En una medida que ya había trascendido desde los Tribunales y que sorprendió poco, la Fiscalía General de Córdoba dispuso un amplísimo recambio en la plana mayor de la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA), la fuerza que desde 2015 combate el narcomenudeo en Córdoba.
El titular del Ministerio Público Fiscal (MPF), Juan Manuel Delgado, dijo que aceptó las renuncias del jefe de la FPA, Adrián Salcedo; de la subjefa, Clarisa Fany Carrera, y de tres ahora ex altos oficiales como Mario Simbrón (Investigaciones), Guillermo Ayala (Operaciones) y Carlos Torres Martínez (Detección de Narcóticos).
Al frente de la fuerza quedaron a partir de ahora Camilo Gabriel Lassaga como el número 1 y Martín Federico Dorsch como el “2″.
Si bien no es la primera vez que hay “movidas” en la FPA, sí es un recambio de alto impacto, si se tiene en cuenta que Salcedo estuvo al frente de esa fuerza prácticamente desde su creación. Antes, como tantos otros oficiales de la FPA, había estado en la Policía de Córdoba.
Desde el MPF se remarcó que los cinco jefes presentaron las renuncias y que fueron aceptadas. De todos modos, por lo bajo, se señala que la medida fue dispuesta al revés.
Vale señalar que estos cambios de fin de año van en sintonía con la Policía provincial, que depende del Ministerio de Seguridad, donde hubo una serie de enroques y recambios días atrás con las partidas de varios jefes y jefas de la plana mayor.
Volviendo a la FPA, cabe señalar que la “fuerza de negro” surgió tras el “narcoescándalo” de 2013 que hizo pulverizar a la división Drogas Peligrosas de la Policía: en aquel momento se descubrió que un grupo de policías había montado una asociación ilícita por la que, entre otros delitos, robaba drogas para tener vínculos con informantes y narcos.
En la actualidad, la FPA atraviesa su propio gran “narcoescándalo”: el fiscal Juan Pablo Klinger, en la Capital, mantiene detenidos y con prisiones preventivas a siete efectivos de la FPA acusados de haberse robado al menos medio kilo de drogas secuestradas en el norte cordobés para pagarles a informantes y así lograr operativos positivos. No se descarta que la droga haya sido usada además con otras intenciones.
“Narcoescándalo” y fiscal Ramírez bajo la lupa
Uno de los efectivos de la FPA ya levantó la mano, confesó todo y se allana a un juicio abreviado.
A su vez y en paralelo, en esa investigación, que provocó un tembladeral en la FPA y en el propio MPF, hay otra causa abierta.
Es la que tiene bajo la lupa al fiscal antinarco Raúl Ramírez, quien se desempeñaba en Cruz del Eje, y quien está sospechado de haber sabido que la droga era robada y no haber hecho nada al respecto, según la sospecha judicial.
El fiscal Ramírez se encuentra en libertad, pero imputado por los presuntos delitos de encubrimiento agravado, incumplimiento de deberes de funcionario público y abuso de autoridad por orden del juez de Control Agustín Cafferata.
Sucede que un fiscal no puede ser investigado por otro fiscal, ya que tiene fueros.
Por eso Klinger solicitó que se le abriera una investigación a Ramírez y la causa llegó al juez.
El fiscal da pelea: realizó una presentación para que su caso fuera investigado por un juez de Control de la ciudad de Cruz del Eje, donde él trabajaba. Habla de competencias jurisdiccionales.
Klinger ya se opuso a ese cambio de jurisdicción.
A todo esto, el propio Klinger mantiene imputados al secretario de Ramírez, Patricio Bazán, y a un ex alto jefe de la FPA de aquella región, como Mauricio Oyola, también por presunto encubrimiento agravado.
Estos tres se encuentran en libertad. Pero bien complicados.
La situación de Ramírez no deja de tornarse más compleja con el paso de los días. De todos modos, el funcionario lleva adelante su estrategia defensiva: oponerse y esperar...
Varios efectivos de la FPA se han opuesto a las prisiones preventivas dispuestas por el fiscal Klinger y sus defensas han presentado oposiciones en el Juzgado de Control. Todo hace presumir que seguirán detenidos.
De confirmarse las preventivas, ese tramo de la causa volvería a la fiscalía y se allanaría la causa para ser elevada a juicio.
“Ciclo cumplido” en la FPA
A la hora de ahondar en las razones que terminaron en las partidas de Salcedo y de los demás ahora ex altos jefes de la FPA, desde Tribunales I y desde la misma fuerza se repite una frase futbolera: “Ciclo cumplido”.
“La mayoría de los que se van ya llevaban largos años de trabajo y de desgaste en sus funciones. Es lógico que en una fuerza verticalista se tomen estas medidas y se dé aire a la conducción”, indicaron altas fuentes oficiales.
Sin embargo, no deja de llamar la atención que algunos de los que fueron removidos de sus cargos tenían aspiraciones de llegar a comandar la fuerza de seguridad a futuro.
Otras fuentes destacan que fue el mismo Salcedo quien denunció ante la Justicia la desaparición de drogas en ámbitos de la FPA tras el inventario interno. “No ocultó nada. Vislumbró lo que se venía y denunció”, dijo una fuente. “Es más, aportó pruebas. No hubo corporativismo”, remarcó otro informante.
De todos modos, y más allá de que haya sido él quien puso todo en conocimiento de la Justicia, a nadie le escapa que el tembladeral que se produjo en la fuerza con base en el parque Sarmiento, tras las detenciones de numerosos efectivos, terminó minando su continuidad y la de buena parte de su equipo.
En un comunicado oficial, el fiscal General Delgado agradeció el trabajo de Salcedo y de su equipo y señaló que “ha cumplido con estoicismo con su misión, llevando a la institución a los más altos estándares de funcionamiento y profesionalismo”.
Vale señalar que en ámbitos de la FPA hubo en estos tiempos otros episodios delictivos aunque de menor impacto con efectivos involucrados.
De todos modos, la cantidad de sanciones con pasivas por parte del Órgano de Control Disciplinario fueron muy bajas en comparación con las de la Policía provincial.
El saliente Salcedo había logrado trabajar en cierta forma en conjunto y sintonía con la Policía provincial y había logrado un diálogo fluido con el actual jefe de esta fuerza, comisario Leonardo Gutiérrez, sobre todo tras la intervención del ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros.
Años atrás, hubo chispazos y celos entre ambas fuerzas de seguridad: la FPA se encargaba de resaltar en comunicados las detenciones de policías narco, mientras que la Policía se encargaba de destacar cómo secuestraba drogas en allanamientos o en controles ruteros.
En la FPA habrá más cambios en 2025: a la fuerza podrán ingresar militares, una modificación que despierta interrogantes.
Pocas mujeres en cargos altos
Con los cambios en la FPA y en la Policía provincial, sólo en el Servicio Penitenciario de Córdoba quedan mujeres en cargos jerárquicos de relevancia.
La titular del SPC es Verónica Carolina Funes.