Emilio Andruet tiene 62 años, lleva 38 años en el Poder Judicial de Córdoba y 16 como vocal de la Cámara del Crimen 2 de Río Cuarto. Causó el viernes gran sorpresa su renuncia al cargo, que se efectivizará el 1° de diciembre.
Asegura que quiere dedicarse los próximos años, antes de jubilarse, a ejercer como abogado. Volver a estar detrás de la barandilla. Andruet es docente de Derecho Penal y Procesal Penal en una universidad privada, suele llevar a sus alumnos a recorrer cárceles en el país y hasta se lo vio en Tribunales disfrazado de preso para dar una clase. A lo largo de su carrera, no le rehuyó a los medios, lo que alguna vez causó polémica.
En diálogo con La Voz, habla de lo mejor y lo peor de la Justicia de Córdoba.
–¿Cuál es el motivo de su renuncia?
–He llegado a un punto en mi vida en que entendí que ya he cumplido un ciclo y quiero dedicar mis últimos años siendo un auxiliar de la Justicia. Quiero experimentar cómo se vive la Justicia no desde adentro, sino desde afuera. Con la actividad académica voy a seguir. Iniciaré los trámites para ejercer como abogado de la matrícula.
–Versiones vinculan su dimisión con la tensión generada por su pedido de juicio político al fiscal de Delitos Complejos Enrique Gavier. ¿Por qué lo denunció?
–Mi decisión de renunciar es personal. No tiene absolutamente nada que ver con esa presentación que hice arios meses atrás. En mi condición de juez entendí que su conducta debía ser analizada por el Jury de Enjuiciamiento, eventualmente para determinar si había alguna causal de destitución o no. Entendí que sus conductas no eran acordes. Me motorizó la excesiva exhibición que hacía este fiscal de su actuar. Era una situación notoria, por eso me llamó la atención.
–En una presentación ante el Jury, Gavier advierte sobre su parentesco con un defensor de la causa del “camión narco en Bouwer” que él investiga…
–Mi hijo es abogado, ejerce la profesión, está en esa causa, pero tiene una vida totalmente independiente a la mía. No tiene absolutamente nada que ver. En mi función de juez mi hijo no se entromete y yo no me entrometo en su profesión. Es más, en mi denuncia hice referencia a un montón de casos mediáticos y nada en particular de esa causa que no conozco.
La Justicia cordobesa hoy
–Por su experiencia, ¿qué identificaría como lo mejor o lo peor de la Justicia de Córdoba?
–Lo mejor que tenemos en Córdoba es que es una Justicia independiente. Eso es fundamental, En mis 16 años de juez y cinco de fiscal, nunca he tenido un intento de influencia externa en mis decisiones. Eso es importantísimo. Respecto a las cuestiones a mejorar, fui tres años consejero del Consejo de la Magistratura y muchas veces uno advertía que el aspirante no tenía una vocación de servicio sino una necesidad de trabajo. Lo que siempre pedí es que quienes accedan a los cargos lo hagan por vocación, porque si no, empiezan los problemas.
–¿Hay otras razones para su renuncia, situaciones internas que lo incomodaron, un próximo “enroque” que le habían pedido con una jueza de Cámara de Río Cuarto?
–A lo largo de tantos años hay muchos sinsabores, no hay nada en particular que me haya hecho tomar la decisión. Pero sí, fue un sinsabor cuando se me solicitó hacer un traslado cuando yo en mi cámara estaba muy bien. No era de mi mayor agrado. Pero no fue una causa de mi renuncia.
–Tras tantos años siendo juez, ¿qué reflexión aportaría para un mejor funcionamiento del Poder Judicial?
–Creo que el pilar fundamental es procurar juzgar conforme a la ley y no conforme al clamor social. Yo a lo largo de mi trayectoria siempre procuré hacer lo que corresponde sin pensar en lo que se dirá afuera. Muchas veces la Justicia resuelve algunos casos de acuerdo al clamor social y eso no es buena Justicia. Me han tocado casos de mucha repercusión, pero hay que juzgar de acuerdo a lo que marca la ley, más allá del gusto de la sociedad. Además, respetar el principio de inocencia y ante la duda, absolver. De hecho en mi sala hubo muchos absueltos por el beneficio de la duda. Creo que los jueces deben tener presente eso.

–Ahora, si pasa a litigar como abogado, se sumará al estudio de su hijo e intervendrá en la causa Dagatti?
–Hasta diciembre soy juez. Después haré los trámites para la matrícula y cuando la tenga, voy a vislumbrar cuál va a ser mi camino profesional; no he planificado nada en ese sentido. Es muy posible que ejerza en la ciudad de Córdoba, donde tengo el estudio que tuvo mi padre más de 50 años. Voy a ir paso por paso


























