“No se preocupen pichones, vamos a llegar bien…”.
La frase del conductor de la camioneta fue pronunciada instantes antes del desastre. Varios de los ocupantes de la 4x4 le habían manifestado que iba fuerte y que dos de las ruedas estaban “lisas”. De hecho, el mal estado de los neumáticos ya había sido tema de conversación durante el almuerzo.
Y pasó lo inevitable. Una de las ruedas se reventó, según la causa.
A todo esto, con una alta dosis de alcohol en sangre y con cocaína, y circulando a alta velocidad, el conductor perdió el control del volante y la camioneta comenzó a dar varios tumbos. Varios de los ocupantes que, además iban en la caja de la camioneta, salieron despedidos por el aire.
Cuando el bólido dejó de dar vueltas, la tragedia estaba escrita: uno de los pasajeros había muerto y otros cinco, incluido el conductor, habían resultado con distintas heridas.
El drama vial sucedió en la tarde del 14 de octubre de 2023 en la ruta nacional 19 en cercanías de la ciudad de Córdoba.
Catorce meses después de aquel gravísimo siniestro fatal, hay importantes novedades de la Justicia de Córdoba: el conductor Gualberto Nieves (45) seguirá preso y acusado con la gravosa figura de homicidio simple con dolo eventual.
En un fallo dictado por la Cámara de Acusación de Córdoba, se rechazaron distintos planteos defensivos, con lo que la causa contra Nieves quedó firme e irá a juicio oral.
La Cámara ratificó en un todo lo dispuesto oportunamente por el fiscal de instrucción Andrés Godoy, medida que ya había sido avalada por un Juzgado de Control.
Nieves irá al banquillo de los acusados para responder con una gravosa figura como el dolo eventual: en caso de condena puede enfrentarse a una pena de prisión de entre 8 y 25 años de cárcel efectiva.
Su defensa planteó no sólo la excarcelación (lo que fue desestimado) sino también que su caso sea encuadrado como homicidio culposo por culpa temeraria que prevé una pena menor: 3 a 6 años.
La disquisición entre dolo eventual y homicidio culposo constituye una disputa judicial en los Tribunales de Córdoba desde hace años.
Recién en 2022, la Justicia de Córdoba dio un paso trascendental para los crímenes viales: Alan Amoedo, un joven que causó la muerte de dos personas en la avenida de Circunvalación, por manejar con alcohol y cocaína en sangre y con una altísima desidia al volante, fue sentenciado a 9 años de cárcel por dolo eventual.
Qué es el dolo eventual
El homicidio simple por dolo eventual se da cuando una persona se representa mentalmente que manejando a alta velocidad, de manera temeraria, y con alcohol en sangre, entre otras circunstancias, puede causar un desastre vial.
Sin embargo, sigue adelante con su conducta y lo provoca.
¿Quería matar intencionalmente? No. Pero se lo representó y siguió adelante con su accionar.
El homicidio culposo, en tanto, gira sobre un accionar con negligencia o imprudencia.
A fines de 2016 se sancionó en la Argentina una modificación: se creó la figura de culpa temeraria para el homicidio culposo.
Se trata de una concepción con la cual, y ya en el ámbito de la conducción, se castiga a aquel que maneja de manera imprudente, arriesgada o temeraria y pone en peligro la seguridad vial (culpa consciente).
De todos modos, la pena sigue siendo de 3 a 6 años de cárcel.
¿Por qué Amoedo fue condenado por dolo eventual?
En el juicio surgió el valioso testimonio de un testigo que dijo que un día antes de la tragedia de la Circunvalación lo había visto manejando alcoholizado y mal. Aquel testigo (un abogado) le dijo que no condujera así porque podía causar un desastre.
Amoedo no le hizo caso y, al día siguiente, volvió a manejar borracho y mal, y causó un desastre.
¿Y qué pasa ahora con este nuevo conductor preso y enviado a juicio?
Alcohol, cocaína y ruedas lisas
La tragedia ocurrió en la tarde del sábado 14 de octubre de 2023 en la ruta 19 en barrio Zepa de Córdoba.
En sentido hacia la Capital iba por el carril rápido una Chevrolet S10 conducida por Gualberto Nieves.
En el rodado iban otros cinco hombres: dos en el habitáculo y tres en la caja. Todos eran empleados de la construcción y Nieves era una suerte de empleador o capataz. Volvían de trabajar en una obra.
Uno de los neumáticos reventó y la 4x4 dio numerosos tumbos.
Un empleado rural, que trabajaba aquella tarde en un tractor, diría luego que vio cuando varios ocupantes salían despedidos de la caja.
La víctima fatal fue Maximiliano Andrés Soria (35).
Además resultaron heridos otros cuatro hombres el propio conductor. Todos debieron ser internados en hospitales y sobrevivieron.
El fiscal Godoy, a poco de avanzar en la causa y de comenzar a recibir informes periciales y testimonios, decidió detener a Nieves e imputarlo por homicidio simple por dolo eventual y lesiones dolosas.
Un informe pericial de la Unidad Judicial de Accidentología Vial determinó que ambos neumáticos traseros de la camioneta “se encontraban envejecidos” y que el derecho “presentó un excesivo desgaste en sus bandas de rodamiento”.
Si bien la velocidad a la que habría circulado era 122,56 kilómetros por hora, hubo testimonios de que habría ido a 160 km/h.
Según el fiscal, estos dos indicadores reflejaron que el imputado se representó que la conducción bajo esas circunstancias podía derivar en el resultado mortal y, no obstante, decidió continuar con la circulación.
La ruta estaba en buen estado.
Además, el conductor circulaba ebrio: 1,65 g./l. de alcohol en sangre y había tomado cocaína.
Nieves contaba con varias infracciones de tránsito en su haber.
Testimonio clave en contra: dolo eventual
El fiscal Godoy descubrió un diálogo poco antes de la tragedia que fue central para definir el dolo.
Según la pesquisa, uno de los albañiles le reiteró –y tal como habían hablado supuestamente antes en la obra– que las ruedas estabas “lisas”.
Nieves le habría respondido que ya tenía “la plata” para comprar una.
Otro empleado le dijo: “Queremos llegar bien a nuestras casas...”.
Fue en ese momento que el conductor, siempre según el expediente, respondió: “No se preocupen pichones. Vamos a llegar bien…”.
Para el fiscal, esa frase es fundamental para el devenir de la pesquisa.
El hombre sabía que había problemas serios con los neumáticos y se lanzó igual a manejar presuntamente fuerte en una ruta y con varias personas a su cargo. Además iba con alcohol y cocaína en sangre.
Para el fiscal, el conductor se representó mentalmente que podía causar un desastre y, pese a todo, siguió adelante y ocurrió.
“El imputado conocía las falencias de su vehículo”, dijeron los jueces
“Condujo el automóvil (sic) cuyos neumáticos se encontraban en muy malas condiciones, a exceso de velocidad, en ocasión que trasladaba a otras cinco personas, bajo el consumo previo de bebidas alcohólicas y estupefacientes. Esos elementos ya resultan suficientes para sostener que se encontraba frente a un peligro concreto de grado altísimo”, dijo la Cámara, en su resolución.
“El imputado conocía las falencias de su vehículo ya que se lo había comentado a sus empleados con anterioridad y sus propios empleados le advirtieron sobre la fragilidad de los neumáticos antes de emprender la vuelta y su preocupación por su seguridad física”, agregó.
“El encartado desestimó dichos cuestionamientos (…). Se representó el riesgo concreto creado por él y estuvo en condiciones de evitarlo”, resaltaron los jueces.
