La llamada “zona cero” sigue siendo sometida a un intenso escrutinio por parte de los pesquisas, pero este domingo la Justicia ordenó volver a ampliar el área de búsqueda para dar con el paradero del niño Lian Gael Flores Soraide, quien falta de su hogar ubicado en un paraje de Ballesteros Sud, en el departamento Unión de la provincia de Córdoba.
Desde el pasado 22 de febrero ya se contabilizan ocho días de búsqueda. Según sus padres, ese día Lian se habría acostado a dormir la siesta junto a la familia y luego desapareció, en una jornada de mucho calor en esa zona poblada únicamente por una comunidad de ladrilleros, todos originarios de Bolivia.
Los vecinos del lugar aseguraron haber visto ingresar una camioneta blanca en horas de la siesta, cuando la familia presuntamente dormía.
Por eso, todos estos días se realizaron infructuosas tareas de búsqueda, que se continuaron el domingo, con mejores condiciones climáticas. “El extenuante calor, el viento y la lluvia de la primera semana fueron un inconveniente para la búsqueda con perros. Los canes volvieron a salir y se intensificó el trabajo”, dijeron este domingo fuentes de la investigación.
Pero en el octavo día de pesquisas se ordenó un mega operativo en la ciudad de Villa María, ubicada a 40 kilómetros de la casa de Lian.
La orden fue emitida por el Equipo Conjunto de Investigación (ECI), compuesto por los fiscales provinciales Isabel Reyna y Nicolás Gambini, la fiscal federal de Bell Ville, María Virginia Miguel Carmona, y los fiscales federales a cargo de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas, María Alejandra Mángano y Marcelo Colombo.
El ECI volvió a poner el foco en otro cortadero, ubicado al sur de la localidad villamariense, sobre la ruta 9, en dirección a Ballesteros Sud, donde el martes pasado ya se habían registrado operativos de búsqueda.
“Este es un punto de interés que determinó la fiscalía a cargo. En la zona, se encuentran trabajando las fuerzas de Gendarmería, Policía Federal, Policía de Córdoba, personal del Ministerio Público Fiscal, de la División Canes, y se desplegaron drones”, detalló el ministro de Seguridad, Juan Pablo Quinteros.
Las tareas comenzaron a las 6 de la mañana, cuando llegaron a la zona tres fiscales intervinientes: Reyna, Gambini y la fiscal federal Miguel Carmona. Bajo esta supervisión se ejecutaron 16 órdenes de allanamiento, según informó Quinteros, también presente en el lugar.
La principal sospecha
Si bien el niño aún no fue hallado y continúa siendo un enigma el modo en que desapareció de su hogar, los investigadores creen que durante este tiempo se revelaron “pistas firmes”. Los allanamientos se centraron en las adyacencias de la vivienda del dueño de una camioneta que fue incautada días atrás, junto a otros cinco vehículos.
Se trata de un hombre, oriundo de Bolivia, que habría sido visto a bordo de un vehículo de su propiedad en la zona del cortadero de Ballesteros Sud, pero que vive y trabaja en este otro cortadero de ladrillos, en Villa María. Se trata de un allegado a la familia de Lian, aunque para los pesquisas no podría decirse que hubiera una amistad con los papás del niño desaparecido.
Por el momento, la causa sigue sin detenidos ni imputados. Sin embargo, fuentes cercanas a la investigación dejaron entrever que en las próximas horas podría haber novedades al respecto.
No obstante, consultados por la posible implicación del sospechoso investigado (de quien se reserva la identidad), fuentes con acceso a la causa sostuvieron que sigue siendo prematuro sacar conclusiones y que el ECI no descarta ninguna hipótesis.
Entre los resultados de los 16 allanamientos realizados este domingo, la Policía Científica logró recabar un compendio de pruebas que podrían continuar orientando la tarea de los fiscales. Además, se ordenó el secuestro de dos camionetas. Se trata de vehículos que aquel día habrían sido captados por las cámaras en los ingresos a Ballesteros Sud, pero nunca volvieron a ser registrados.
Los fiscales buscan determinar si alguien pudo haber escapado por uno de los caminos rurales que rodean la vivienda de Lian. En total, ya son ocho las camionetas en poder de los investigadores.
Desconcierto y temor
Los pobladores de Ballesteros Sud continúan conmocionados y la preocupación crece a medida que pasan las horas y no hay resultados concretos. El caso de Lian, dicen, mostró que “un niño puede desaparecer sin una explicación”.
Para colmo, los murmullos que circulan entre la población se vuelven cada vez más densos. “Nosotros también necesitamos saber qué ocurrió con Lian”, repiten los vecinos que realizaron una movilización para solicitar celeridad a la Justicia.
Entre los dilemas que crecen, hay quienes se inclinan por juzgar a la familia y preguntar qué hacían los adultos durante la siesta del sábado, cuando el niño desapareció.
Sin embargo, son voces que cada vez se repiten menos. Al comienzo, en cambio, la mayoría de las miradas parecían haberse direccionado hacia la actuación de los padres.
Pero todo esto dio paso al miedo y a la intriga. “¿Y si a Lian se lo llevaron en una camioneta blanca? ¿Y si detrás de todo hay una red de trata de personas?”, se preguntan, sin ocultar el temor y la angustia que ya se volvieron contagiosos en el pueblo.
