En medio de una preocupante espiral de violencia callejera, se repiten y parecieran incrementarse los enfrentamientos entre policías y vecinos jóvenes en algunos barrios de la ciudad de Córdoba.
En ese marco, al menos 72 policías han terminado heridos este año por piedras y cascotes.
En esas refriegas, otros uniformados la han emprendido con disparos de postas de gas pimienta, con armamento Byrna, para repeler las agresiones y dispersar a los revoltosos.
Varios vecinos, asimismo, ya han terminado lesionados con esos balines que emiten un gas similar al gas lacrimógeno.
En las últimas horas, una joven de 17 años ha terminado herida en un ojo con un balín de gas pimienta disparado por un efectivo policial en un enfrentamiento ocurrido en barrio Zepa, en la periferia este de la ciudad de Córdoba.
La adolescente debió ser internada en el hospital Italiano, donde fue atendida por el cuerpo médico que intenta salvarle el globo ocular. Su pronóstico es reservado.
Su caso se encuentra bajo investigación y el expediente por ahora está en manos del fiscal Andrés Godoy. En principio, no quedaría radicado en la fiscalía de Raúl Garzón, donde se acumulan las causas que tienen que ver con agresiones a policías y blancos de la fuerza, como comisarías y móviles.
El caso de la joven, en paralelo a las agresiones contra uniformados, vuelve a dejar en evidencia la peligrosidad del armamento llamado “menos letal” Byrna, que usa la Policía desde 2023.
Esas pistolas y fusiles fueron adquiridos en la gestión de Liliana Zárate cuando era jefa de Policía como un armamento previo a los cartuchos de balas de goma (lanzados con escopetas) y de las balas de plomo propiamente dichas, para situaciones de personas con padecimientos psiquiátricos y en crisis barriales.
Sin embargo, ya en la actual gestión de Leonardo Gutiérrez como jefe policial y con Juan Pablo Quinteros como ministro de Seguridad, el uso de armas Byrna se potenció en las calles. Sobre todo, en el marco de operativos barriales y ahora como método de respuesta ante agresiones a efectivos.
Hoy, cualquier policía de calle cuenta con su pistola reglamentaria 9 milímetros y con un arma Byrna.
Desde la fuerza policial, varias veces se indicó que hay un protocolo de uso y que hay capacitaciones para su utilización en las calles.
En ese marco, los instructores han sido insistentes en que los disparos deben ser al piso, o contra una pared o contra el torso en situaciones críticas. Disparar contra la cabeza conlleva un alto riesgo.
Ahora, una joven permanece internada con una seria lesión en el rostro que le afectó el globo ocular.
Desde la Policía y la Justicia, se ha señalado que la chica “habría estado lanzando piedras” contra policías que querían detener a un hermano de ella en el marco de un operativo.
Más allá de qué estaba haciendo la chica, lo sucedido y el accionar policial son investigados por la Justicia.
Por ahora, no se conoce sobre detenciones o imputaciones.
72 policías heridos en peleas barriales
La lesión contra la joven sucedió en la noche del pasado domingo en el marco de una violenta y generalizada gresca vecinal ocurrida en barrio Zepa.
Según la versión oficial, al lugar llegaron policías debido a que unas personas habían estado apedreando colectivos.
La intervención policial derivó a su vez en pedradas por parte de algunos vecinos y disparos de postas de gas pimienta del otro.
El enfrentamiento fue uno de los al menos cinco registrados esa jornada y se agrega a una imparable secuencia de episodios similares ocurridos en los últimos tiempos en la Capital.
Desde la Jefatura de Policía, se indicó que, desde enero, unos 72 efectivos de la fuerza han sido lesionados con ladrillazos y cascotes, entre otros objetos contundentes.
Otros han sido agredidos y hasta arrollados por automovilistas en controles ruteros y en la Circunvalación.
Por caso, por estas horas, hay un oficial que permanece internado en una terapia intensiva de una clínica tras una agresión y una complicación, añadieron altas fuentes de la Policía.
Un informe oficial da cuenta de que en junio hubo ya 10 policías lesionados, mientras que en mayo fueron 12 los efectivos golpeados y en abril, 2. La secuencia se completa con 12 casos en marzo, nueve en febrero y 27 en enero.
En paralelo, hubo ya 76 patrulleros dañados a pedradas en estos seis meses.
A todo esto, varias comisarías han sido agredidas con cascotazos y hasta con bombas incendiarias.
Desde el Ministerio de Seguridad, ya han señalado que hubo 600 agresiones a policías, desde hechos menores hasta casos más graves, en los últimos 17 meses. Desde la cartera oficial niegan que haya un efecto contagio y relacionan las agresiones contra uniformados “a una mayor acción y presencia de azules en los barrios”.
La respuesta judicial
Por directivas de la Fiscalía General de la Provincia, al fiscal Raúl Garzón se le asignó competencia para investigar y actuar los casos de agresiones contra policías y blancos de la fuerza en Capital.
Desde esa fiscalía, se informó que, desde febrero de 2024 (16 meses), se abrieron 205 causas por ataques a uniformados, de las cuales ya hubo 10 condenados (principalmente jóvenes varones) a penas de cárcel por delitos como lesiones, resistencia a la autoridad y daños, en el marco de juicios abreviados.
En paralelo, hay 84 detenidos por ataques contra policías, 19 de los cuales ya cuentan con prisiones preventivas y están por ser enviados a juicio.
Días atrás, el gobernador Martín Llaryora volvió a insistir en su preocupación por los ataques contra policías y reclamó que se agravaran las penas a la hora de las condenas.
En ese sentido, el ministro Quinteros viene haciendo un llamado a legisladores nacionales para que se modificara la legislación y se agravaran las penas en el Código Penal cuando el atacado sea un policía.
Desde Tribunales de Córdoba, no hay una postura alineada en ese sentido. Si bien hay algunas voces apoyan el reclamo del Gobierno, se oyen posiciones en contrario.
El ministro Quinteros quiere mayor actividad de la Guardia de Infantería
En contacto con La Voz, el ministro Quinteros reiteró días atrás su preocupación por “la creciente ola de violencia que se registra en las calles” y remarcó que la Policía “no dará un paso atrás”.
El funcionario político puntualizó que se incrementarán los controles y que habrá más participación de la Guardia de Infantería en zonas críticas de la Capital, al tiempo que insistió en que hay interés de la Provincia en ser parte querellante de las causas con policías afectados.
Quinteros viene destacando el accionar de los policías en estos operativos y resaltó que seguirá acompañando a los efectivos en procedimientos junto con jefes policiales.
En Tribunales II, algunos ven esta presencia como una señal de control interno para evitar excesos.
