El pasado 17 de mayo se escuchó la condena a prisión perpetua, con sexta declaración de reincidencia, a Roberto José Carmona (62) por el homicidio calificado del taxista Javier Bocalón y otros delitos, entre la evasión y agresiones a otras personas para afianzar su escape.
Tres semanas más tarde, los vocales de la Cámara 8ª del Crimen de la ciudad de Córdoba expusieron sus fundamentos e indican que el múltiple asesino actuó con desprecio por sus víctimas y “violencia superlativa” para matar.
El pasado viernes, como estaba previsto, se emitieron esas conclusiones en la Sentencia 40/24 de esta cámara integrada por Marcelo Jaime (presidente), Eugenio Pérez Moreno y Juan Manuel Ugarte, en las que se expresan las particularidades de la condena a pena máxima, unificada con otras perpetuas que acumula Carmona, más la declaración de reincidencia.
El voto de este tribunal técnico está encabezado por el vocal Pérez Moreno, quien hace una pormenorizada referencia a las características psicopáticas de la personalidad del condenado, a partir de una mención a la única pericia psiquiátrica que se le efectuó después de matar a Gabriela Ceppi, en 1986.
Al rechazar sendos planteos de inconstitucionalidad del defensor Aníbal Zapata respecto de la prisión perpetua y de la reincidencia, Pérez Moreno lanza una definición categórica sobre las posibilidades de recuperación de Carmona: “Bajando al presente caso, por obra del sentido común, si tenemos en cuenta que estamos ante una persona que es declarada reincidente por sexta vez, indudablemente el peso de la responsabilidad de la reinserción en la sociedad no puede estar todo el tiempo en los esfuerzos del Estado y debe pesar en la persona que reincide en el delito”.
Carmona recibió su tercera prisión perpetua y su cuarta condena por homicidio. En esta oportunidad, el jurado popular lo halló culpable de un rosario de delitos: “evasión y robo calificado por el uso de arma, en concurso ideal con homicidio criminis causa, en concurso real; robo calificado por el uso de arma, reiterado (dos hechos), en concurso real”.
Por unanimidad con Ugarte y Jaime, al valorar la pena que le corresponde al condenado, Pérez Moreno señala que pondera a su favor sólo “las falencias” que sufrió en su historia de vida. Se refiere a los problemas afectivos con su familia en su niñez y la escasa formación educativa y cultural.
Pero, en su contra, el vocal valora “la naturaleza de las acciones, las circunstancias y modalidades de su ejecución, y los medios empleados para ejecutarlas”. Luego, añade que eso ”no es insignificante, si reparamos en el modo en que acabó con la vida de su víctima (el taxista Bocalón) en el primer hecho, literalmente a cuchillazos”.
También, respecto del accionar desplegado durante la tarde del 13 de diciembre de 2022, el camarista pone en evidencia “la osadía puesta de manifiesto al actuar en todos los hechos a plena luz del día”, la crueldad con las “víctimas atacadas” que eran “personas que se encontraban indefensas en la vía pública”.
Con relación a “la extensión del daño causado”, tuvo en cuenta Pérez Moreno la elección para asesinar a “un incansable trabajador del transporte público de pasajeros, un trabajador del volante que por defender su fuente de subsistencia, fue atacado”.
A eso, indica el vocal, “se suma también la selección de este tipo de víctimas que traduce el aprovechamiento de la particular exposición a la que están sometidos -y no pueden evitar- tanto los remiseros cuanto los taxistas; situación cobardemente aprovechada por este tipo de delincuencia”.
También, Pérez Moreno destacó “la superlativa violencia física aplicada en los tres hechos, en contra de las distintas víctimas”: el taxista Bocalón, una pareja a la que sustrajo su vehículo y dos mujeres a las que trató de robarles el suyo.
También ponderó en su voto el camarista el punto en contra que resultan sus antecedentes, las tres condenas por homicidio, a Ceppi y a dos reclusos que compartían encierro en las cárceles de barrio San Martín (Córdoba) y de Chaco.
Pérez Moreno hace mención a un “reiterante específico” que consiste en “quitarle la vida a sus víctimas, mediante violencia sobre las personas”. Esto, indica, es “un indicio revelador de un temperamento más ‘peligroso’”, y aclara: “Peligrosidad que se acentúa si sopesamos lo ya considerado acerca de su personalidad psíquica”.
Decisiones clave
De la lectura de la sentencia se desprende que además de la pena máxima y la declaración de reincidencia, el tribunal decidió “suspender terminantemente el régimen de salidas transitorias” que gozaba Carmona y que permitió su traslado a Córdoba, donde se fugó y cometió este último homicidio.
De esto, a su vez, se deriva que la recomendación a la Justicia de la provincia de Chaco de investigar a los jueces Juan José Cima (retirado) y Ligia Alejandra Duca, que autorizaron a su turno el régimen de salidas transitorias.
De igual modo, quedó evidenciado en este juicio que Carmona tenía un estrecho trato con los guardiacárceles chaqueños. Se probó que la cuchilla con la que mató a Bocalón había sido trasladada en el interior del televisor que viajó desde Chaco a Córdoba.
Como es sabido, la misma Cámara 8ª del Crimen debe juzgar en los próximos meses a los seis guardiacárceles chaqueños que se descuidaron y posibilitaron la fuga de la casa de la esposa de Carmona, Ángela Etudiez. Ella también debe responder como colaboradora activa de esa evasión.
