Un caso de doble homicidio conmocionó al Reino Unido. El colombiano Yostin Andrés Mosquera, de 35 años, originario de Medellín, fue declarado culpable del brutal asesinato de una pareja británica en Londres. El crimen, meticulosamente planificado, tenía como objetivo apoderarse de la vivienda de las víctimas, valorada en 400.000 libras esterlinas (U$D 530.000), y de sus ahorros.
Mosquera fue descubierto por un ciclista el 10 de julio de 2023, mientras intentaba arrojar los cuerpos desmembrados de sus víctimas desde el histórico Puente Clifton Suspensión. El ciclista, Douglas Cunningham, notó un rastro de sangre roja brillante goteando de una maleta abultada que Mosquera arrastraba. Mosquera intentó justificar la sangre como aceite de repuestos de automóvil, pero al ser presionado, entró en pánico y huyó. La policía lanzó una búsqueda masiva y lo arrestó tres días después cerca de la estación Bristol Temple Meads, aún con una camiseta manchada de sangre. Los investigadores señalaron que estuvo a instantes de consumar un “crimen perfecto”, listo para lanzar los restos al desfiladero de Avon, a 75 metros de profundidad.
Una amistad con un motivo siniestro
La relación entre Mosquera y una de las víctimas, Albert Alfonso, un instructor de natación británico de 62 años, se remontaba a más de una década. Se conocieron a través de un sitio web para adultos, donde Alfonso, descrito por la fiscal Deanna Heer con una “predilección por el sexo extremo que grababa y publicaba en línea”, era cliente habitual de Mosquera. Mosquera vendía videos sexuales en los que realizaba actos que involucraban defecación, orinación y vómito, a cambio de pagos de entre 25 y 100 dólares, usando los nombres “I am black master” y “Mr d*** 20cm”. Durante el día, afirmaba trabajar en tecnología informática en Medellín, donde vivía con su esposa e hijo.
Mosquera trabajó para entablar amistad con Alfonso y su pareja, Paul Longworth, de 71 años, quien no participaba en las sesiones sexuales. En octubre de 2022, la pareja invitó a Mosquera al Reino Unido para hacer turismo. Alfonso pagó todos los gastos, lo que, según las investigaciones, fue el detonante para que Mosquera comenzara a formular su plan. Regresó a Colombia y luego invitó a la pareja a vacacionar allí en marzo de 2024, mostrándose sonriente en fotos de redes sociales. En junio, fue invitado nuevamente a quedarse en la casa de la pareja en Shepherd’s Bush, con Alfonso pagando un curso de inglés, membresía de gimnasio y viajes turísticos.
El macabro plan y su ejecución
El plan de Mosquera tomó forma incluso antes de aterrizar en el aeropuerto de Heathrow. Investigó el valor de la vivienda de las víctimas y, en los días siguientes, descargó detalles bancarios y contraseñas de Alfonso. Sus búsquedas en internet incluían “asesinos en serie de Londres”, “película de Jack el Destripador” y una “licuadora industrial”, además de buscar propiedades en venta en su ciudad natal.
El 8 de julio, la mañana del brutal doble crimen, Mosquera atacó primero a Paul Longworth, destrozando su cráneo con nueve golpes de martillo en la cabeza después de que Alfonso se fuera a trabajar. Ocultó el cuerpo bajo la cama antes de conectarse en línea para organizar su vuelo de regreso.
Cuando Alfonso regresó a casa a las 19:45, un Mosquera enmascarado lo llevó al dormitorio para una supuesta grabación sexual. Los jurados vieron imágenes gráficas del video, que mostraban a Mosquera acercándose a Alfonso con un cuchillo mientras la víctima estaba arrodillada y desnuda. Mosquera, quien llevaba penes protésicos, apuñaló a Alfonso 13 veces en el cuello, preguntando: “¿Te gusta?”. La lucha prolongada entre los dos hombres, desnudos y ensangrentados, fue captada por la cámara web antes de que Mosquera forzara a la víctima sobre la cama y le cortara la garganta.
La fiscal Heer describió la expresión de Mosquera durante el ataque como escalofriante, señalando que “no es shock, no es horror, no es preocupación... Es júbilo, es comportamiento imperturbable”. El Inspector Jefe Detective Ollie Stride reveló que el nivel de violencia impactó a los detectives, especialmente al ver a Mosquera bailando y cantando de júbilo segundos después de cortar la garganta de Alfonso. Stride comentó: “Al ver el video fue bastante brutal, clínico, nos preguntamos si había algún entrenamiento militar... Nuestro primer pensamiento fue que este no es tu primer crimen”.
Comportamiento post-crimen y condena
Mientras Alfonso agonizaba, Mosquera intentó acceder a sus cuentas bancarias y de PayPal. La fiscal calificó sus acciones como “frías y calculadas”, ya que “sabía que tenía dos cuerpos que eliminar y continuó cubriendo sus huellas hasta Bristol”. Durante los dos días siguientes, Mosquera descuartizó los restos con una sierra, colocando las cabezas en un congelador y las partes del cuerpo en maletas. Contrató a un hombre desprevenido para que lo llevara a Bristol y, después de retirar cientos de libras de las cuentas de las víctimas, envió mensajes desde el teléfono de Alfonso a su jefe, simulando una emergencia familiar que lo llevaba a Costa Rica.
Mosquera intentó culpar a sus víctimas, alegando que había apuñalado a Alfonso en defensa propia después de verlo matar a su pareja. Sin embargo, los jurados no se convencieron y lo declararon culpable del doble homicidio tras sólo cinco horas de deliberaciones.
Yostin Andrés Mosquera no mostró emoción alguna cuando fue declarado culpable en el Tribunal de la Corona de Woolwich. Será sentenciado el 24 de octubre.
