Uno de los hijos de Daniel Cipolat, el conferencista argentino hallado muerto en la ciudad de Cancún, México, donde vivía desde hacía una década, aseguró días atrás que la asistente de su padre le confesó que lo había enterrado en el jardín de su casa luego de que falleciera, que no le permitió ver el cuerpo y que tampoco le quiso dar su teléfono.
Fue a raíz de ello que el joven radicó una denuncia que derivó en el hallazgo del cuerpo de su padre efectivamente enterrado en la casa de la mujer, lo que ahora es investigado por la justicia.
La familia de Cipolat cuenta con asesoría jurídica del Consulado argentino en Playa de Carmen, que intervino para ayudarla a llevar adelante los trámites de rigor, según fuentes de ese organismo.
“Hola, soy Nicolás Cipolat, quiero contarles que el 13 de septiembre viajé a ver a Linda y ahí ella me confesó que a mi papá lo tenia enterrado en el jardín de su casa”, dijo a través de un video publicado en las redes sociales uno de los hijos del especialista en asuntos cósmicos, que también vive en México.
Y continuó: “Se negó a llevarme a ver el cuerpo, le pedí el celular para investigar porque hay muchas cosas que huelen muy raro, se negó a dármelo, y también me confesó que falsificó el certificado de defunción”.
Nicolás pidió ayuda para poder contratar un abogado y avanzar en la investigación del hecho, tras manifestar que cree que Linda Uribe, quien era asistente de su padre, si hizo eso “es capaz de cualquier cosa”.
El hijo de Cipolat fue quien radicó la denuncia pertinente en la fiscalía de Cancún, lo que derivó en el hallazgo del cuerpo de su padre enterrado en el jardín de la casa de su asistente hace una semana.
Esa situación fue posible a partir de la intervención del Consulado argentino en Playa del Carmen, que tomó intervención en el caso brindando asesoría jurídica a la familia.
?Los hijos se contactaron con nosotros apenas tuvieron conocimiento de la situación de su padre. Actualmente nuestro trabajo consiste en hacer de enlace entre la familia y la justicia mexicana. La fiscalía nos pidió mucha discreción en los pormenores del caso?, indicó a Télam el cónsul argentino en Playa del Carmen, Lautaro Filchtinsky.
Por orden judicial el cuerpo es analizado con intenciones de determinar las causas y data de la muerte, mientras que la asistente del conferencista argentino se dio a la fuga y es buscada intensamente por las autoridades, añadió el vocero.
Cipolat (60), quien se había radicado en Cancún hace una década, se dedicaba a dar conferencias sobre energías cósmicas y tenía una gran cantidad de seguidores en las redes sociales bajo el apodo de “Dandelion”.
En una de sus últimas publicaciones en Instagram, el conferencista fallecido contó que había contraído la variante Delta de coronavirus.
“Esta vez me tocó a mí. Salí positivo de Covid-19 variante Delta. ¿Qué les puedo decir? Ahí viendo al cuerpo a ver qué hace. Por lo pronto no responde a ninguna medicación, sigue su proceso tremendamente debilitante y molesto. No tengo miedo, estoy abierto a cualquier desenlace y lo que deba ser”. escribió el 29 de agosto pasado.
Cinco días después, en su cuenta de Facebook se publicó un comunicado, el cual daba a conocer la muerte de “Dandelion”: ?Daniel, nuestro maestro y guía, renació hoy nuevamente en la plenitud e integración de la luz. Renacer, porque él siempre nos enseñó que ?nacer? en esta vida en realidad era morir y ?morir?, en realidad, era nacer en un plano en el que estamos completamente integrados en la luz, sin la densidad del cuerpo? así como Daniel y Dandelion en este momento”, dice un tramo de la publicación..
A su vez, durante los días siguientes, algunos seguidores de Cipolat comenzaron una campaña en Twitter utilizando el hashtag #DóndeEstáDanielCipolat, con la finalidad de investigar su situación y dónde se encontraba su cuerpo.
Finalmente, la familia confirmó la muerte de Cipolat el 6 de septiembre mediante un llamado a la asistente Linda, por lo que el 13 su hijo radicado en el Distrito Federal viajó a Cancún para saber qué había ocurrido y fue allí cuando la mujer le reveló, según dijo, que su padre había sido enterrado en el jardín tras morir por la enfermedad.