A las 5.09 de la madrugada del pasado sábado, el servicio de emergencias 911 recibió desde barrio Villa Argentina –en el extremo este de la ciudad de Córdoba– un llamado de una mujer que reportaba un herido de arma de fuego. La víctima era su actual pareja, un sargento de la Policía de la Provincia, quien había sufrido el ataque del ex de la dueña de casa.
La situación de Maximiliano Leiva Zamora (43) era gravísima porque luego de trabarse en lucha con el sargento 1° Julián Urquiza este le disparó en tres oportunidades con su arma reglamentaria. Los médicos de emergencias hicieron todo lo posible para detener las hemorragias en el abdomen y una pierna, esta con compromiso del fémur.
Desde la casa de la mujer de 36 años, en Martín Cartechini al 1700, el herido fue trasladado al Hospital de Urgencias donde horas más tarde pudo ser intervenido quirúrgicamente. No obstante, Leiva Zamora continúa con pronóstico reservado porque su estado crítico es difícil de revertir.
En un principio, se informó que la violenta discusión se había producido en un hogar familiar de barrio Müller, pero luego se aclaró que ese sector corresponde a barrio Villa Argentina.
Cuadro muy complicado
Pocas horas después de llegado Leiva Zamora al Hospital de Urgencias, los médicos municipales comenzaron a trabajar en varios frentes ante un cuadro muy delicado. El paciente había recibido dos disparos en el abdomen que perforaron varios órganos, entre intestino delgado, intestino grueso y ambos riñones. El tercer disparo en la pierna, al ser de alto calibre, fracturó el fémur, por lo que debieron someterlo a tracción.
La intervención quirúrgica por videolaparoscopia en la zona abdominal logró reparar el tejido de ambos intestinos y se intervinieron las heridas en los riñones, lo más difícil de abordar.
Fuentes médicas del Urgencias explicaron que, además de las heridas de bala, el sargento Leiva Zamora presentaba un “golpe facial”, compatible con un impacto que podría haber recibido en la pelea con Urquiza.
Con el transcurso de las horas, los médicos reconocieron que el cuadro sigue siendo complicado y el pronóstico estrictamente reservado.
A raíz de una falla renal y a partir de dificultades en su tensión arterial, al policía se le administran medicamentos para elevar la presión sanguínea. Además, el paciente presenta trastornos de coagulación y a última hora de este lunes feriado se le practicó una tomografía (TAC) para detectar alguna hemorragia ante el estado de inestabilidad pronunciada. Los dos proyectiles en el vientre pasaron muy cerca de la aorta abdominal y de la vena cava inferior, dos vasos sanguíneos que sin son seccionados provocan la muerte casi inmediata.
El estudio tuvo resultados alentadores y horas más tarde confirmaron a los familiares que la función renal estaba aparentemente restablecida. “Se le pasó sangre (transfusiones) y se le administraron anticoagulantes, pero está muy inestable”, comentó Andrea Vilkelis, jefa de Toxicología, a cargo de la Unidad de Terapia Intensiva del Urgencias.
Si bien existen algunas funciones con signos de restablecerse, la médica comentó a La Voz que el paciente está “muy inestable” y evaluó su estado como “muy crítico”.
La causa penal
En el lugar de la agresión, los investigadores secuestraron el arma reglamentaria de Urquiza, una pistola 9 milímetros, con un proyectil en la recámara y dos cartuchos completos, más dos vainas servidas en el suelo.
La causa es instruida por la fiscal de Distrito 2, Turno 1, Lourdes Quagliatti, quien ordenó la detención e imputó a Urquiza el delito de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego.
Respecto de esta causa, cuya calificación legal todos esperan que se mantenga en una tentativa de homicidio, podría variar en su abordaje en las próximas horas, a medida que comiencen a escucharse a los primeros testigos.
Fuentes judiciales anticiparon que si surgen elementos suficientes a partir del contexto y el motivo de la agresión de Urquiza a Leiva Zamora, el expediente podría ser remitido al fuero de Violencia Familiar. Si eso ocurriera, el fiscal del 4° Turno José Pueyrredón podría hacerse cargo del caso.
Como la investigación es incipiente, desde la fiscalía de número evitaron pronunciarse sobre los detalles que rodearon a la agresión, si bien se presume que el ex de la mujer atacó a Leiva Zamora por estar en pareja con ella.
Posibles sanciones
Independientemente de la actividad que está motorizando la investigación judicial, en el lugar de la agresión se constituyeron miembros del Tribunal de Conducta de las Fuerzas de Seguridad de Córdoba, el flamante organismo que se ocupa de tutelar la conducta de los policías y guardiacárceles provinciales.
Con la investigación de la instructora Ivana Rossi, las autoridades de este organismo ya separaron a Urquiza y lo dejaron en situación “pasiva”, más allá de que está detenido, a la espera del resultado de la pesquisa.
Esta medida (administrativa) cautelar puede profundizarse más aún si la investigación arroja resultados negativos para el imputado. A la declaración de situación pasiva -que implica la disminución de la remuneración y el retiro del arma- puede sucederle la cesantía del efectivo, con la separación de la fuerza y la imposibilidad definitiva de prestar funciones en la administración pública.
Pero existe un tercer matiz en estas sanciones que es la exoneración, que añade a la exclusión laboral en cargos públicos la imposibilidad de desempeñarse en empresas o agencias de seguridad del ámbito privado.
