Alojado en una celda del Establecimiento Penitenciario N° 9 e imputado por homicidio simple. Se trata de un delito que prevé una condena que arranca desde los 8 años y puede llegar hasta los 25.
Esa es la situación penal por estas horas de Ricardo Alberto Jattuf –comerciante de 38 años–, quien este miércoles pasó a engrosar el extenso listado de conductores de vehículos (siempre varones) que matan a otro, en el marco de una discusión de tránsito callejera.
Y otra vez ocurrió en Córdoba, una provincia que acumula dramas de violencia urbana de este tipo.
Según los datos preliminares, Jatuff mató con un cuchillo de asador, y de una puñalada en el corazón, a otro conductor en el marco de una violenta pelea que había tenido presuntamente un punto inicial en una mala maniobra: una encerrona.
Sucedió en barrio Las Palmas, de la ciudad de Córdoba.
La víctima fatal fue Martín Catalano, quien tenía 44 años, trabajaba para el gremio de los recolectores, estaba en pareja y era papá de dos jovencitas. Su familia vivía en esa misma barriada y quedó destruida.
La causa judicial está en manos del fiscal Horacio Vázquez, quien deberá ahora avanzar y esclarecer todo lo sucedido, en el medio de peritajes, estudios psicológicos y testimonios e indagatorias, entre otras medidas.
Todo indica que se vendrá una batalla judicial cuando la defensa del acusado presente su posición a medida que avance la causa.
“Todos tenemos un minuto de estupidez tarde o temprano. En cuestiones de tránsito, mucho más. El punto está en saber frenar a tiempo, pedir perdón y, sea lo que sea, nunca bajarse del coche. Nunca sabés con quién te vas a encontrar”, razonaba una fuente con acceso a esta causa.
¿Pero cómo fue todo?
Encerrona y escupitajo
Todo sucedió alrededor de las 17 en avenida Don Bosco, corazón del Las Palmas. Había mucho tránsito.
En ese marco, comenzaron a intercambiar bocinazos e insultos los conductores de una VW Surán blanca y de un Peugeot 207 verde.
En el primer coche iba Ricardo Jattuf, acompañado por su esposa; en el otro, Martín Catalano.
Fuentes del caso señalan que todo se habría iniciado porque uno de los coches habría “encerrado” a otro en plena avenida.
Así las cosas, un semáforo los rojo los hizo detenerse.
De acuerdo a voceros oficiales, el conductor del Peugeot habría salivado presuntamente al otro automovilista. El escupitajo terminó dando en la esposa de aquel.
Esto dio lugar a la segunda parte de esta historia.
No está claro si ambos conductores se bajaron allí mismo y comenzaron a pelear sobre el pavimento, o si bien hubo una breve persecución que terminó a unos pocos metros con un enfrentamiento.
Lo concreto es que en Don Bosco y calle García Martínez , hubo golpes. De pronto, según la causa inicial, Jattuf apareció con un cuchillo.
Catalano, el otro automovilista recibió un puntazo, a la vista de muchos, a la altura del corazón.
Dio unos pasos, pidió ayuda en una casa y se desplomó.
En un patrullero, que arribó a los pocos minutos, fue trasladado al Hospital Eva Perón, donde murió.
Se fue y volvió al lugar
El agresor, a todo esto, se marchó junto a su esposa en su auto.
Mientras los policías empezaban a buscar datos y testigos para ubicarlo, el hombre regresó con su auto.
Esta vez, ya estaba solo.
“Fui yo. No sé qué me pasó”, habría dicho el conductor a los policías que, de inmediato, lo detuvieron.
Tras analizar el caso, el fiscal ordenó imputarlo por homicidio.
Los antecedentes de peleas que terminaron en crímenes
- Crivelli y el crimen del inspector. En 2003, un hombre y sus hijos discutieron con empleados municipales que estaban cargando, con una grúa, un auto en la plaza de la Intendencia, en la Capital. La discusión fue aumentando y todo terminó cuando el padre sacó un cuchillo y mató al inspector Benjamín Gauna. El asesino, Felipe Crivelli, huyó del país, por más que sus hijos quedaron detenidos. Largo tiempo después, y tras una compleja y ardua investigación, fue atrapado en Bolivia. Había cambiado de nombre y de vida. Tras ser extraditado a la Argentina, fue juzgado. Nunca se arrepintió. Fue condenado a la pena de 14 años por el delito de homicidio simple. Luego, el Tribunal Superior de Justicia le rebajó la pena a 11 años.
- Trompada, caída y muerte. En 2009, dos conductores discutieron tras un choque entre vehículos en una esquina de Unquillo. Uno de los conductores era Silvio Nicolás Tosello, quien cayó al pavimento y murió. En 2012, el otro conductor, Carlos Enrique Airaldi (26), fue condenado a tres años de prisión condicional por homicidio preterintencional. Además, se lo condenó a indemnizar a la familia de la víctima y a hacer tareas comunitarias en un hogar.
- Con un bate de béisbol. En marzo de 2012, dos conductores comenzaron a discutir por una mala maniobra de uno de ellos en inmediaciones del CPC de barrio Argüello, de Córdoba. Sucedió que uno de los conductores quiso evitar un control policial. Lo que sobrevino después fue locura homicida: uno de los conductores persiguió y alcanzó a otro cerca de una estación de servicio y lo atacó con un bate de beisbol hasta causarle la muerte. La víctima fatal fue Luis Frontera (58). Oscar Santiago Fisogni (26), el agresor, terminó siendo llevado al banquillo de los acusados. Tras un juicio abreviado, en el que pidió perdón, terminó siendo condenado a 8 años y medio de cárcel por homicidio simple.
