La confianza en una cara conocida fue letal para doña Ilda, según presumen ahora los investigadores. Es que sospechan que cuando se abrió la puerta y vio entrar a Estefanía Cecilia Peralta (32), seguramente no estaba en su imaginario lo que se presume que pasó después.
Acompañada por un adolescente de 17 años, Peralta entró con un claro objetivo, según creen los pesquisas de este crudo homicidio que conmociona a Pozo del Molle: robar una abultada suma de dinero y terminar con la vida de la jubilada de 83 años para no dejar testigos.
Ilda María Roteda, viuda de Santini, falleció amordazada y atada, boca abajo, en uno de los dormitorios. Cuando el lunes la encontraron y dieron aviso a sus hijos, se inició una investigación que daría rápido con los sospechosos.
Es que la mujer tenía la firme costumbre de no abrirle la puerta a nadie que no conociera. En la casa no había aberturas forzadas ni signos de violencia. La persona que había estado allí horas antes, concluyeron los investigadores, muy probablemente era de su confianza, o contaba con una llave. Peralta reunía los dos requisitos, ya que era su cuidadora.
A menos de 12 horas de iniciada la investigación, la fiscal Juliana Companys logró dar con los supuestos partícipes. Se hicieron algunos allanamientos y por la noche estaban detenidos.
La mujer permanece alojada en la cárcel de Villa María acusada de homicidio calificado criminis causae por la participación de un menor de edad. Designó como abogada defensora a la asesora letrada de los tribunales locales.
El adolescente, por su parte, quedó a disposición del Juzgado de Minoridad y Familia de Villa María, y es probable que se dicte una medida tutelar y se lo traslade al complejo Esperanza.
La investigación tiene entre sus hipótesis más firmes el móvil del robo. Una suma de dinero, que los trascendidos ubicaron en 20 mil pesos, faltó del hogar. Parte de los billetes se habría recuperado, pero hay otra parte de la que no se sabe aún qué pasó.
*Corresponsalía Villa María