Uno purga una condena por homicidio; el otro, por un robo calificado. Alojados en las cárceles cordobesas ubicadas en Bouwer y Cruz del Eje, ahora ambos están acusados de ser los cabecillas de una organización que cometía estafas en todo el país a través de un llamativo ardid. Se calculo que hay al menos 10 mil víctimas de esta banda que contaba con unos supuestos 23 cómplices en las calles.
En los procedimientos, dispuestos por la Justicia de Chubut, participó personal de la Policía de ese ciudad sureña que viajó de manera especial.
“Concretamos 25 allanamientos por una banda que opera desde la cárcel y desde afuera con muchísimas víctimas no solamente en Chubut sino en todo el país, es un delito de estafa, delito económico”, indicó a la prensa el subjefe de la Policía de Chubut, Néstor Gómez.
Agregó que se trata de estafas virtuales y bancarias “con modalidad de acceso al teléfono, correo y cuentas”.
Según explicó, “la banda opera desde Córdoba, está comprobado, muchos damnificados, miles de personas damnificadas. Por el informe que tenemos se habla de más de 10 mil causas”.
“Se va a destapar una olla importante con muchas personas vinculadas y muchos damnificados”, agregó.
En ese sentido, explicó que, de acuerdo a las investigación, los dos presos, muñidos de diferentes aparatos celulares dentro de sus celdas, desplegaron el ardid conocido como “clonación de tarjetas SIM”.
Para explicarlo de manera simple, el método consiste en engañar a las compañías prestatarias del servicio de telefonía celular. Con una logística previa, ya que suelen contar con el número de teléfono y la identidad de su titular, entre otros datos, los estafadores llaman a las firmas y piden que les cambien les clonen el chip porque necesitan ponerlo en un nuevo celular: para ello, invocan un supuesto robo, pérdida o daño del aparato.
Ante esto, se hacen del chip clonado y de inmediato, cuando lo activan en un nuevo aparato pueden comenzar a tener acceso a las claves de los home banking u otras páginas de servicios financieros que los reales titulares de esos números ya tenían almacenados en sus celulares.
En minutos, los ladrones comienzan a realizar todas las transferencias posibles a cuentas que otros “testaferros” de la banda han abierto. Estos cómplices son los encargados de ir a retirar el dinero físico de inmediato, por lo que cuando la estafa es detectada ya no hay mucho que hacer para recuperar esos montos.
A todo esto, mientras les clonan los chips, los reales titulares comienzan a advertir fallas en su teléfonos, ya que las compañías inhabilitan sus tarjetas SIM. Por eso, la principal recomendación ante una situación de este tipo es doble: buscar una computadora y cambiar de inmediato todas las contraseñas almacenadas en el teléfono; y llamar a la prestataria del servicio de telefonía celular para denunciar que les han bloqueado sus aparatos sin su consentimiento.
Según trascendió, los operativos que se desarrollaron durante la mañana de ayer incluyeron a 23 domicilios, varios de ellos ubicados en la ciudad de Córdoba, además de otros emplazados en el valle de Punilla.
Los allanamientos fueron ordenados por la Justicia de Chubut ya que en esa provincia hubo diferentes denuncias sobre este tipo de estafas, sobre todo en la zona de Puerto Madryn. No obstante, los investigadores resaltaron que hay víctimas “en todo el país”.
Según se sospecha, la banda le habría pagado a familias carenciadas por sus datos personales, para crear cuentas digitales y bancarias para depositar el dinero robado de manera digital.