Durante la mañana de este viernes, en la cede central del Pami en Neuquén, un jubilado falleció en la puerta de las oficinas mientras hacía la fila para realizar un trámite. Aparentemente se habría desvanecido y golpeado la cabeza a la altura de la sien.
En el momento, algunas personas de la fila intentaron reanimarlo a la espera del servicio de emergencias. “Fue desesperante, había mucha gente, curiosos, y eso dificulta actuar”, relató Jaime, otro jubilado presente, al medio local La 17.
Según informó el Ministerio de Salud, el hombre fue reanimado durante 40 minutos en el sitio y posteriormente fue trasladado en ambulancia al hospital Castro Rendón, lugar en donde finalmente falleció.
La víctima, identificada como Ángel Humberto Ledda, tenía 80 años y ya sufría algunas complicaciones de salud, por lo que la fiscalía a cargo del caso decidió no realizarle una autopsia.
Indignación de los jubilados presentes la fila del Pami
Muchos de los jubilados presentes, resultaron indignados frente al manejo de la situación. Desde la sede, desalojaron a todos los presentes que se encontraban esperando a ser atendidos, para que permanecieran puertas afuera del edificio.
Sin embargo, varios jubilados denunciaron que fueron retirados de forma abrupta, generando situaciones de malestar y bronca.
Tras los hechos, se cancelaron los turnos de todo el día, decisión que también afectó a los presentes. Varios de ellos habían viajado desde otras localidades tras el cierre de sedes del organismo de atención pública de salud en el interior de la provincia.
Otra jubilada presente en el momento, relató al diario LM Neuquén la experiencia vivida: “Esto nos dejó mal a todos, la gente esperando para que los vuelvan a atender, gente que tenía turno y que esto es un manoseo tremendo, de parte del Pami. Esperamos que las autoridades se pongan las pilas, que no nos maltraten de esa manera”.
Según relataron más testigos del momento, la víctima fatal habría estado varios minutos de pie esperando antes de descompensarse. Además, las condiciones de espera, sin asientos ni orden según prioridad genera enojo por parte de los usuarios.
Una situación que vuelve en poner en discusión las condiciones en que los jubilados realizan los trámites esenciales, en una búsqueda por una atención más humana y pensada para personas mayores.