Imputado por homicidio en ocasión de robo, David Jesús Rivero (34) será enviado a una cárcel de un momento a otro. “El Tanque”, como se hacía llamar, está acusado de haber sido el delincuente que el pasado 30 de junio atacó a un querido jubilado de la localidad de Corral de Bustos en el marco de un brutal asalto domiciliario, agresión que le causó la muerte.
Norberto Martella tenía 85 años y, entre otras cosas, había sido por años el calesitero de aquella población del sudeste cordobés.
Para el fiscal Pedro Guerra, quien trabajó con investigadores policiales de Marcos Juárez y de la Capital, Rivero habría logrado acceder a la vivienda de su víctima tras saltar un muro trasero. Aprovechando que una puerta que da al patio estaba abierta, sorprendió a su víctima.
El ahora acusado había salido de la cárcel hacía poco tras cumplir una condena por lo mismo: asaltar en casas a personas mayores.
En ese marco, según las sospechas, había vuelto a robar en viviendas de Corral de Bustos y región.
En algunos casos, los domicilios estaban vacíos. En otros, las víctimas se encontraban presentes y fueron maltratadas en violentos asaltos.
El fiscal lo había identificado y hasta había ordenado su captura.
Rivero, al saberse buscado, desapareció de los lugares que solía frecuentar. Estando prófugo, se cree, atacó a Martella el 30 de junio.
Para la fiscalía, actuó solo. Saltó un muro perimetral y se metió en la casa, sin darle tiempo al jubilado para que escapara o pidiera ayuda.
El vecino fue maniatado, amordazado y maltratado en busca de dinero. El exconvicto, según la sospecha, se apoderó de la jubilación que encontró en un mueble, y escapó.
La víctima quedó amordazada sobre una cama y recién fue encontrada varias horas después por su sobrino, quien llegó de visita.
Tras el shock, el joven llamó a los bomberos, quienes acudieron al domicilio, cortaron las ataduras y trasladaron a la víctima al hospital.
Relato e investigación
Con el último hilo de vida, el jubilado alcanzó a contarles lo que le había sucedido a quienes lo atendieron.
Sin embargo, su cuadro comenzó a empeorar con el paso de las horas.
El cuerpo médico intentó salvarlo, pero el corazón de don Norberto se apagó en el hospital.
Consumado el crimen, el fiscal reunió a su equipo de investigadores policiales y judiciales y no tardó mucho en identificar al sospechoso.
Se lograron testimonios y filmaciones de cámaras de viviendas, entre otros elementos de la pesquisa.
“Fue Rivero, estamos convencidos de que fue él. Hay pruebas. El tipo es un ‘chacal’. Vive ahí mismo, se dedica a atacar a sus propios vecinos... Se cansó de hacerlo, cayó preso y fue condenado por eso. Cumplió la pena completa, salió libre y volvió a robar en viviendas”, confió una alta fuente con acceso a la causa.
Rivero vivía a cuatro cuadras de la casa del jubilado asesinado. En una ciudad-pueblo como Corral de Bustos, donde se conocen todos, esa distancia es ínfima.
“A Rivero se le había dictado orden de captura por los últimos robos. De hecho, sabemos que, antes de atacar y terminar matando al jubilado, había robado en por lo menos tres viviendas. Siempre igual”, añadió un vocero judicial con acceso a la pesquisa.
La fuente remarcó: “Las cárceles no sirven como tratamiento. Eso ha vuelto a quedar en evidencia con el caso de este pobre hombre. Salió libre y volvió a atacar”.
El crimen del jubilado llevó a que una importante cantidad de vecinos de aquella ciudad saliera a marchar y reclamar justicia.
Nueve víctimas asesinadas en 2024 en Córdoba
Con el homicidio del vecino de Corral de Bustos, ya son al menos nueve las víctimas de asaltos que han muerto este 2024 en la provincia de Córdoba, según un registro de La Voz.
La mayoría de estos episodios tiene a sus acusados presos e imputados con graves cargos.
Al analizar el registro, surgen tres puntos. Por un lado, la mayoría de los asaltos fatales ocurrió en las viviendas de las víctimas.
Por otro lado, los agresores accedieron a los domicilios ya sea bajo engaño o bien tras valerse de la confianza que tenían con sus víctimas, ya que eran conocidos de ellas.
Dicho de otra manera, de la confianza se pasó a la traición.
De todos modos, y más allá de estos casos, este año hubo al menos tres víctimas que fallecieron tras haber sido atacadas por pandillas de delincuentes, en su mayoría jóvenes.
En este punto surge que, en dos de los asesinatos durante robos, participaron, de acuerdo con las pesquisas, varios menores de edad.
Al analizar los nueve homicidios, cinco de los casos ocurrieron en el interior (tres en Río Cuarto), mientras que los cuatro restantes, en la ciudad de Córdoba. Esto pone de relieve cómo la violencia se ha extendido y recrudecido en el interior.
Otro aspecto que llama la atención este 2024, y a diferencia de otros años, es que, en sólo uno de los dramas, la víctima fue ultimada por disparos de arma de fuego.
Fue un típico asalto callejero: un vecino (Sebastián Villarreal) murió ejecutado por motochoros que le robaron la moto en la Capital.
En los demás casos, las víctimas fueron ultimadas con golpes o bien mediante el empleo de arma blanca.
Una lectura a simple vista podría poner de relieve que los agresores terminaron matando sin un plan previo: fueron a robar y causaron una muerte violenta.
De todos modos, restará esperar el desarrollo de los juicios correspondientes.
Cabe señalar que, en paralelo a los casos de homicidios en ocasión de robo, se viene registrando una imparable secuencia de graves asaltos en la Capital y en otros puntos de la ciudad de Córdoba que están dejando numerosas víctimas heridas por parte de delincuentes.
Asaltantes muertos. En paralelo al listado de víctimas muertas en episodios de inseguridad, hubo al menos cinco sospechosos de robos muertos en enfrentamientos con policías este año en Córdoba. Otros cuatro murieron tras chocar con sus vehículos en las calles, de acuerdo a los registros de La Voz.
