Marcada preocupación existe en ámbitos policiales y en los principales despachos del área de seguridad a raíz de una preocupante reiteración de graves episodios de violencia que se vienen registrando en distintos puntos de la ciudad de Córdoba y alrededores.
A la par de la seguidilla de violentos robos y asaltos que se viene padeciendo, se registra una inquietante sucesión de violentos episodios en las calles como casos de vecinos que pelean contra otros a quienes acusan de ladrones, delincuentes que terminan causando graves choques viales mientras huyen y ataques contra policías y móviles durante operativos en la Capital.
Esta clase de hechos ya vienen del año pasado. Sin embargo, en los últimos tiempos comenzaron a repetirse de manera más que preocupante, según altas fuentes oficiales.
En relación a los ataques contra policías hay una suerte de reclamo y pedido, por lo bajo, a la Justicia para que se investiguen esos hechos, se atrape a los autores y se impongan imputaciones de peso.
La mayor preocupación oficial es el efecto contagio: que los ataques contra uniformados se incrementen.
Vale señalar, a todo esto, que dos policías están presos desde mediados de enero por haber repelido con violencia (hubo disparos con balas de goma) a unas personas que se resistieron a un control en barrio SEP.
Robos, choques y muertes
El viernes pasado al filo de la medianoche, dos jóvenes que escapaban de la Policía en una moto y con una réplica de arma terminaron muriendo luego de colisionar a alta velocidad contra un colectivo en barrio Marqués de Sobremonte.
Los fallecidos tenían 17 y 19 años. Sucedió en Rodríguez de las Ruescas y Tomás de Irobi.
El caso, investigado por la Unidad Judicial de Accidentología Vial, fue el último eslabón de una secuencia de dramas similares. El pasado sábado 3 de este mes, un supuesto ladrón que escapaba tras haber cometido un violento arrebato de una mochila, terminó perdiendo la vida tras chocar contra un poste en barrio Iponá.
Dos dramas similares sucedieron en el último tramo de 2023: un motochoro falleció a mediados de noviembre tras chocar con su moto contra un auto (cuyos ocupantes resultaron con golpes) en barrio San Ignacio, mientras que en octubre otro joven que escapaba de un asalto en Unquillo falleció tras despistar con su moto en el acceso a Mendiolaza.
Se trata de los casos con saldos fatales. A esta situación cabe agregar diversas colisiones que se vienen dando y con saldos de heridos, y daños materiales, y que son protagonizados por delincuentes que escapan tras haber cometido asaltos.
“Hay órdenes de realizar persecuciones controladas y con cuidados básicos para no poner en peligro a terceros ni al personal policial, claro, pero sucede que hay delincuentes que se manejan de manera temeraria. Jugados al todo o nada”, comentó una autoridad policial.
“La preocupación también está porque ya hubo casos de víctimas propiamente dichas que terminaron heridas o muertas por ladrones que escapaban”, indicó el informante.
“Tememos que esta situación recrudezca. Y en las calles se están viendo episodios de mucha violencia tras robos. Peleas, golpizas, gente que va a recuperar lo que es suyo, o dice que es suyo, y se manda con armas y termina hiriendo a otros, sean ladrones o no. Hay mucha violencia”, resaltó otra fuente policial.
Ataques contra policías y heridos
Otro grave episodio derivado tras un robo sucedió en la mañana del domingo en barrio Villa La Tela. El caso terminó con choques y al menos un policía golpeado.
Todo se inició cuando policías comenzaron a seguir un Peugeot 208 blanco en Nueva Córdoba, ya que tenía la luneta destrozada. Esto dio inicio a una persecución que se extendió hasta barrio Villa La Tela, donde el auto chocó contra un policía en moto y luego contra una casa.
Los dos ocupantes fueron detenidos. En ese procedimiento, un patrullero fue atacado a pedradas. Hubo uniformados lesionados.
También fue serio lo sucedido el sábado a la tarde ya en barrio San Vicente. El caso también terminó con colisiones, algunos lesionados y uniformados golpeados.
El caso arrancó cuando una banda que escapaba (también) en un Peugeot 208, tras haber cometido un asalto, chocó contra un taxi en una esquina. Los delincuentes dejaron el auto sustraído y escaparon. Varias eran mujeres.
A los pocos instantes arribaron patrullas policiales, que participaban de la persecución, y los uniformados lograron dar con tres acusadas de 22, 23 y 24 años, quienes quedaron detenidas. En ese procedimiento, seis policías terminaron golpeados. Desde la Policía se indicó que los uniformados fueron llevados al Policlínico.
También hubo al menos un uniformado agredido en las últimas horas en la ciudad de Villa Allende mientras participaba de la detención de un delincuente que escapaba tras haber cometido un robo, junto a otros cómplices que escaparon.
Fuentes policiales indicaron que, en pleno procedimiento, hubo ataques a pedradas contra los uniformados y por parte de algunos vecinos. No hubo detenciones.
Los uniformados terminaron utilizando pistolas con postas de gas pimienta para hacer cesar las agresiones. Estas armas fueron adquiridas a mediados del año pasado y existe voluntad de comprar más.
Ataque a tiros a la comisaría
Y otra vez la comisaría de barrio Ciudad Evita, en la zona sudeste de la Capital, volvió a ser blanco de ataques de un grupo de personas.
Esta sede policial ya había sido atacada a balazos por lo menos en dos oportunidades, y por parte de particulares, en enero pasado.
Hubo algunas detenciones posteriormente ordenadas por la Justicia.
El pasado viernes a la tarde, hubo balas y pedradas contra esta dependencia como una suerte de represalia luego de que policías intentaran detener a unos individuos que escapan en una motocicleta que había sido robada. Hubo lesionados por los cascotazos (no por los disparos) y se produjeron detenciones.
Según la versión oficial, todo se inició cuando policías intentaron detener a dos jóvenes que escapaban en una motocicleta que había sido sustraída. Fue una persecución que se extendió durante varias cuadras.
Ya en la zona de Ciudad Evita, hubo agresiones contra los policías (algunos resultaron heridos) y volaron piedras y hasta una llave inglesa contra los parabrisas. Entre golpes, un sospechoso de robo fue detenido y llevado (junto a la moto robada) hasta la comisaría 43.
Instantes después la sede policial fue atacada por unas 25 personas. Hubo disparos y pedradas contra la dependencia. El auto del subcomisario terminó dañado.
En el marco del operativo policial posterior, para controlar a los agresores, hubo disparos por parte de los uniformados con balas de goma y de gas pimienta. No se informó sobre detenciones. Las miradas de las autoridades se posan en la Justicia.
