El intento de amedrentar a una empleada con frases de película terminó mal para un joven ladrón en Rosario. Aseguró ser parte de la banda narco Los Monos, se robó una botella, un encendedor y $ 25 mil, pero lo traicionó su propia boca… y su mamá.
La policía lo detuvo en su casa luego de que su madre lo entregara voluntariamente.
El falso “Mono” que dio su ubicación al aire
Todo ocurrió en un minimercado ubicado en La Paz y Colón, en Rosario. Un hombre ingresó al local, amenazó a la empleada con una coartada intimidante y mencionó directamente al grupo criminal más temido de la ciudad.
“Soy de Los Monos. Si no me das $ 25 mil, te lleno el supermercado de tiros. Nosotros vivimos acá nomás, a cuatro cuadras. Laburamos con los Cantero”, fue parte de su amenaza.
El delincuente, que no estaba armado en ese momento, se llevó además una botella de Gancia, un encendedor y huyó sin que la víctima opusiera resistencia. Todo quedó registrado por las cámaras de seguridad.

El dato que lo delató: “Vivimos a cuatro cuadras”
A pesar del tono amenazante, el ladrón cometió un error crucial: dio pistas sobre su domicilio. Esa frase fue clave para que los efectivos de la Policía de Santa Fe iniciaran un rastrillaje por la zona.
Lo encontraron a pocas cuadras, en la calle Ayacucho al 2400. El joven fue identificado como Cristian Joel, y fue su propia madre quien lo entregó a los agentes cuando llegaron a la vivienda.
Lo entregó con todo: dinero, bebida y arma
La policía recuperó no solo los $ 25.000 robados, sino también la botella de alcohol, el encendedor sustraído y un arma de fuego que complicó aún más la situación procesal del joven.
Ahora enfrenta cargos por amenazas coactivas, robo y portación ilegal de arma de fuego. Además, deberá explicar ante la Justicia, y posiblemente ante internos, por qué se hizo pasar por miembro de Los Monos sin serlo realmente.
El fiscal del caso ya investiga si el ladrón tiene o no algún vínculo real con la banda criminal Los Monos. Sin embargo, usar su nombre como forma de intimidación ya constituye un agravante, dado el nivel de temor social que genera.