados ha virado a Márquez Constructora Desarrollista, la empresa se dividió en cinco firmas con distintos objetos y actividades.
La desarrollista se ubica en barrio Tablada Park, en Lino Spilimbergo 3.505, esquina con Juan Batlle Planas. Cuatro de las cinco empresas en las que se diversificó están cerca de allí: Márquez Agrocampo SRL y Márquez 4 Elementos SRL –ambas con sede en Castagnino 2.278–, Márquez Salud –en Batlle Planas 2.195– y Márquez Gold –Batlle Planas 2.120–, mientras que SLM SAS (Soluma SAS) está en el Cerro de las Rosas, en Adrián Cornejo y Tristán Malbrán.
Llama la atención la diversidad de las actividades de las firmas: una estaría dedicada a la explotación agropecuaria; otra luce como una prestadora de salud, con ambulancias en la puerta; dos serían inmobiliarias, y una, proveedora de elementos de diseño para equipamiento de las casas.
Un club de polo
Más llamativo significa el desarrollo El Caburé, un club o escuela de polo creado en inmediaciones de Villa Allende, que uno de los hermanos Márquez posee junto a su esposa.
Según el Boletín Oficial de la Provincia del 22 de agosto de 2018, Ariel Hernán Márquez y su esposa CSA constituyeron El Caburé Polo School SRL, una sociedad cuyo objeto era realizar diversas actividades: importación y exportación de semovientes y de otros materiales relacionados con los equinos; la comercialización de productos y animales relacionados con la actividad ecuestre y de polo; cría, guarda y reproducción de caballos, y actividades financieras.

Tal como relatan asistentes a eventos, el objeto social se amplía a la “realización de eventos, pudiendo ser estos, tanto públicos y/o privados, sociales y/o deportivos, diurnos o nocturnos”. Además, se incorpora “la explotación gastronómica, expendio de bebidas y/o regionales, de elaboración propia como de terceros”.
Allegados indican que Ariel es jugador de polo, formó un equipo en los últimos años y que frecuentemente se realizan en ese complejo encuentros y partidos de esta actividad deportiva.
El predio de grandes dimensiones, ubicado en inmediaciones de avenida Lucchese, tiene un valor inmobiliario muy elevado.
Incumplimiento de compromisos
Varios de los abogados denunciantes, ante los incumplimientos en la entrega de viviendas, se quejaron por la ostentación que realizan los hermanos Ariel y Pablo Márquez, quienes, según afirman, utilizan autos de alta gama, de marca alemana, y practican otros lujos que se riñen con el cumplimiento de los compromisos asumidos con los clientes.
Para el abogado Luque, esta diversificación en distintas unidades de negocios conspira contra el fin de la constructora. Señala que “en vez de hacer acopio de materiales de construcción”, los “gastos se diversificaron en otros fines, en forma discrecional”. Añade que no cumplen con las entregas y tomaron y siguen tomando compromisos.
El letrado sostiene que cuando se formulan reclamos, a los clientes que no están de acuerdo con las propuestas o incumplimientos de Márquez les queda la opción de rescindir, pero a un 40 por ciento del monto histórico entregado y con cheques en numerosas cuotas.
“Ni un solo ladrillo”
En igual sentido se pronuncia Carlos Guerin, otro abogado que está trabajando con una decena de clientes que están disconformes con el trato recibido por Márquez y el incumplimiento de entrega de viviendas pagadas en su totalidad.
“La casuística de las contrataciones, al haber diferentes sociedades, no es igual”, sostiene Guerin, quien agrega que “hay personas que fueron pagando en cuotas y terminaron de hacerlo, otros que pagaron de contado y aquellos que compraron también en pozo. Pero, en definitiva, todos terminaron en la misma situación: no tienen absolutamente nada, ni un solo ladrillo en las propiedades que habían destinado a estos fines”.
Aclarando que la mayoría son de Córdoba Capital, pero también con clientes del interior provincial, el abogado indica que “la mayoría de ellos están con todo absolutamente cumplido y pagado, no tan sólo el precio que se pidió, sino también cumpliendo los extraños y diferentes requisitos que se les fueron agregando, con contratos principales, los anexos y los contratos que se derivaban”.

Explicó el abogado que las personas que suelen contratar tienen capacidad apenas para ver “alguna luz roja” en los contratos, que sólo detectan abogados.
Muchos clientes adquirieron la “esperanza de la casa propia” y otros “la casa de retiro”, porque también está el caso de personas mayores que gastaron sus únicos ahorros para pasar sus últimos años y quedaron en la calle.
Guerin se quejó por el trato de Márquez con estos clientes. A la “cabeza de ciudadano medio se le imponen obligaciones de difícil cumplimiento, que no están a su alcance” y si no los cumplen corren el riesgo de que la empresa rescinda el contrato.
También refirió el abogado que se añaden a los costos directos, los indirectos que complican el desarrollo y que terminan postergando la obra año tras año. “Han ido colectando grandes cantidades de dinero desde hace tiempo”, completa. El letrado sostiene que hay firmas de contrato de 2016 y otras de 2020, pero todos están exactamente igual, sin la casa entregada.
“Vienen haciendo el mismo sistema de acumular dinero y no entregar propiedades”, define el patrocinante.
Otro de los mecanismos que critican los abogados es el cambio de interlocutores y la poca claridad en la comunicación. Señala Guerin tener “numerosos chats” en los que se demuestra el cambio de personas y un trato que termina desorientando a la gente. “No saben con quién hablan, si es un CEO o alguien de un call center”.
“Les siguen manteniendo la ilusión, y si rescinden, les devuelven un porcentaje en cuotas, mientras (ellos) han seguido colectando cantidades de dinero durante largo tiempo”, indica Guerin. El abogado añade que se aprecia dinero en los “locales y en los directivos a quienes se ve bajarse de autos de alta gama, con muy buena presencia”.
Señaló Guerin que tomó conocimiento de la existencia de negociaciones con otros clientes, de la oferta a otros para reiniciar las obras en uno, dos o tres años, pero que en el caso de su grupo los letrados de la firma les dijeron que no tenían instrucciones para ellos. Eso, añadió, los deja en libertad de acción y entendió que el camino es la Justicia del Crimen.