Vive en Tucumán, pero tiene una casa de fin de semana en Los Cocos, en pleno valle de Punilla, a la que llega una decena de veces por año. Sin embargo, dice estar harta.
No del lugar, sino de los robos reiterados que ha sufrido. "Siete en dos años", resume Ana María Sarlenga. Y detalla: "No entran, pero se roban todo lo que uno tiene afuera. La última se llevaron hasta el tanque de agua, otra vez el portón, hasta las macetas se han llevado", cuenta la mujer, que asegura haber hecho las siete denuncias ante la Policía local. "Pero jamás tuve respuestas, nada", se queja.
Ana María asegura hay al menos 10 vecinos que han sufrido robos en los últimos meses. Su casa no está oculta en medio de la espesura serrana, sino sobre la ruta en el acceso a Los Cocos. "Es muy transitada esa calle y además la casa tiene rejas", acota, tras lamentar no tener ya "a quien recurrir para que algo cambie".