A paso firme avanza la investigación policial y judicial para dar con los miembros de la banda que, en los primeros minutos del miércoles, cometió una brutal venganza a puro plomo en la ciudad de Villa Allende, en el Gran Córdoba. El ataque a tiros terminó con un joven fusilado de un balazo en el pecho y otros dos familiares heridos.
Si no hubo más víctimas, fue porque varios alcanzaron a salir corriendo y guarecerse en la gélida noche.
La hipótesis central de la causa, según trascendió, es que el grupo que abrió fuego desde un auto lo habría hecho para vengarse supuestamente de un robo ocurrido días atras en la zona.
De confirmarse esta teoría, no sería la primera vez que ocurre una venganza a los tiros de esa manera y con ese trasfondo en Córdoba.
Con 9 milímetros
Faltaba poco para la 1 de la madruga del miércoles y un grupo de jóvenes se encontraba tomando cerveza en torno a una fogata en una esquina del barrio Las Polinesias, en Villa Allende.
De repente, por la calle Unión al 1200, apareció un Ford Ka celeste (según dirían los testigos), con su chapa correspondiente.
Desde el interior del viejo auto, algunas manos abrieron fuego con pistolas.
El primero en caer fue Cristian Ezequiel González, de 29 años, con un tiro en el tórax.
Su hermano Lucas, de 30, intentó correr y recibió un disparo en el talón de la pierna derecha.
En tanto, un pibe de 15 años, que comenzó a correr al ver los fogonazos, recibió un tiro en el muslo de la pierna derecha.
Así como llegó, el Ka escapó a toda velocidad. Testigos lo reconocieron.
En autos particulares, los heridos fueron trasladados hasta el Hospital de Villa Allende. Cristian González murió a los pocos minutos, mientras el cuerpo médico pugnaba por salvarlo.
Alertada la Policía, se montó un rápido operativo.
Con la ayuda de las cámaras y de testigos, los pesquisas dieron con el auto en barrio 9 de Julio. María Belén Acosta, la mujer que manejaba, quedó detenida. No se conoce aún la imputación judicial.
“Fue una venganza por un robo... Le robaron a una mujer y salieron a vengarse”, dijo una testigo clave, rato después.
Los investigadores, congelados en la helada noche de Villa Allende, tomaron nota y comenzaron a orientar la causa.
“Todo indica que fue un ajuste de cuentes porque, al parecer, en el grupo donde estaba el fallecido había uno que, días atrás, había robado a familiares de los agresores”, contó una fuente con conocimiento de la causa.
“No sabemos si los disparos iban o no dirigidos contra las víctimas”, añadió otro vocero.
La pesquisa avanza. Se cree quem habrá novedades en un puñado de horas.